EL MUNDO DE ALBERT EINSTEIN

República Bolivariana de Venezuela[pic 1]

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Nacional Experimental

               “Simón Rodríguez”

                 Núcleo Araure- Portuguesa

EL MUNDO DE ALBERT EINSTEIN

Participante:

Del Carpio, Carmen

Curso:

Lenguaje y Comunicación

Facilitador

Arturo Jiménez

Araure, noviembre de 2016

El físico más famoso de todos los tiempos, Albert Einstein, era una persona tímida, callada y poco social; disfrutaba la soledad, ya que ésta le deba la tranquilidad que necesitaba para estudiar.  Su personalidad retraída solo ambicionaba relacionar el tiempo y el espacio, la materia y la energía; y en esto se basó su vida.

Este singular personaje del que poco se conoce, es considerado el padre de la física y fue quien proporcionó las bases teóricas para la creación de la bomba atómica de Hiroshima al presentar la famosa “Teoría de la Relatividad”, la cual causó un gran revuelo para la época ya que revolucionó la concepción que el hombre tenía del universo; hoy en día es la ecuación física más importante que existe.

Su gusto por los fenómenos físicos  lo desarrolló desde temprana edad  en la escuela, donde se destacó en matemática y física, aunque tuvo problemas con las lenguas extranjeras. Cada una de sus teorías era el resultado de meses y años de intensas investigaciones y experimentos; y todo ello solo con un lápiz, papel y su maravillosa y prodigiosa mente. Nunca se preocupó por los fracasos, porque lo intentaba una vez y otra vez hasta conseguir los resultados obtenidos.

 Einstein jamás se imaginó llegar a ser tan famoso y nunca ambicionó dinero y poder; innumerables científicos debaten sus descubrimientos, su busto se encuentra en muchísimas universidades y ha sido el único personaje en la historia que siendo extranjero un país le ofreció la presidencia, la cual por cierto rechazó por no considerarse apto para dirigir una nación debido a la extensa cantidad de relaciones humanas que esto implicaba.

Las personas que lo conocieron y tuvieron la enorme dicha de compartir con él, lo describían como una persona amable, noble, con sentido del humor aun al discutir sobre algún tópico y lleno de bondad. Tenía una enorme fe en Dios y cada vez que lograba algo sabía que Dios tenía su mano metida allí.

Aun a una edad avanzada, Einstein nunca dejó de buscar respuestas sobre el  tiempo y el espacio; porque sabía que ningún hombre puede saberlo todo y que el misterio de lo desconocido es la mejor experiencia.

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