EL OBISPO NICOLAS DE ORESME Y SU TRATADO SOBRE MONEDA

HITORIA DEL PENSAMIENTO ECONOMICO

FONDO DE CULTURA ECONOMICO

CAPITULO DECIMOSEPTIMO

El trueque de artículos por artículos ocasionaba dificultades y disputas numerosas y ante la necesidad de evitarlas e incrementar el comercio, hubo hombres de ingenio que se encontraron que era mejor utilizar la moneda, instrumento de medida y de cambio de las riquezas naturales.

La moneda es una mercancía especial que sirve de medida del precio de las cosas. Como la moneda es un instrumento de cambio, no es indispensable que sea hecha de oro, plata, cobre; basta con que una cosa tenga, poder de compra y se acepte generalmente como medida de las otras mercancías, para que sea moneda.

Oresme, pensando siempre en la moneda metálica, nos dice que debe ser de manejo sencillo, fácil transporte y elevado poder de compra. Debe ser hecha de metales preciosos y que cuando el oro y la plata no sean suficientes para llenar las necesidades monetarias entonces se acuda a la acuñación de monedas de hierro o cobre.

Las monedas de oro y plata tienen además de las cualidades anteriores la duración indefinida, la divisibilidad perfecta y la imposibilidad de falsificarlas con éxito para el falsificador. Es precisamente por estas cualidades por las que desde hace muchos siglos se han acuñado monedas de metales preciosos.

Para Oresme el comercio ya no es por ningún motivo trabajo ilícito o deshonroso, por el contrario, es un privilegio y una necesidad de la comunidad y de cada uno de sus componentes, ya se trate del comercio en grande escala o del comercio en pequeño, en ambos casos es de indiscutible utilidad.

Sabía que hay una relación entre la cantidad de monedas en circulación y el precio de los productos, de tal manera que si existe una muy pequeña cantidad de moneda o de metal del que se hace, se da una muy pequeña cantidad, por ejemplo de plata, a tal grado que resulta incomodo su manejo. De ello se induce que los precios suben o bajan en relación directa con la cantidad de moneda en circulación.

Oresme dice que el príncipe es quien debe hacer la moneda; pero al mismo tiempo agrega que tal hecho no implica que quien acula la moneda sea dueño de ella. La moneda es un instrumento para intercambiar las riquezas naturales entre los componentes de la sociedad, y por lo mismo la moneda pertenece a quienes posean esas riquezas naturales.

Varios príncipes que acuñaban la moneda de sus Estados muy frecuentemente, cuando padecían una situación financiera difícil, resolvían el problema disminuyendo el tamaño y la ley de la moneda. Esto dificultaba el desarrollo del intercambio entre un Estado y otro, y significaba la pérdida de la cualidad esencial que a la moneda caracteriza, es decir, ser medida del precio de las mercancías, porque no es posible que sirva de medida lo que a menudo se modifica.

Oresme

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