EL MITO DE LA HISTORIA DEL ARTE
Enviado por An Om • 27 de Octubre de 2017 • Ensayo • 6.704 Palabras (27 Páginas) • 219 Visitas
EL MITO DE LA HISTORIA DEL ARTE
CARMEN GRACIA
Departament d’Història de l’Art. Universitat de València
Abstract: Discuss about the creation of the myth of the History of the Art, that is to say the conversion of the artistic experience in historical and ideological reflection. The development of this one discipline removes to end from a concept taken of the religion: the canon. One will see also the way how the art turned into religion, it promotes the appearance of the discipline that will take charge creating the body of beliefs necessary for the maintenance of this religion, and the successive series of challengings that it generates. Key words: Myth / History of the Art / Canon. Resumen: Reflexiones sobre la creación del mito de la Historia del Arte, es decir la conversión de la experiencia artística en reflexión histórica e ideológica. El desarrollo de esta disciplina se lleva a cabo a partir de un
concepto tomado de la religión: el canon. Se verá también la manera cómo el arte convertido en religión, promueve la aparición de la disciplina que se encargará de crear el cuerpo de creencias necesarias para el mantenimiento de esta religión, y la serie sucesiva de impugnaciones que genera.
El amor a los grandes maestros es una religión o no es nada, Walter Scott, Diario
Introducción
Este ensayo es el desarrollo de una conferencia que cerró un curso de extensión universitaria dedicado al estudio y valoración del mito en la Historia del Arte organizado por la Universitat de València en el curso académico 2004-2005. Es conocido y estudiado el hecho de que a lo largo de la historia la capacidad de creación de imágenes por parte del ser humano con frecuencia ha servido como vehículo para transmitir mitos. En este caso se entendía por mitos una serie específica de relatos relacionados con dioses, héroes o superhombres envueltos en acontecimientos o circunstancias extraordinarias en un ámbito intemporal, donde su existencia transcurre independientemente de la existencia y las experiencias del ser humano ordinario.
Aquella función creativa como transmisora de mitos se produjo de una manera manifiesta en épocas de la historia en que la religión y el estado estuvieron más estrechamente ligados. Pero, a partir del siglo XVIII, se produce en occidente una drástica separación entre religión y estado. La religión pierde el sólido soporte político del que había disfrutado durante siglos y la fuerza de su impacto social empieza a disminuir. Las imágenes religiosas pierden fuerza en una sociedad abocada a valorar la religión como una práctica privada al margen de la actividad pública. Es en esta tesitura cuando la actividad creadora que en este momento empieza a ser calificada como arte se establece como sistema de conocimiento independiente tanto de la religión como del estado. Y es en este momento de desvinculación respecto a la religión cuando, aparentemente, el arte deja de representar mitos. Pero sólo en apariencia, puesto que más que un abandono de la imaginería mitológica lo que se produce es un cambio en el tipo de mitología representada. De hecho el cambio más relevante consistió en que una vez abandonada la representación de las creencias religiosas y constituirse en sistema de conocimiento independiente, el arte pasaba a convertirse a sí mismo en religión y los artistas darán forma a la imaginería de esta nueva creencia. De esta manera, el arte se reconstruía en una religión con su dios: el genio; su cuerpo doctrinal: la estética; sus templos: los museos; sus sacerdotes: los expertos; y su narrativa simbólica y constructora de mitos: la historia del arte. Es posible que estas afirmaciones produzcan rechazo, ello se debe a un hecho verificable. Mientras que nos resulta fácil identificar los mitos relacionados con las creencias del pasado o bien con culturas ajenas a la nuestra, resulta singularmente difícil identificar los mitos que constituyen nuestro propio cuerpo de creencias y vivencias dentro de la cultura actual. Para tratar de clarificar la tesis planteada, este ensayo se desarrollará en las siguientes direcciones:
1. Se rastrearán los diferentes caminos por los que ha tenido lugar la naturalización del mito de la historia del arte, es decir la conversión de la experiencia artística en reflexión histórica e ideológica.
2. Se verá también la manera cómo el arte convertido en religión, promueve la aparición de una disciplina que se encargará de crear el cuerpo de creencias necesarias para el mantenimiento de esta religión.
3. Y se concretará, por último, cómo el desarrollo de esta disciplina se lleva a cabo a partir de un concepto, de nuevo, tomado de la religión: el canon. La creación del mito y la construcción del Canon Con frecuencia se percibe la historia del arte como una disciplina académica cuyos objetivos discurrirían por cauces que afectarían poco o nada a la manera cómo la mayoría de público afronta su
disfrute y su experiencia personal de los trabajos artísticos. Historia del Arte e Historia del Gusto discurrirían por caminos diferentes. Esto, sin embargo, ocurre únicamente en apariencia. De hecho las obras de arte se presentan siempre organizadas según unos esquemas de presentación, que invariablemente dirigen al observador hacia unos determinados modelos de arte históricamente preconcebidos.
1. Cuando se visita una exposición, cuando se recorre un museo, cuando se hojea un libro de arte, exactamente igual que cuando se asiste a una clase universitaria sobre la disciplina, las obras se presentan a nuestra consideración en el interior de una narrativa construida por alguien: el responsable del museo, el autor del libro o el profesor de la asignatura. El proceso artístico queda refundido o reconstruido bajo una particular luz según el tipo de reflexión proporcionada en cada uno de estos casos. Estas reflexiones pueden establecer y alterar determinadas relaciones entre cada uno de los autores presentados, las secuencias de presentación; pero sobre todo deciden los autores que son incluidos así como los que son excluidos.Estas diferentes formas de presentación nunca están moldeadas a partir de puntos de vista o criterios de gusto individuales, sino que, muy significativamente, dependen de determinadas tradiciones intelectuales, marcos conceptuales y prácticas sociales e ideológicas.2 Desde Vasari en el siglo XVI la historia del arte se ha presentado, de manera estándar, dentro del marco de una narrativa de progreso evolutivo desarrollado en torno a artistas individuales y con una estructura más o menos fija: biografía, obras y movimientos. El patrón de valores, supuestos y preconcepciones subyacentes que envuelven aquellas narrativas constituye el canon del arte occidental. El término canon es una herencia clásica. En la antigua Grecia la palabra canon aludía a la caña donde se enrollaba un cuerpo de leyes. Posteriormente, el
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