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El Bastión de papel


Enviado por   •  17 de Mayo de 2023  •  Ensayo  •  1.422 Palabras (6 Páginas)  •  47 Visitas

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Historia del Tiempo Presente

Resumen de: El bastión de papel: La prensa reacia a la transición política a  la democracia (1974-1982)

Los años finales del régimen de franco conocieron una oposición provinente del frente atrincherado tras las conquistas del 18 de Julio. Se trata de un bastión de papel, que formaron el diario El Alcázar y el seminario Fuerza Nueva, que era el órgano del partido de igual nombre una vez fundado éste en 1976.

El 2 de mayo de 1966, tres semanas después de entrar en vigor la nueva Ley de Prensa e Imprenta, se creó Fuerza Nueva Editorial, S.A.  Inscrita en el Registro de Empresas Periodísticas del Ministerio de Información y Turismo. El número cero de la revista, salió el 14 de diciembre de aquel mismo año con una finalidad: estar alerta de cualquier signo de aperturismo político o religioso en España para combatirlo.

La sensación que produce Fuerza Nueva a finales de los 60 y principios de los 70 es que: el enemigo estaba instalado dentro del sistema. Ya en su primer número adapta una línea pugnaz en contra de las reformas internas del régimen, propiciadas por traidores y resentidos a quienes solo le importaba el beneficio propio. Se llena de análisis catastrofista y esperanzado mientras vivía Franco, de la realidad nacional. La revista mostraba su posición con la finalidad de preservar esa identidad esencial Iglesia-Estado, y así lo revelan sus páginas dedicadas a la situación del clero y de la religión.

Por otro lado, El Alcázar, constituía en 1968 una publicación sólida, con aires reformistas de finales de la década. Desde 1966, su propietaria, la Hermandad de Nuestra Señora de Santa Nuria  del Alcázar, había formulado a PESA numerosas quejas. La fidelidad al jefe del Estado era una condición necesaria para mantener el contrato de cesión a la empresa, argumentado utilizado por la Hermandad para solicitar su rescisión. Más tarde, se solicitó a la Dirección General de Prensa que dispusiera los medios pertinentes para denegar el depósito previo. En septiembre de 1968, se suspendió este periódico. Pero en octubre volvió dirigido por el presidente de la Federación de Asociaciones de Prensa de España, con una redacción plagada de plumas de la Prensa del Movimiento. Esto fracaso, y en 1970, Antonio Gibello, falangista y editor de Arriba asumió la dirección.

El asesinato de Carrero Blanco supuso un acicate para la campaña de denuncias articulada por la prensa de extrema derecha. Dejando en evidencia a las fuerzas de seguridad del Estado, mostrando su debilidad ante el azote del terrorismo. Tanto Fuerza Nueva como El Alcázar trataron de articular una respuesta rápida. Arriba, El Alcázar, y sobre todo el diario de la prensa del Movimiento, ensalzaron las propuestas para una reforma de continuidad. Actualizar el Movimiento en las nuevas circunstancias históricas, lo cual nada tenía que ver con la renuncia a lo esencial. La revista se vio obligada a adoptar puntos de vista propios. La defensa de una Monarquía católica, social y representativa, contrastaba con la evolución de política nacional. Ante lo cual Fuerza Nueva blandió su fidelidad a los principios inspiradores del Estado Nacional.

Fuerza Nueva no compartía los afanes renovadores del equipo ministerial, y el conflicto con el Gobierno estalló el 28 de septiembre. El motivo fue un largo artículo donde Piñar recogía todas las imprudencias y torpezas cometidas por Arias en el corto espacio de tiempo que llevaba de jefe de Gobierno. Esto llevo al toledano a los tribunales. El texto era revelador de los planteamientos de un sector de la extrema derecha enfrentado abiertamente con quien en principio debió ser el defensor de sus posiciones.

La radicalidad de Fuerza Nueva arrastro a El Alcázar. Con perseverancia, los artículos de fondo que se publican entre abril y fin de año recordaban uno a uno los logros del régimen, cosechados, después de años de sufrimiento y escasez en lo económico, social y cultural, subyacía una advertencia: el pueblo español conocía perfectamente el valor de los hechos, mucho más que el de las palabras.

Hasta entonces, El Alcázar se había distinguido por mostrar su desacuerdo con la política reformista sin enfrentarse con el Gobierno. Pero ahora radicalizaba su discurso.Con el intento de favorecer los planes de Gobierno, los responsables del Ministerio de Información destituyeron en febrero de 1975 al director de Arriba, y al responsable de la Prensa del Movimiento. El plan del Ejecutivo consistía en dirigir la política informativa para moderar el tono de Arriba y Pueblo y así vincularlos a su proyecto aperturista, con lo cual la crítica quedaría reducida a Fuerza Nueva. El Alcázar pretende vincular al periódico con los ex combatientes potencialmente lectores.

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