Ediporey
Enviado por smith666 • 2 de Julio de 2014 • Informe • 282 Palabras (2 Páginas) • 186 Visitas
EDIPO:
Quien no teme obrar, no tiene miedo a las amenazas.
CORIFEO:
Ya tenemos al que sabrá desenmascarar al culpable. Aquí, en
efecto, tus mensajeros traen al antiguo adivino, el único entre
los hombres en quien reside la verdad.
(Entra el anciano TIRESIAS, ciego venerable, guiado por un niño.)
EDIPO:
¡Oh Tiresias, cuya mente conoce todo lo que se ha de divulgar
y lo que se ha de callar, los signos del Cielo y los que ofrece la
Tierra! Aunque seas ciego, ves sin embargo el azote que padece
esta ciudad; sólo tú, maestro, puedes socorrerla y salvarla. Apolo,
en efecto, si no te han informado mal nuestros mensajeros,
contestó a nuestros enviado que el único medio de liberarnos
de la plaga que nos azota es descubrir al asesino de Layo y
castigarle con la muerte o con el destierro de este país. Tú,
pues, Tiresias, sin ahorrarte los presagios que puedas obtener
de tu ciencia augural, o poniendo a contribución cualquier otro
medio adivinatorio, salva a la ciudad y sálvate a ti mismo; sálvame
también a mí y líbranos de la mancha de ese homicidio. Nuestra
esperanza está puesta en ti; y ser útil a los demás, en la medida
de sus fuerzas, y según sus medios, es para un hombre la más
hermosa de sus empresas.
TIRESIAS:
¡Ay! ¡Ay! ¡Cuán atroz es saber, cuando no trae provecho ni
siquiera al que sabe! Convencido estaba de ello, pero lo había
olvidado: no debería haber venido.
EDIPO:
¿Qué hay? Apenas has llegado y ya te veo desalentado.
TIRESIAS:
¡Déjame volver a mi hogar! Será lo mejor si quieres creerme,
para ti y para mí.
EDIPO:
Tus palabras no son justas, ni veo en ellas sentimientos de
benevolencia para esta ciudad que te ha criado, puesto que
rehúsas darle la respuesta que te pide.
TIRESIAS:
Es que veo que tu petición no es oportuna para ti mismo. De
modo que para
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