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ENYASO DE LIDERASGO CARISMATICO DE HUGO CHAVEZ


Enviado por   •  11 de Agosto de 2013  •  7.758 Palabras (32 Páginas)  •  425 Visitas

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I N T R O D U C C I O N

Hugo Rafael Chávez Frías Sabaneta, 28 de julio de 1954 - Caracas, 5 de marzo de 2013). Presidente de la Republica Bolivariana de Venezuela desde 1999 hasta su fallecimiento. Fue una persona de profundas ideas socialistas e integracionistas heredadas del pensamiento de Simón Bolívar y Francisco de Miranda que lo convirtieron en el líder indiscutible de la Revolución Bolivariana.

Un amplísimo sentimiento popular a favor de cambios sustantivos en la conducción de los asuntos del Estado se hizo evidente el 6 de diciembre de 1998, cuando el 56,24% de los votantes eligió a Hugo Chávez Frías Presidente Constitucional de la entonces República de Venezuela. Este hecho fue considerado por respetados analistas como uno de los logros más trascendentales en la historia política contemporánea de Venezuela. Con las elecciones del 30 de julio de 2000, Hugo Chávez Frías cristalizó el proyecto político constituyente y se relegitimó como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela con el 59,5% de los votos.

En las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006 fue reelegido presidente con una amplia ventaja, obteniendo más de siete millones de votos (62.84%) frente al 36.90% logrado por el candidato de la oposición Manuel Rosales quien reconoció el resultado esa misma noche. En octubre de 2012, Chávez volvió a ganar las elecciones presidenciales de su país, esta vez derrotando con el 55%[1] de los votos, al gobernador del estado de Miranda y candidato de la derecha Henrique Capriles.

MARCO TEORICO – CONCEPTUAL

Se considera que el ex presidente de Venezuela Hugo Chávez era un líder carismático, según Weber, es aquel dotado de “dones específicos del cuerpo y del espíritu estimados como sobrenaturales”, cuya autoridad emerge en tiempos de extrema penuria y dificultades “psíquicas, físicas, económicas, éticas, religiosas o políticas” (Weber, 1997[1922]:847-8). El carisma es una suerte de gracia con la que son investidos ciertos personajes por obra de un orden superior (Weber, 1997:85-87). El poder carismático, por lo tanto, es un poder personal que por su naturaleza religiosa es cualitativamente distinto a toda otra fuente de autoridad. No reconoce ningún procedimiento ordenado para la escogencia o sustitución del líder y se rige sólo por sus propios límites y determinaciones internas. Aunque se basa en la consagración personal y la autoridad, el poder carismático no obedece a leyes y reglamentos como el poder patriarcal. El individuo portador del carisma ejerce su poder y recibe la veneración de sus seguidores...en virtud de una supuesta misión encarnada en su persona, misión que, si no siempre y de un modo absoluto, sí por lo menos en sus representaciones más altas, posee un carácter revolucionario, subversivo de valores, costumbres, leyes y tradición (Weber, 1997[1922]:853). El líder carismático, según Weber, es aquel dotado de “dones específicos del cuerpo y del espíritu estimados como sobrenaturales”, cuya autoridad emerge en tiempos de extrema penuria y dificultades “psíquicas, físicas, económicas, éticas, religiosas o políticas” (Weber, 1997[1922]:847-8). El carisma es una suerte de gracia con la que son investidos ciertos personajes por obra de un orden superior (Weber, 1997:85-87). El poder carismático, por lo tanto, es un poder personal que por su naturaleza religiosa es cualitativamente distinto a toda otra fuente de autoridad. No reconoce ningún procedimiento ordenado para la escogencia o sustitución del líder y se rige sólo por sus propios límites y determinaciones internas. Aunque se basa en la consagración personal y la autoridad, el poder carismático no obedece a leyes y reglamentos como el poder patriarcal. El individuo portador del carisma ejerce su poder y recibe la veneración de sus seguidores.

CARISMA Y POLÍTICA. EL LIDERAZGO DE HUGO CHÁVEZ DESDE LA PERSPECTIVA DE SUS PARTIDARIOS

Se considera al liderazgo político a secas ha sido definido como el ejercicio de la influencia. Sirve para obtener y mantener el apoyo de otros actores políticos, mientras se les guía para moverse en nuevas direcciones (Edwards y Wayne, 1994:14-15). Desde este punto de vista, es indudable que la figura de Hugo Chávez se ha convertido en emblemática. Sin embargo, no abundan las investigaciones académicas que expliquen o describan la naturaleza y contenidos de su liderazgo.

Márquez (2003:271) ha sugerido que la figura de Chávez tiene un “atractivo mesiánico para las masas” y se inscribe en las tradiciones caudillistas de nuestra política. Ramos Jiménez (2002:15-19) encuentra que la conducción política de Chávez se corresponde casi punto por punto con las características del nuevo liderazgo político neopopulista que se ha ido estableciendo en las democracias latinoamericanas. Se trata, afirma, de una conducción política de nuevo tipo que ofrece la desarticulación del pasado político ineficiente y corrupto y, a un tiempo, la creación de una nueva república y la construcción de un nuevo poder. El nuevo poder se resumiría en la figura de un líder dotado de cualidades excepcionales que, por lo mismo, al crear una situación revolucionaria podrá atender las demandas de cambio social y político. Chávez sería un buen ejemplo de ese liderazgo neopopulista latinoamericano.

El mismo Ramos Jiménez al analizar los efectos políticos del carisma, coincide con Márquez al afirmar que el de Chávez es un “liderazgo popular mesiánico” y señala que la relación con sus partidarios tiene las propiedades del vínculo incondicional que se establece entre el líder carismático y sus seguidores. El “chavismo”, argumenta, ha sido “y se mantiene como un movimiento carismático” (Ramos Jiménez, 2002:20-30).

El reconocimiento del fenómeno carismático en la política venezolana con- temporánea es una invitación para explorar las creencias y representaciones de los seguidores de Hugo Chávez. No sólo por la insistencia metodológica de Weber en recuperar el sentido vivido por los actores sociales, sino, sobre todo, porque lo característico de la condición carismática es, precisamente, que ha de ser reconocida por los prosélitos o seguidores del portador del carisma: “lo que importa es cómo se valora ‘por los dominados’...por los adeptos”. Siendo el poder carismático, como se ha dicho, un poder personal exige para su consagración de una “comunidad de creyentes, guerreros, prosélitos” (Weber, 1997[1922]:193-195), porque el poder del carisma se basa en la creencia en la revelación y en los héroes, en la convicción emotiva de la importancia y del valor poseídos por una manifestación de tipo religioso, ético, artístico, científico, político o de otra especie, del heroísmo. Esta creencia

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