El Centro universitario de ciencias sociales y humanidades
Enviado por letychm • 23 de Mayo de 2016 • Trabajo • 3.464 Palabras (14 Páginas) • 318 Visitas
Universidad de Guadalajara
Centro universitario de ciencias sociales y humanidades
División de estudios históricos y humanos
Departamento de historia
4° semestre licenciatura en historia
Historia e Historiografía Regional I
Dra. Águeda Jiménez Pelayo.
LOS AGUSTINOS
Leticia Mayra Guadalupe Chávez Méndez
18/11/2014.
Índice
Introducción………………………………………………………………….. 3
Antecedentes de la orden de San Agustín…………………………………… 4
Agustinos durante los siglos, XVI y XVII…………………………………… 5
Cambios en la identidad de las órdenes religiosas (1750-1821)……………… 8
La fundación Agustina en Guadalajara………………………………………. 10
Fundación Agustina en Tonalá……………………………………………….. 14
Conclusiones………………………………………………………………….. 15
Anexo…………………………………………………………………………. 16
Bibliografía……………………………………………………………………. 18
Introducción.
El propósito de este documento es dar a conocer la orden religiosa de los Agustinos, establecer los rasgos de su comunidad y marcar los cambios con la llegada de estos a la nueva España.
También estableceré hechos durante su estancia en la Nueva Galicia, marcando los propósitos y el seguimiento de este durante el recorrido en el territorio.
Uno de mis objetivos es explicar el por qué del fenómeno que durante 1750 y 1821, las órdenes religiosas, tuvieron que aceptar la ejecución del decreto real llamado la “Secularización de las doctrinas”, que los obligó a dejar sus conventos y parroquias en manos del clero secular.
Después se presenta la explicación de la Fundación de Guadalajara, los problemas que se dieron y los diferentes puntos de vista sobre esto. Donde mi principal objetivo es ver los cambios efectuados en Guadalajara plasmados en el convento Agustino, producto de este cambio.
Antecedentes de la orden de San Agustín.
Para la comunidad de religiosos agustinos, el 17 de marzo de 1602 representa la fecha en que el Virrey entregó el auto de separación de las dos provincias de religiosos agustinos en tierras americanas: la del Santísimo Nombre de Jesús y la de San Nicolás de Tolentino. Pero encontramos que sus ideales de evangelizar y, por ende, de educar, tienen su germen mucho tiempo atrás. En el siglo XVII nació en Europa un nuevo tipo de orden religiosa: los mendicantes, para quienes la búsqueda del ideal evangélico en un sentido más puro y la predicación a los conglomerados urbanos, como consecuencia del resurgimiento de las ciudades, representan los ideales de dos congregaciones, una fundada por San Francisco y otra por Santo Domingo. “(…)Estas órdenes fueron reconocidas por el papado como parte de un programa de reforma eclesiástica, (…) a través del cual se establecieron ciertas reglas en las que se exigían que los frailes mendigaran la caridad pública, divulgaran la palabra de Dios y vivieran entregados al estudio y al ascetismo evangélico”.[1]
Después de esta fecha nacieron otras órdenes de eremitas, tales como los carmelitas y los mercedarios. Y para el año 1243, Inocencio IV promulgó dos bulas con las que se dio nacimiento a la orden eremítica de San Agustín; pero no es sino hasta 1256, en la que se constituye la “gran unión”, al constituirse un solo cuerpo las diversas comunidades que seguían el ideal de vida que Agustín de Hipona, el doctor de la Iglesia, había creado en el siglo IV. Para 1290, las constituciones ratisbonenses les dieron una estructura jurídica propia. “Esta orden agustina, al nacer como la tercera orden mendicante, agregó a su carácter eremítico y contemplativo, el nuevo cariz de vida activa que implicaba la cura de almas.”[2]
Agustinos durante los siglos, XVI y XVII.
Después de los franciscanos y los dominicos, los religiosos agustinos llegaron a México en mayo de 1533 en número de siete frailes, todos clérigos: Francisco de la Cruz, que venía como superior, Jerónimo de San Esteban, Juan de San Román, Agustín de Coruña, Juan de Oseguera, Jorge de Ávila y Alonso de Borja. Como se lee en la crónica de Juan Grijalva:
Luego que pasó la Pascua se juntaron en Toledo el Padre Provincial, y algunos de los Padres, que habían de pasar a esta tierra, y trajeron consigo algunas firmas de otros que estaban con el mismo deseo (…) entre el Padre Provincial y el Padre venerable escogieron ocho religiosos los que parecieron más convenientes para la sazón en conformidad del permiso de su Majestad (…) los que en esta ocasión fueron escogidos, fueron el Padre venerable, el Padre fray Jerónimo de S. Esteban, el Padre fray Juan de S. Román, el Padre fray Agustín de Coruña, el Padre fray Juan de Oseguera, el Padre fray Juan de Moya, o fray Juan Bautista, el Padre fray Jorge de Ávila, y el Padre fray Alonso de Borja (…) hizose la elección el año de 1533, con tan gran solemnidad que cantó el P. Provincial la Misa del Espíritu Santo, y junto todo el convento en la sala Capitular el Padre Provincial como Presidente les hizo una plática espiritual, y muy fervorosa, representándoles el negocio tan arduo que tomaban entre manos, la grande importancia del; así para la salvación de tantas almas(sic).[3]
Estos buscaron los territorios que habían dejado libres las dos órdenes que los precedieron. Los agustinos recibieron un gran apoyo de la Segunda Audiencia y sobre todo del virrey Antonio de Mendoza, quien los ocupó en importantes tareas de colonización.
A medida que la orden agustina creció se fue expandiendo y buscó a mayor territorio incursionando en lugares ocupados por otras órdenes, así que paulatinamente se expandieron hacia lo que hoy conocemos como la Huasteca hidalguense y potosina, el Mar del Sur y Michoacán a donde llegaron alrededor de 1537 fray Diego de Chávez y fray Juan de San Román por petición del encomendero de Tiripetío Juan de Alvarado; ahí construyeron iglesias y conventos además de un hospital para los naturales.
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