Egipto

Las pirámides de Abusir y la creación del templo solar. Dinastías V y VI

El legado de la V Dinastía se concentra en la Necrópolis de Abusir, en la región de Menfis. Las pirámides son de proporciones más modestas, en cambio se observa un aumento de la complejidad de sus cámaras funerarias y del tamaño de sus templos. La arquitectura templaria irá progresivamente perdiendo la sobriedad de la IV Dinastía y ganará en ornamentación y refinamiento. El culto a Osiris, consolidado a finales de la V Dinastía, asimilará al faraón a su muerte a este dios convirtiéndolo en el rey de los muertos, mientras que su heredero en la tierra será equiparado a su hijo Horus como soberano de los vivos. Aparecen en la VI Dinastía los Texto de las Pirámides, textos escritos en los muros interiores de las cámaras funerarias para ayudar al faraón en su paso por la Duat hacia la vida eterna.

Destaca la Pirámide de Sahure, segundo faraón de la V Dinastía y fundador de la necrópolis de Abusir. El templo del valle, casi destruido, repite el modelo del de Keops, aunque con mayor complejidad, materiales muy ricos y relieves de calidad, que reproducían el cosmos. Se componía de un vestíbulo cubierto con bóveda (pintada de azul con estrellas) que daba entrada a un patio descubierto con columnas, pavimento de basalto negro pulido y altar central, ambos decorados con finos relieves del faraón cazando hipopótamos, pescando o culminando hazañas bélicas. Las columnas reproducen elementos vegetales. Del patio se accedía a una cámara con cinco hornacinas para estatuas y al fondo se ubica un santuario abovedado y adosado a la pirámide para realizar ofrendas funerarias.

Otras tumbas de Abusir son la Pirámide de Neferirkare, la mayor del complejo y escalonada por falta de revestimiento; la de Neferefre, que es una mastaba cuadrada; y la de Neuserre, todas ellas en muy mal estado, completan la Necrópolis.

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