Dos visiones sobre la construcción de la nueva Italia

Dos visiones sobre la construcción de la nueva Italia (de 3 a 5 páginas)

a) Resume cada uno de los dos textos de manera concisa.

El primer texto trata sobre el punto de vista del conde de Cavour, Camilo Benso, sobre la nueva Italia. La visión de Cavour versa sobre la consideración de que una revolución democrática en Italia no podría ser viable; para que la revolución resultará fructífera requeriría, como mínimo, el apoyo de las masas, apoyo del cual carecía. También habla de la escasa influencia que tiene el partido Joven Italia, ya que el poder reside en la clase media y alta, clases que están interesadas en el mantenimiento social, al estar estas muy vinculadas a las antiguas instituciones del país. Cavour por ello ve imposible de todo punto la unificación Italiana por la vía revolucionaria; apoya que para conseguir dicha meta es necesaria la participación de todas las fuerzas del país. Para lograr la unificación italiana, Cavour apuesta por que los gobiernos nacionales participen en el proceso e intenta poner de ejemplo el Piamonte, donde reina la monarquía de Saboya, la única italiana y es un claro ejemplo de esa política gloriosa y avanzada.

El segundo texto trata de la visión de Giuseppe Mazzini que destaca por tener connotaciones revolucionarias; su visión busca la unificación de Italia por y para el pueblo. Mazzini, considera que el problema reside en la educación moral, que Italia quiere que sus hijos sean mejores: cree en Dios y en el pueblo, no en los estamentos que gobiernan (el papa y los reyes). Mazzini dota la insurrección como vía para conseguir la unificación: esta debe actuar en todas partes con los mismos símbolos de identidad, creando así el mismo sentimiento de nación. Esta insurrección no debe acabar hasta que la revolución comience, la cual será llevada a cabo por un grupo de hombres que tengan el poder ya que han sido elegidos por su virtud y, por lo tanto, son meritorios de gobernar.

b) Compara las dos visiones, destaca las particularidades de cada una de ellas y señala sus implicaciones políticas y sociales.

Las visiones dadas en sendos textos no podrían ser más distintas pese a tener un objetivo común: la unificación de Italia.

Cavour considera que la unificación no podrá ser posible a no ser que se consiga de manera ordenada, con políticas nacionalistas conseguidas de manera nada agresiva ni revolucionaria. Para comprender el “ataque” de Cavour hacia la Joven Italia, partido creado por Giuseppe Mazzini, debemos pensar que para Cavour, el poder para cambiar la situación lo tenían las clases medias y altas las cuales no se interesarían por un progreso revolucionario ya que con ello perderían su posición de poder al estar muy relacionados con las estructuras del antiguo régimen. La inmensa mayoría del pueblo italiano era católico; eran muy creyentes y, por lo tanto, se mostraban reacios al hallarse en conflicto con la libertad, el progreso, la nueva cultura y patria contra la fe religiosa, que sigue estando bajo una dirección centralizada que se oponía a esta causa, el Papa de Roma.

Mazzini por el contrario defiende que el poder lo tienen las masas; defiende que el pueblo deber ser quien conquiste el proceso de unificación a través de la insurrección, bajo el mismo sentimiento revolucionario y nacional.

Mazzini considera que las instituciones como el papado o las monarquías son un estorbo para este proceso ya que se oponen a dejar sus privilegios y ceder la soberanía al pueblo; Mazzini propone por ello la insurrección y posterior revolución, con esta última ya teniendo un gobierno elegido por el pueblo.

c) ¿Qué vía siguió finalmente la unificación nacional italiana?

La unificación italiana finalmente fue llevada a cabo por la vía del Conde de Cavour.

Con la revolución de 1848 se pretendía que los diferentes Estados acataran sus propias Constituciones, pero, la retirada del Piamonte de la Primera Guerra de la Independencia Italiana contra Austria supuso el fin de las esperanzas de tener un régimen constitucional; a revolución por lo tanto, resulto ser un fracaso absoluto llegando el rey Carlos Alberto a abdicar en favor de su hijo Víctor Manuel II; la única cosa que dicha revolución consiguió fue la incorporación del Piamonte al pequeño grupo de países constitucionales manteniendo el Statuto de 1850.

En 1850, el Conde de Cavour llegó al gobierno del Piamonte como primer ministro del rey, el cual supo aprovechar la situación en la que se hallaba el Piamonte gracias al Statuto. Para buscar apoyo en los gobiernos constitucionales europeos para la unificación italiana y así, acercarse a los liberales. El connubi, acuerdo con la izquierda moderada, le supuso ganar partidarios entre los nacionalistas republicanos ya que dicho acuerdo conllevó que el régimen de Turín adquiriera una imagen

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