Diezmos En La Antiguedad

Colegio Capouilliez

Estudios Sociales Cuarto Bachillerato Sección: “E”

Harvey Estuardo Pacay Mancio Clave: 25

Desarrollo del Diezmo en la Época Colonial

Al diezmo se le conoce como el cobro del diez por ciento de los bienes de una persona. En la época colonial se le conocía como el un tributo cobrado a la población que iba dirigido al rey y a la iglesia católica. La creencia del cobro del diezmo trasciende desde antes de Cristo, ya que en la Biblia decreta al diezmo como una ofrenda al Señor, nuestro Dios, enseña también que pagar el diezmo era tomado como una obligación y a la persona que no lo hiciera era probable que en su aspecto económica le fuera mal. Durante la época colonial se utilizaban diferentes mecanismos de cobros y distribución los cuales iban cambiando según lo imponía el líder de ese tiempo.

Al principio, cuando los españoles comenzaban a colonizar América el Papa Alejandro VI concedió al rey de España el manejo del diezmo en los primeros días de la colonización. Este cobro fue impuesto solamente para los territorios en los cuales se producían todos los productos ganaderos, agrícolas y pecuarios, ya que estos eran los productos de mayor comercialización en el ámbito regional y de exportación. Algunos productos como: el cacao, el tabaco, el añil y el algodón fueron exonerados del cobro, para así poder estimular la producción de dichos productos y poder conceder a los sectores de economía privada la oportunidad de exportar estos productos.

De acuerdo a la concesión hecha por la iglesia a la Corona la distribución del diezmo era tomado de la siguiente manera: la novena parte del total era enviada a la Caja de Consolidación, de lo restante se dividía en novenas partes así: dos para el fisco, tres para la Catedral y cuatro para el pago de curas. Pero en realidad la Corona Española lo distribuyó de la siguiente manera: tres novenos para la Real Hacienda y el reste se dividía para el clero, las iglesias y los hospitales, ya que esto se hacía entre la jurisdicción civil y eclesiástica. En 1821 se designó que hasta que se diera un acuerdo, las leyes que regían los diezmos eran vigilados por la silla apostólica, convirtiéndose el diezmo en un ingreso de financiamiento permanente para el estado.

En esa época se utilizaba como mecanismo de cobro la acción directa de la iglesia a través de autoridades públicas y por medio del remate del diezmo. Este último fue el más utilizado ya que facilitaba la recolección y los rematistas tenían la opción de vender sus derechos de recolección en una zona específica, creándose así un sistema rematista y de recolectores. En ese entonces se cría que el diezmo impedía el progreso de la agricultura por lo tanto las personas se unieron e intentaron abolir para siempre el diezmo y así poder utilizar todos los productos agrícolas para el comercio externo

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