Edad Media en el Feudalismo

Edad Media en el Feudalismo

El cambio de un Imperio como fue el Romano, a la Edad Media, no sólo trajo un nuevo sistema político o administrativo, sino que fue el surgimiento de un nuevo sistema de organización basado en el vasallaje y en el servilismo. Era el nacimiento del Feudalismo, en este artículo vamos a conocer todo lo referente al Sistema Feudal en la Edad Media, un sistema que abarcó desde el siglo IX, hasta el siglo XV.

El Feudalismo es un sistema por el cual se crea una obligación de obediencia y servicio por parte de un hombre libre al que se le llama Vasallo, hacia otro hombre libre pero más poderoso llamado Señor. Normalmente el vasallo debía cumplir obediencia y servicio en cuestiones militares. A cambio el señor deberá proteger y mantener al vasallo, la mayoría de las veces a través de una concesión de terrenos para su sustento, esta concesión se llamaba Feudo.

Es en este momento cuando la iglesia católica, ya bien establecida en Europa y conocedora de la fragilidad de los reyes y del enorme poder que los grandes señores tenían, decidió otorgar el don que a éstos les faltaba pero que, si tenían los reyes, el don divino. Después de distintos concilios, los prelados y señores se convierten en Jefes Sociales, a partir de este momento los señores dicen haber recibido “el poder de Dios”. De esta forma, a través de una serie de Juramentos que debían renovarse cada generación, la Iglesia Católica contaba con su propio apoyo y ejército, a cambio de protección divina.

El sistema del Feudalismo se basaba en un Vasallo y en el señor Feudal. Los sistemas feudales se iniciaban desde que el rey les daba a sus vasallos un feudo, tierras, a cambio de su trabajo sacrificado. Estos nobles, los mismos vasallos, a su vez también les daban feudos a sus otros vasallos, lo que los hacía señores.

Además de eso también existía la concesión de feudos o territorios que consistía en otorgar a los nobles o vasallos que hubieran destacado en la guerra o en alguna otra recompensa.  Su entrega se suscribía durante la realización de un acto de gran solemnidad que se dividía en tres etapas: homenaje, juramento de fidelidad e investidura. Sin embargo, los vasallos vivían otra muy triste realidad.

Los vasallos

Los vasallos llevaban una vida injusta siempre, ya que estos nunca podían crecer y estaban sujetos a lo que sus generaciones obtenían, es decir que si su abuelo era pobre así lo sería su padre y el. Además de esto, los vasallos eran una sociedad que vivía con un contrato con el señor, proporcionándoles así protección y manutención al vasallo a cambio de ayuda, trabajo y consejo. La ayuda, comúnmente, consistía en ayuda en las batallas al señor defendiendo sus propiedades. Estos, eran poseedores de grandes cantidades de vasallos.

Cuando un señor caía preso, los vasallos debían pagar por su liberación, también tenían que contribuir para la armadura del primogénito del señor cuando era armado caballero, o para casar a la hija mayor o contribuir para pagar las incursiones en Tierra Santa. Realmente el vasallaje era una relación que se mantenía entre dos señores, eso sí de distintas categorías, donde el señor de mayor categoría se convertía en señor y el de menos categoría se convertía en vasallo.

Sin embargo, los feudos también tienen mucha definición en este ámbito.

Los feudos

Los feudos podían ser derechos otorgados por un señor o podían ser tierras cultivables, bosques fincas, pueblos, villas, etc. Los feudos se concebían como unidad económica y de producción. 

La Literatura en la Edad Media

En esta época surgen varias obras que se enfocan en el vasallaje. También se le llama literatura Medieval. Se denomina literatura medieval a todos aquellos trabajos escritos principalmente  durante la Edad Media, es decir, durante aproximadamente mil años transcurridos desde la caída del Imperio Romano de hasta los inicios del Renacimiento a finales del siglo XVI. La literatura de este tiempo estaba compuesta básicamente de escritos religiosos, concepto amplio y complejo, que abarca desde los escritos más sagrados hasta los más profanos.

Sin embargo, aunque la mayoría de esta literatura era

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