Edad Media
Enviado por narcisachiran • 8 de Abril de 2015 • 361 Palabras (2 Páginas) • 177 Visitas
El hombre medieval acostumbraba a percibir la realidad a través de lo sensible, arraigados al espiritualismo. Todo estaba regido estrictamente a la religión que se manifestaba principalmente en la cultura. La biblia era el principal manual de convivencia en esta época, dado que todo está fundamentado bajo el régimen espiritual. Para los hombres de la Edad Media, toda la vida moral se resume en un duelo entre el bien y el mal, las virtudes y los vicios, el alma y el cuerpo.
La época medieval fue un periodo de transición en donde el hombre sale la luz, donde renacieron las ideas de la antigüedad, cabe resaltar que esta época estaba forjada a ser parte fundamental del cristianismo acontecimiento que dio origen a la nueva construcción de la vida del hombre como tal, sus principales avances fueron en el aspecto científico, con el cual se trataba de buscar soluciones a los diferentes problemas que se presentaban en esta época. Se dice que por el completo apego que la sociedad tenía con la iglesia no permitía un desarrollo del hombre, ya que la iglesia supervisaba todo lo que se hacía en aquel tiempo, y si esto se hacía por fuera de las leyes de la iglesia era mal visto por toda la comunidad. Es aquí donde existe una descentralización del hombre con la iglesia y se da paso a una época donde el pensamiento del hombre es la principal fuente de evolución para las sociedades futuras.
En este contexto de dominio de lo emblemático y de lo gestual, lo que quedaba más profundamente grabado en la conciencia del hombre medieval eran no tanto las ideas inconcretas como las manifestaciones del lenguaje del cuerpo. El lenguaje de los gestos, tan arraigado en la cultura medieval, podía manifestarse principalmente de dos modos bien diversos: privadamente o socialmente. El gesto privado se caracterizaba habitualmente por la postura que acompañaba la demostración de sometimiento es la actitud física de los orantes, que se arrodillaban para mostrar su indigencia y servilismo ante Dios, uniendo sus manos como manifestación de sumisión, tal como también habían hecho durante siglos los siervos al manifestar la sujeción a su señor feudal
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