EL CANTAR DE ROLDAN

El diccionario de la Real Academia Española define el honor como buena reputación y la honra como opinión y fama adquirida por la virtud y el merito. Muchos personajes de diferentes épocas han definido el honor a la honradez. Tácito manifiesta, en un espíritu corrompido no cabe el honor. Por su parte Publio Siro expresa, el que ha perdido el honor ya no puede perder más. En apoyo a los pensadores antes nombrados Cervantes afirma, es mejor la deshonra que se ignora que la honra que esta puesta en opinión de la gente. En sentido objetivo el honor es la reputación, buen hombre o fama de la cual goza ante los demás una determinada persona.

En la edad media el concepto de honor se ponía a prueba diariamente, el espíritu caballeresco medieval expresaba fidelidad deber y la honra; por doquier y en todos los niveles de la sociedad se escuchaban expresiones: por mi honra, por vuestra honra, salva mi honra. La institución de la caballería era formada por nobles caballeros, hombres buenos y vecinos honrados que mantenían a su cargo caballo y armadura para acudir en socorro del concejo o del rey y exterminar a los golfines, grupos de ladrones y forajidos que asaltaban en los caminos y tenían atemorizada a la población.

La institución de la caballería en la Edad Media estaba relacionada con un código de conducta y de honor que definía no solamente el arte de la guerra, sino que también implicaba la educación y buenos modales en la sociedad. El concepto de honor constituía la piedra fundamental del código caballeresco; “la palabra de honor” era el compromiso más solemne del caballero, la palabra dada por un caballero no podía ser retractada nunca. Así mismo, el concepto de honor les llevaba a nunca rechazar un desafío o un combate hecho por otro caballero o a no retroceder ante el enemigo. Por ello, los caballeros eran merecedores de respeto por parte de los campesinos y las demás clases sociales; sus ideales y el hecho de honrar su palabra les ponía por encima de los demás.

Los caballeros tuvieron gran prestigio y reconocimiento popular por sus grandes gestas; debido a ello se desarrollaron diversas historias que fueron transmitidas por tradición oral, llamándose “cantares de gesta” los cuales relataban los heroicos e impactantes hechos de la época; ejemplo de esto se tiene en la “Chanson de Roldán”, cuya historia es un fiel reflejo de las virtudes que se exigían a los caballeros.

La “Chanson de Roldán”, o bien llamada el cantar de Roldán, es un relato épico puesto por escrito en la segunda mitad del siglo XII, del Manuscrito de Oxford escrito en la lengua anglonormanda. Como en toda narración épica, puede verse de manera muy marcada los valores caballerescos, tales como el honor, la gloria, la lealtad, el valor, entre otros. De la misma manera, la religión juega un papel importante en el texto, que ha diferencia de otras novelas épicas, aquí se maneja una fantasía más religiosa que mitológica.

El relato narra legendariamente los hechos de la batalla de Roncesvalles en agosto de 778, que históricamente no pasó de ser una escaramuza, y que pudo enfrentar a tribus de vascones contra la retaguardia del ejército carolingio y sus heroicos hechos de armas protagonizados por el conde

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