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Economia Entre Guerra


Enviado por   •  26 de Mayo de 2012  •  9.236 Palabras (37 Páginas)  •  753 Visitas

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La economía del período de Entreguerras

El período 1919-1929, el Crac de la Bolsa de Nueva York y la crisis de 1929, la Gran Depresión y sus consecuencias, el New Deal de Roosevelt.

EL PERÍODO 1919-1929

El período que media entre la finalización de la Primera Guerra Mundial y el crac de la bolsa de Nueva York estuvo cargado de contradicciones.

Por un lado, el fin de la guerra no puso término a las penurias de los europeos, enfrascados en la reconstrucción de sus economías. Por otro, los Estados Unidos de Norteamérica iniciaron un ciclo expansivo que se tradujo en una prosperidad sin precedentes. Sin embargo esa aparente bonanza no estuvo exenta de ambigüedades. El ciclo expansivo americano se quebró bruscamente en las postrimerías de la década, dando lugar a una crisis cuyas repercusiones conmovieron a todo el mundo capitalista.

La guerra mundial había supuesto una ruptura con los cambios iniciados en la Segunda Revolución Industrial y sus efectos se hicieron notar:

• Desarticulación de los intercambios comerciales internacionales.

• Participación creciente de los estados en economía y la desaparición del liberalismo económico típico del siglo XIX.

• Adaptación de la producción industrial a las necesidades bélicas.

• Recurso a las reservas monetarias por parte de los estados ocasionando con ello una fuerte inflación.

Al finalizar el conflicto era necesario reconvertir una economía volcada en la guerra en otra de paz. El camino hacia la consecución de ese objetivo estuvo plagado de dificultades.

En un primer momento los países europeos, los más afectados por el conflicto, iniciaron un tímido despegue pero pronto esa recuperación sufrió un frenazo. No fue hasta 1924 cuando de nuevo se produjo una reactivación de la economía internacional. La excepción a este hecho la constituyeron los Estados Unidos que salieron de la guerra convertidos en la mayor potencia del mundo. Durante el conflicto se habían erigido en proveedores de materias primas, alimentos y bienes manufacturados y con ello en acreedores de sus aliados.

Durante la posguerra continuaron jugando un papel económico esencial. Europa les adeudaba aproximadamente 10.000 millones de dólares. Las dificultades que aquejaban las economías de los antiguos contendientes no se reflejaron en la potencia americana. La situación se mantuvo hasta finales de la década de los "felices años veinte".

Dos etapas segmentaron la década de los veinte:

La crisis de posguerra (1920-1924)

Concluida la guerra los antiguos contendientes emprendieron la reconstrucción de sus respectivas economías. 1919 fue un año de relativo crecimiento debido a la demanda de bienes de consumo doméstico y al positivo efecto ejercido por los créditos norteamericanos.

Pero las secuelas de la guerra (inflación, desmovilización de tropas, falta de puestos de trabajo, endeudamiento, dislocamiento financiero, etc) condujeron a una recesión que se inició en 1920 y no se superó hasta 1924. Este retroceso obedeció a causas relacionadas con las dificultades en la reconversión de una economía bélica a otra de paz y a desajustes entre la oferta y la demanda. Ésta última se estancó tras el momentáneo tirón que supuso la adquisición de efectos domésticos, aplazada hasta la consecución de la paz.

Alimentaron la crisis dos problemas fundamentales: el de las deudas contraídas durante la contienda, y el de las reparaciones de guerra que Alemania estaba obligada a pagar a los vencedores (Versalles). La relación entre ambos fue estrecha, y el papel que jugaron los créditos americanos en su solución, fundamental.

Estados Unidos, acreedor de los aliados, aplicó, con el fin de controlar la inflación, una política restrictiva de préstamos tendente a reducir la masa monetaria circulante o, lo que es lo mismo, puso en práctica una estrategia deflacionista, al tiempo que implantaba medidas proteccionistas. El efecto consiguiente fue la disminución de la actividad económica europea y una escalada del paro.

Gran Bretaña, acreedora de los aliados por un valor de 1300 millones de libras, era a su vez deudora de los Estados Unidos por un monto de 850 millones. No es de extrañar que reclamase los pagos a sus deudores para poder atender sus propias responsabilidades.

Francia por su parte cifraba sus esperanzas de solventar sus deudas con los Estados Unidos en el cobro de las altas indemnizaciones de guerra que confiaba recibir de Alemania. A lo largo de la década ejerció una constante presión sobre ésta para obligarla a satisfacer cantidades que algunos economistas (Keynes) consideraban excesivas.

Alemania, la peor parada, debía desembolsar la cantidad de 6.000 millones de libras con un pago inicial de 1.000 millones. Su economía no estaba preparada para semejante esfuerzo y no pudo hacer frente a las entregas. Como medida de presión para hacer pagar a Alemania el ejército francés ocupó la zona industrial del Ruhr en enero de 1923. El marco, -unidad monetaria alemana- perdió gran parte de su valor, se devaluó y provocó una desbocada hiperinflación que disparó los precios, desencadenando altos niveles de desempleo.

La difícil solución del problema obligó a abordar la cuestión de las reparaciones de guerra desde una perspectiva diferente. Es lo que hizo el llamado Plan Dawes seguido del Plan Young: rebajar las cantidades que estaba obligada a liquidar Alemania (finalmente condonadas en la Conferencia de Lausana de 1932). Cuando por fin se puso término al tema de las indemnizaciones, Alemania había satisfecho el equivalente a una cuarta parte de las cantidades que inicialmente habían sido fijadas en el Tratado de Versalles.

Período de crecimiento (1924-1929)

A partir de 1924 y hasta 1929, la economía mantuvo el rumbo hacia superación de la crisis de posguerra. Los Estados Unidos se erigieron en la mayor potencia del orbe. Este período de bonanza económica fue acompañado de comportamientos determinados por el optimismo y el consumismo, asociados al fenómeno denominado "felices años veinte".

En gran medida la recuperación se debió a la ejecución en 1924 del Plan Dawes (del financiero y político norteaamericano Charles Dawes), que redujo significativamente las cantidades que Alemania había de abonar a los vencedores, flexibilizaba el pago de las mismas y, sobre todo, arbitraba la concesión de importantes créditos que permitían al Estado germano hacerles frente.

El objetivo del plan era hacer que Alemania estuviese en disposición de satisfacer a sus acreedores y que éstos, a su vez deudores de Estados Unidos, consiguiesen saldar sus obligaciones con ellos, estableciéndose una especie de circuito del dinero que, en definitiva,

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