ENSAYO LA GUERRA DE LOS PASTELES

TABLA CONTENIDO.

INTRODUCCIÓN……………………………………………………….1

DESARROLLO…………………………………………………………...1

Antecedentes………………………..…………………………2

Negociaciones…………………………………………………4

Inicio de las Hostilidades…………………………..5

Negociaciones Finales………………………………...8

Las “clausulas secretas”……………………………….8

CONCLUSIÓN…………………………………………………………..9

FUENTES DE INVESTIGACIÓN………………………9

GUERRA DE LOS PASTELES MÉXICO-FRANCIA 1838.

INTRODUCCIÓN:

A través de este trabajo de investigación vamos a analizar cómo es que  Irónicamente el pueblo de México ha llamado guerra de los pasteles al abuso suscitado  en 1838 por parte de Francia ante un país que apenas empezaba a crecer como nación independiente,  con el pretexto de un supuesto abuso que existió por parte de militares a un repostero francés en Tacubaya, provocando que el príncipe de Francia bloqueara y bombardeara el puerto de Veracruz, hechos que fueron políticamente aprovechados por Anastasio Bustamante presidente centralista de ese tiempo y por el general Santa Anna como acto propagandístico a su favor para volver al poder.

El resultando en realidad fue serio conflicto comercial y diplomático que evitó que nuestra nación continuara con su desarrollo económico, afectando también a terceras potencias que recibían productos por tratados comerciales efectuados; asimismo, dando a conocer al mundo el hecho trágico que la joven nación estaba roída por discordias internas por los intereses personales de unos cuantos, a razón de que en los primero años del México independiente la anarquía y el desorden económico dejaba al país expuesto a la mala voluntad de las potencias extranjeras cuya finalidad era conseguir privilegios económicos en Hispanoamérica ya que previamente efectuaron bloqueos en otros países.

DESARROLLO:                                                                                              En la década de 1830, los casos documentados en la prensa mexicana demostraban la diversidad y complejidad de no uno, sino de varios hechos violentos que involucraban a ciudadanos franceses, por lo que se desmiente rotundamente el burdo pretexto que las reclamaciones de Francia a nuestro país hayan sido únicamente por el asalto a una pastelería de Tacubaya.

En 1837 México se encontraba en medio de una comprometida situación política, agravada por las hostilidades y presiones de naciones extranjeras como España, Inglaterra y Francia, a razón que tenían conocimiento de la riqueza del país, así como el poder económico que podía llegar a obtener del comercio mediante el acceso bioceánico, mismo que apenas iniciaba su desarrollo, en virtud que había por falta de recursos en las arcas nacionales.

Antecedentes:         [pic 1]

El entonces Rey de Francia Felipe l, intento desarrollar estrategias para desestabilizar gobiernos de América latina provocando pequeños conflictos de sus ciudadanos con algunos gobiernos de América Latina ya lo habían propiciado en otros países como en la ciudad de Buenos Aires Argentina también en Uruguay por mencionar algunos y ahora también quería repetir esa estrategia a manera de pretexto de un falso positivo para poder intervenir en alguna nación o país en este caso eligieron a México.                                                                                 

Fue así como ciudadanos francés desempleados y en la ruina, llegaron a México en busca de mejor fortuna rentando locales en el parían y centros importantes auspiciados por el barón Deffaudis, uno de los incondicionales del rey de Francia; siendo admitidos al gremio tan exclusivo de comerciantes franceses en la ciudad de México, de acuerdo con Medina (2018), entre los sucesos desencadenantes de la guerra de los pasteles se encuentran los siguientes:

En el año de 1826 se registraron hechos delictivos contra franceses, siendo el caso del almacén de la librería de Monsieur que según fue saqueado el 6 de diciembre de ese año. Alexander Martin, el enviado francés, informó que, según los estados de cuenta, se le habían robado libros y otros efectos por 74 800 pesos.

Otro suceso documentado fue el producido el 3 de diciembre de 1828, donde una muchedumbre de mendigos, presidiarios, soldados y léperos saqueó el principal mercado de Ciudad de México, el Parián, en la Plaza de la Constitución. Allí se vendían mercancías extranjeras y varios cajones eran propiedad de franceses. El pillaje a los almacenes arrojó una pérdida de alrededor de dos millones de pesos, según las quejas.

Por otra parte, en Tampico en ese mismo año, cinco franceses fueron asaltados y heridos por el populacho. Se robaron una suma de doce mil pesos del domicilio del vicecónsul de Francia. Otro hecho detonante fue el caso del capitán Rives: una tormenta lo arrojó por Mazatlán y ahí murió en la miseria, sin la ayuda que le prometieron empleados de la aduana.

Otro hecho fue el acaecido el 21 de agosto de 1833, donde fueron asesinados cinco franceses en Atencingo (Puebla), entre ellos una mujer, quienes “gozaban del aprecio general, y fueron degollados, hechos pedazos y arrastrados a la cola de los caballos por mexicanos conocidos, que obraban públicamente a la mitad del día”, mientras gritaban: “¡Mueran los extranjeros!”. [pic 2]

En ese mismo año (1833), cuando cundió la terrible epidemia del cólera, cinco buhoneros franceses que se habían internado en el país en poblados indígenas fueron culpados de transmitir la enfermedad y fueron linchados.[pic 3]

Otro suceso detonante se efectuó en 1835 con el se fusilamiento de varios franceses acusados de tomar las armas a favor de los texanos que luchaban por la separación de México. La prensa la llamó “la carnicería de Tampico”. Sin juicio y sin proceso, se les fusiló por “piratas”. El gobierno de Francia reclamó: “el mayor crimen de los veintinueve desgraciados fusilados era sin duda el de ser extranjeros”.

 Así mismo, a otro francés, Pilse le Morgue, lo enviaron a los calabozos de San Juan de Ulúa por haber cometido un homicidio. Aquí sí hubo testigos y la condena fue conforme a la ley. En otro caso, se decía que un alcalde de México había comprado varios marranos al francés Duval para hacer chorizos y carnitas, pero que los animales estaban enfermos y al extranjero se le culpó de haber envenenado a varios tragones. El francés negó los cargos y pidió que le pagaran sus cerdos.

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