Dimension Espacial Y Demografica
Enviado por kanais15 • 2 de Abril de 2013 • 1.464 Palabras (6 Páginas) • 2.778 Visitas
Dimensión Espacial Y Demográfica
Demografía
Es la ciencia que tiene como objetivo el estudio de las poblaciones humanas y que trata de su dimensión, estructura, evolución y características generales.
La demografía estudia estadísticamente la estructura y la dinámica de las poblaciones, así como los procesos concretos que determinan la formación, la conservación y la desaparición de las poblaciones. Tales procesos, en su forma más agregada, son los de fecundidad, mortalidad y migración -emigración e inmigración.
La demografía trata de las características sociales de la población y de su desarrollo a través del tiempo. Los datos demográficos se refieren, entre otros, al análisis de la población por edades, situación familiar, grupos étnicos, actividades económicas y estado civil; las modificaciones de la población, nacimientos, matrimonios y fallecimientos; esperanza de vida, estadísticas sobre migraciones, sus efectos sociales y económicos; grado de delincuencia; niveles de educación y otras estadísticas económicas y sociales.
Dimensión espacial:
La existencia de dimensiones espaciales más allá de las tres habituales ha rondado la mente humana desde los albores del pensamiento racional, aunque tales especulaciones estuvieran imbricadas en las creencias religiosas o míticas. Por ejemplo, a partir de las consideraciones acerca de los distintos grados de contemplación de la divinidad por parte de las almas tras la muerte, surgió la idea acerca de los siete cielos, abriéndose así el camino hacia la multiplicidad del espacio, aunque fuera celestial.
Desde el punto de vista de
la ciencia y filosofía occidental, la idea acerca del espacio fue basculando, a medida que iba perfeccionándose la descripción cualitativa del movimiento de los cuerpos, desde una concepción aristotélica corpórea y continua - donde el espacio poseía un significado de lugar o topos - hasta una noción más abstracta, como un marco de referencia idealizado y prácticamente inmaterial donde tenían lugar los acontecimientos físicos. Así, el poeta latino Tito Lucrecio, seguidor y defensor del atomismo de Epicuro, en su obra De rerum Natura distinguía netamente entre el recipiente espacial, pasivo e inmutable, y su contenido material, los átomos de materia que por él se movían. Sin embargo, el concepto epicúreo (y aristotélico también en este sentido) del espacio difería del comúnmente aceptado por la física clásica de la Edad Moderna al suponerlo dotado de una dirección preferente: la "vertical". Curiosamente, el cristianismo situó el infierno en el centro de la Tierra, un lugar privilegiado por representar nada menos que el centro del Universo.
Hubo que esperar hasta el siglo XVII para la introducción, por parte de Newton, de la noción del espacio absoluto como un sistema de referencia inercial inmaterial en donde las leyes del movimiento se podían expresar en su máxima simplicidad. En sus Principia, se establece claramente su concepción del espacio como un medio homogéneo que existe independientemente de su contenido físico: “El espacio absoluto, en su propia naturaleza, permanece siempre similar e inmóvil”. Aunque las leyes de la mecánica habían de ser las mismas en todos los sistemas
inerciales, aquel referencial asociado al espacio absoluto estaba en reposo mientras que los demás, en cambio, se caracterizaban y distinguían del “privilegiado” por una cierta velocidad uniforme no nula.
Por otro lado, al interpretar la luz como una onda mecánica, se supuso que el espacio absoluto estaba lleno de éter. Éste elemento debía tener unas extraordinarias propiedades mecánicas: ser mucho más liviano que el aire pero, por otra parte, mucho más rígido que el acero para asegurar que la velocidad de propagación luminosa fuera muy elevada.
La noción del espacio como un abstracto recipiente inmóvil lleno de éter, perduró incursionada durante un largo período de tiempo con la notable excepción del filósofo y obispo Berkeley en el siglo XVIII, quien al criticar el concepto de movimiento absoluto, sentaba las bases del relativismo cine mático en la filosofía, que luego habría de ejercer una considerable influencia sobre el pensamiento del físico Ernst Mach, y finalmente Albert Einstein. Los célebres experimentos de Michelson y Morley de finales del siglo XIX, al intentar medir la velocidad de la Tierra con respecto al éter, y por tanto con respecto al espacio absoluto, y su (entonces) sorprendente resultado sobre la constancia de la velocidad de la luz, puso en cuestión los conceptos mismos de espacio y tiempo absolutos.
Por otro lado, la geometría euclídea (desarrollada de manera axiomática en el siglo III a.C. en los Elementos de Euclides) fue asociada de “forma natural” al espacio habitual tridimensional durante cerca de dos milenios, en consonancia con las comprobaciones
empíricas
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