Edad Media
Enviado por irina9 • 26 de Diciembre de 2013 • 479 Palabras (2 Páginas) • 276 Visitas
Edad media (reflexión)
Mi opinión es que es claro que durante este periodo la humanidad en términos culturales la sociedad estaba fuertemente influenciada por la religión. El cristianismo dominó las mentes y las “almas” de la gran mayoría de la población de la Edad Media. Toda la interpretación de la realidad giraba sobre lo que decían las “sagradas” escrituras, incluso eran la principal inspiración artística. Aquellos que valientemente se enfrentaron a esta opresión sufrieron las consecuencias, entre ellos podemos nombrar a los “herejes” y las “brujas”.
Es un momento de la historia que el conocimiento acerca del ser humano no es lo más importante. Tener una adecuada concepción de Dios y de cómo agradar a los ojos de este, era lo verdaderamente importante. El común de la gente tenía la imagen de un Dios castigador que lo evalúa todo como bueno o malo y de acuerdo a ello envía sus enfermedades o catástrofes ambientales (diluvios, sequías).
Además con la historia de vida de Jesús, su promesa de amor y salvación llenaron a la gente ordinaria con la esperanza de liberarse de los problemas terrenos: soledad, pobreza, hambre. La historia que ha platicado la Iglesia de su muerte y resurrección trastornaron el orden natural del universo, lo que reforzó la importancia de la vida espiritual. La historia de Jesús ofreció un mensaje de atractivo universal, y la tranquilidad política de la paz romana le dio la oportunidad de alcanzar a millones de personas en el imperio.
La Iglesia como sistema de poder económico y político es el que une a Dios con el Humano y le proporciona verdades que se refieren a las verdades que debe poseer el ser humano con respecto a su creador, debe estar relacionadas con la clase de vida que debe llevar para salvarse y formar parte del mundo divino. Su felicidad es la contemplación de Dios y su verdadera relación es con él.
Llama mi atención como un pensador y religioso como San Agustín de Hipona si bien tiene ideas de tipo platónico resta importancia a la racionalidad de la mente, que depende de lo poco confiable de la información de nuestros sentidos, pues es más importante compartir la gloria de Dios, ya que el alma es un receptor de sabiduría divina y a través de la inocencia, es como el yo del individuo, dotada de la gracia de la sabiduría divina, determina la dirección de la actividad.
San Agustín aseguró que la humanidad podía dividirse en dos sociedades, o ciudades. La ciudad terrenal está dedicada a la mundanalidad, dominada por los males del materialismo. La ciudad de Dios es imperecedera, y para nosotros se identifica con la Iglesia.
En conclusión los individuos no eran libres pensadores, no tuvieron esa oportunidad de cuestionar la información que les proporcionaba la Iglesia solo tenían la oportunidad de aceptar vivir dentro del dogma, so pena de perder la vida.
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