Desmitiicación De La Hambruna En Ucrania En La década De Los 30
Enviado por comadre.makhno • 11 de Noviembre de 2011 • 1.357 Palabras (6 Páginas) • 613 Visitas
Para empezar, dos hechos extraídos de las informaciones recientes de las agencias de información.
Hecho nº1. La Unión Europea ha constatado con profunda satisfacción, que Ucrania avanza de forma decidida por el camino de la democracia: las elecciones a la presidencia se han desarrollado de acuerdo con los cánones establecidos en el mundo occidental, y últimamente no se han registrado burdas violaciones de la libertad de expresión.
Hecho nº2. En Dnieprodzerzhinsk cortaron el suministro de agua sin previo aviso. Durante varios días los niños no pudieron ir a clase, en los hospitales se tuvieron que posponer las operaciones programadas. Los habitantes de esta ciudad de 300 mil habitantes todavía tardaran en reponerse de la experiencia que les ha tocado vivir.
Los motivos del corte son banales: la deuda acumulada ante “Oblenergo”, cuyos dueños dijeron a la gente: primero el dinero, luego el agua.
¿Qué une a estos hechos que pareciera no están relacionados? ¿Qué tienen en común? ¿Por qué los he colocado uno junto al otro?
Porque juntos demuestran de un modo convincente que la democracia en Ucrania es una forma de dominio del capital, que les permite imponer su voluntad a los trabajadores y enriquecerse de un modo cínico con el sufrimiento del pueblo. Y no sólo en Ucrania. Así será en todo el mundo mientras predomine este sistema explotador.
El estado capitalista, tenga la forma de gobierno que tenga, no deja de ser la dictadura clasista de la burguesía (en las condiciones ucranianas ni siquiera de la burguesía, sino solo de la élite burguesa, de la oligarquía). Simplemente no puede ser de otro modo, por cuanto los intereses de esta clase son totalmente hostiles a los intereses de los trabajadores, quienes nunca aceptarán de forma voluntaria, que para beneficio de no se sabe quién, por ejemplo, se les corte el agua, como en Dnieprodzerzhinsk.
Por eso, llevar a cabo su dominio, los explotadores pueden hacerlo sólo de dos formas: por la fuerza en combinación con el engaño, y mediante el engaño en combinación con la fuerza. En el primero de los casos estaríamos ante una dictadura política directa (Hitler en Alemania, Mussolini en Italia, Franco en España, Pinochet en Chile, “los coroneles” en Grecia etc.).
El segundo caso sería la democracia existente en los países occidentales, y su variante deforme y caricaturesca (por mucho que digan en la Unión Europea) que tenemos en Ucrania. Esto no es el poder del pueblo, no es vuestro poder, camaradas.
Si así fuese los propietarios de “Oblenergo” de Dnieprodzerzhinsk nunca se hubieran atrevido a dejar sin agua a una ciudad entera, ignorando una elemental decencia mínima y la compasión al prójimo. Y sus compadres oligarcas no se hubieran atrevido a cazar gente en sus haciendas, a dejarles sin trabajo, sin salario, sin tierra, sin calefacción, sin acceso a la salud y sin poder educar a sus hijos.
¿Cómo es posible que el gran capital pueda llevar a la práctica su dictadura, en condiciones de democracia política, cuando son todos los ciudadanos los que eligen a su gobierno? ¿Qué obliga a los oprimidos a votar por sus opresores?
En primer lugar, para mantener su dominio los oligarcas recurren a los colosales recursos financieros de que disponen, incomparablemente mayores que los que están al alcance de sus oponentes políticos, los partidarios del socialismo.
En segundo lugar, el gran capital ha capitalizado la televisión. La manipulación sicológica de la población mediante medios electrónicos de información masiva se ha convertido hoy día en una de las más crueles y eficaces formas de violencia sobre la persona. Hasta tal punto es efectiva, que se hace innecesario temporalmente recurrir a otras formas de violencia, y el gobierno burgués dispone de la posibilidad de seguir parloteando sobre lo demócrata que es.
En tercer lugar, en el arsenal del régimen oligárquico disponen de un instrumento de conservación del poder, con el que llevan siglos experimentando: el sistema bipartidista. A los ciudadanos se les propone “libremente” optar por uno de los dos grupos oligárquicos, entre los que, incluso con la ayuda de un microscopio electrónico, es imposible ver la diferencia. El resto de fuerzas políticas son declaradas “carentes de posibilidades”. Que pruebe en estas condiciones a vencer en
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