Durante el mandato del general Cárdenas

Durante el mandato del general Cárdenas, se repartieron aproximadamente 18 millones de hectáreas a las comunidades y ejidos. Fue así como aumentó a 25 millones de hectáreas la cantidad de tierras que se encontraban fuera del régimen de propiedad privada. El objeto del reparto agrario buscaba la satisfacción de una demanda popular exigida desde en la constitución de 1917, así como la formación de pequeños fuentes de ingresos individuales basados en la economía productiva.

El modelo principal de reforma era la conformación de ejidos. Los cuales se conformaban por representar una dotación de tierras, las cuales eran entregadas a una comunidad para que las aprovecharan de la manera que consideraran conveniente. Puesto que al final de la Revolución y la guerra Cristera, la mayor parte del país estaba en la ruina económica, el gobierno de Cárdenas creó el Banco Nacional de Crédito Ejidal (Banjidal) destinado a capitalizar a los núcleos ejidales.

Constantemente en México, en este caso el Estado de Chihuahua, las luchas por el poder, los espacios y los recursos son constantes, es por ello que es necesario se genere un panorama con bases teóricas alrededor de los acontecimientos, para que ayude a un mejor análisis de la investigación planteada, sin olvidar los conceptos principales que fueron causantes de los que hoy nos lleva a investigar y analizar, éstos son: los latifundios y la reforma agraria. Lo cual nos permite esclarecer, comprender y explicar las situaciones rurales y los procesos agrarios e los que sus protagonistas se encontraban inmersos.^[1]

Esta investigación es un esfuerzo de mostrar lo que sucedió, los fines que pretendieron los protagonistas y los alcances de su labor. Así como saber las transformaciones se han ido dando desde esos días. Para ello se aportan algunos elementos interesantes, como el conocimiento y análisis de estos acontecimientos que cambiaron la vida de los campesinos y que a nivel nacional hace figurar a nuestro Estado en el siglo XX como uno de los primeros lugares donde se gestaron estos movimientos sociales.

En el siglo XX, los caciques aun controlaban la vida de los habitantes de Cd. Madera y de otras regiones del Estado, vivían con temor a las represalias que pudiesen tomar si se presentaba alguna protesta en torno a su problemática. Pero es poco se sabe de este tema en particular, sin embargo, es fundamental analizarlo brevemente desde la primera mitad del siglo XIX para entender lo que aconteció en el siguiente siglo.

En aquel tiempo, la tierra carecía de gran valor, ya que el principal problema que ocupaba al gobierno era la incursión de los grupos apaches, lo cual era un punto vulnerable en la frontera nortea causa de la baja y dispersa población existente. Por este motivo se diseñaron estrategias para atraer colonizadores dispuestos a establecerse en dicho espacio, lo cual fue un notorio cambio a finales del siglo.  Sin embargo, después de la introducción  del ferrocarril se empezaron a elevar los precios de manera contundente, surgiendo acaparadores dispuestos a todo con tal de apoderarse de grandes extensiones de tierra, principalmente los capitalistas yanquis, que crearon grandes haciendas madereras y algodoneras y explotaron a los trabajadores por medio de extensas horas de trabajo, bajos sueldos y las tiendas de raya.

En el estado de Chihuahua el ferrocarril marcó un antes y un después en la historia social y en el ámbito de los negocios y la vida empresarial. William Green fue uno de estos capitalistas que fundo un empresa que construyó el ferrocarril con el fin de explotar los bosques y conectar las minas existentes entre Chihuahua y Ciudad Juárez. Para ello obtuvo  bajo costo aproximadamente un millón de hectáreas, otorgándole el gobernador de aquella época, Enrique Creel, todas las facilidades para su empresa, como la exención del pago de impuestos y el permiso para establecer tiendas de raya para sus trabajadores. Sin embargo, apenas con unos cuantos meses de producción en el aserradero, la compañía se declaró en quiebra. Los acreedores, principalmente de origen estadounidense embargaron todas las propiedades y los empleados quedaron fuera de cualquier reclamación.

A principios del siglo XX, después de la quiebra de Green, el gobierno otorgo nuevas concesiones  a la Compañía del Ferrocarril del Noroeste (empresa de capital ingles) para construir un tramo de vía en la cual se conectasen Nuevo Casas Grandes y el pueblo de Madera, adquiriendo para ello los terrenos que habían pertenecido al Coronel Green, además de otras fracciones provenientes de las compañías deslindadoras que habían operado en el estado de Chihuahua, acumulando un total de un millón cuarenta y siete mil setecientas hectáreas. Para poder realizar la explotación de los bosques, la empresa creó a otra subsidiaria llamada The Madera Company Limited, que fungió como arrendataria de los bosques y propietaria del aserradero. Años después, a causa de un gran incendio quedaron desocupados un  gran número de trabajadores, los cuales se organizaron para solicitar tierras ante la Comisión Agraria de Estado por la vía ejidal.

La Comisión Local Agraria donde decidió que la solicitud procedía, para lo cual se propuso la dotación de mil ochocientos veintidós hectáreas de las cuales novecientos cincuenta y cuatro tomarían de la hacienda Babícora Development Co., y ochocientos sesenta y ocho de La Madera Co. El gobernador del estado aprobó esta propuesta a principios de 1920, pero el presidente Venustiano Carranza resolvió negativamente. El gobierno de Carranza había recibido intensas presiones por parte de los latifundistas extranjeros, especialmente de los representantes de The Babícora Ranch and Cattle Co., quienes giraron varios documentos a la Comisión Nacional Agraria defendiendo los intereses de la citada compañía.^[2]

Con los antecedentes mencionados se inició la historia del conflicto agrario en ciudad Madera. Esta comunidad tuvo en suerte quedar ubicada entre dos grandes latifundios en propiedad de extranjeros: el de Babícora, cuyo propietario George Hearst era también el personaje más influyente en la prensa norteamericana, en consecuencia muy temido y respetado por el gobierno carrancista. No se conoció con precisión la extensión de este latifundio y aunque oficialmente se decía que estaba formado por trescientas mil hectáreas (se llegó a sugerir que rebasaba el número de cuatrocientas cincuenta mil). El otro gran latifundio era precisamente el del Ferrocarril del Noroeste, que rebasaba el millón de hectáreas.

Finalmente, el 23 de mayo de 1925 los vecinos de Madera recibieron la posesión provisional del ejido y el día 14 de octubre de 1926 el presidente de la república, Plutarco Elías Calles, firmó la resolución presidencial que dotó al pueblo de Madera de 2527 hectáreas, afectando a la compañía Di Madera límite Co. con 1000 hectáreas de terreno y a la Babicora Development Co. la superficie 1527 hectáreas.

En esta parte del trabajo, es donde se inicia con algunos puntos que nos llevarán a la idea sustancial de la tesis: ver cómo se fue gestando la desigualdad en el sector rural de este país a partir de la incorporación de México al sistema ejidal. Por ello, para explicar la problemática del campo después de la revolución, es pertinente plantear los antecedentes al desarrollo de latifundios capitalistas en el Estado, a partir de cuándo se llevó a cabo la Reforma Agraria. Primeramente se abordara como una pequeña introducción, la política agraria aplicada en México a partir de la Revolución. La importancia de partir de esta coyuntura es explicar las desigualdades que existieron a lo largo del siglo XX, con el fin de encontrar un enlace entre los surgimientos de grupos de campesinos buscando un mejor futuro, y dirigidos en su mayoría por maestros de la comunidad y los dueños de los latifundios, quienes intentaban recuperar los beneficios que gozaban con el producto de sus haciendas antes de llevarse a cabo dicha Reforma.

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