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El Cine En La Epoca De Oro


Enviado por   •  15 de Mayo de 2013  •  2.408 Palabras (10 Páginas)  •  511 Visitas

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El cine en su comienzo se da en la ciudad de París, donde fue inaugurado un 28 de diciembre de 1885 por los hermanos Lumiere. Proyectaron públicamente la salida de obreros de una fábrica francesa en Lyon, la demolición de un muro, la llegada de un tren y un barco saliendo del puerto. En ese momento, se da el inicio a una nueva manera de representar el mundo, la sociedad, y los diferentes contextos. Sin embargo esto era algo nuevo para la sociedad, lo cual causó sorpresa y hasta temor entre los espectadores presentes, que algunos al ver la llegada del tren a la estación creyeron que se iba a salir de la pantalla y llegaron a levantarse del asiento.

“el cine es la representación de fotos colocadas en una frecuencia lógica para lograr una imagen en movimiento y trata de narrar una historia o un acontecimiento”

El cine es una forma de narrar que hereda muchas categorías de la literatura y muy singularmente de la narrativa popular y reitera ciertos elementos para simplificar la comprensión del relato donde se expresan ideas, vivencias, personalidades y aspectos diferentes de la sociedad. Gómezjara (1973) nos plantea que es un medio de expresión para guiar y disciplinar el espíritu individual y colectivo, es decir, que este medio puede manipularte, en cierta manera, para crear conceptos sobre la vida cotidiana y sobre las relaciones sociales, dándote un imaginario social. Pero ahora la pregunta es ¿Qué es un imaginario social? es el modo en que las personas imaginan su existencia social y su entrono social, “que se manifiesta a través de imágenes historias y leyendas. (…) lo interesante de lo imaginario es que lo comparten amplios grupos de personas y es la concepción colectiva que hace posible las prácticas comunes y un sentimiento ampliamente compartido de la legitimidad (…) incorpora una idea de las expectativas normales que mantenemos unos respecto a otros de la clase de movimiento común que nos permite desarrollar las prácticas colectivas que forman nuestra vida social” (Taylor, 2006:37-38)

El cine, como otras manifestaciones del arte ha insertado en su discurso nuevos códigos, adoptado símbolos más novedosos y reacomodando otros más tradicionales, vistiendo de ropajes más técnicos y sofisticados sus géneros más clásicos. Aunque en esencia continúan repitiendo las mismas fórmulas. Es importante decir que dentro del cine se masifican los estereotipos. Esto por supuesto, ha sufrido variaciones en los últimos tiempos como lógico resultado de los cambios en los distintos ámbitos de la vida cultural, científica y política. De ahí que relacionemos las prácticas cinematográficas desarrolladas durante la Época de Oro del Cine Mexicano las cuales contribuyen a un imaginario social, es decir nos presentan en las películas un conjunto limitado de personajes y estilos de vida que se convierten en el epítome de “lo mexicano”. Así, las películas de la Época de Oro muestran en la pantalla aquello que debe ser entendido como la esencia de la “mexicanidad” (Bourdieu y Wacquant, 2001:7)

Pero antes de este concepto de imaginario social es importante mencionar como llegó el cine a México. Llegó un 6 de agosto de 1896, cuando Porfirio Díaz (1876-1911) su familia y miembros del gabinete aceptaron recibir los proyectores de los hermanos Lumiere, siendo así la primera vez que se presentó esta idea en México. El presidente le dió un sentido de entretenimiento para las personas y por supuesto aceptó la propuesta por su simpatía con la ciudad de Francia, siendo así el 14 de agosto en una droguería de plateros (hoy la calle de madero) que presentaron las vistas (películas) al pueblo Mexicano igualando la primera vez que se presentó en Francia. Un dato importante es que, México fue el primer país en América en recibir esta idea del cine ya que en Estados Unidos el presidente Edison la rechazó. Después de que el cine llegó a México durante la época Porfiriana, surgió una transformación en el sexenio de Lázaro Cárdenas (1936-1940) es decir se dió un giro en la interpretación del cine, es ahí donde centraremos nuestra atención. El florecimiento del cine mexicano coincide con el inicio de la estabilidad política posterior a la Revolución, en el gobierno de Lázaro Cárdenas. Él se interesó por desarrollo de las artes, de hecho alcanzó al cine y el número de producciones fue en aumento y poco a poco la cinematografía mexicana se afianzó primero en el gusto nacional y luego en el regional. Las políticas reformistas de Cárdenas, que incluían entre otras la nacionalización del petróleo, alcanzarían también al cine. Cárdenas desarrolló distintas estrategias para impulsar la cinematografía nacional, y “en 1938 la industria del cine era la más grande después de la industria petrolera. La comedia ranchera situó a México como el mayor exportador de películas entre los países latinoamericanos” (King, 1994:77). Pensamos, que en esta época fue una estrategia que Lázaro Cárdenas pudo aprovechar. Pues el tenia la ideología de hacer un México unido. Mediante este recurso podía transmitir ideas y formas de pensar sobre una unidad y sobre una identidad mexicana, así como transmitir mensajes políticos poniendo al pueblo a favor del gobierno. Sin embargo es importante mencionar, que no era tan fácil lograr que todo un pueblo se uniera o que hubiera una identidad nacional, pues había un sinfín de desigualdades, y el sector más grande eran campesinos que no sabían leer ni escribir, el promedio nacional de analfabetismo alcanzaba el 66% entonces la pregunta seria ¿Cómo querer crear una identidad y unión a través del cine mexicano, si había sectores desfavorecidos?

El cine mexicano es el lugar genuino donde el pueblo sufre, ama, y canta, y al tiempo que genera mitos perdurables. Por ejemplo Pedro Infante sintetiza las mejores virtudes del barrio: generosidad, simpatía, fortaleza moral frente a la adversidad, romanticismos a raudales, y el elogio de una virilidad acendrada por la dulzura. Ahora bien el hombre y la mujer jugaron un papel importante en el cine; para Carlos Monsiváis tiene la frase precisa para definir a la cinematografía de la Época de Oro: “autos sacramentales de mexicanidad”, que no ofrecen realismo, sino más bien nobles visiones del coraje, de la grandeza de la tierra, del machismo y del espíritu femenino (Monsiváis citado en King, 1994:79).

El cine de la Época de Oro participó en la elaboración de una identidad nacional y popular ayudando a consolidar elementos identitarios divulgados, en un primer momento, por la Revolución Mexicana y que, posteriormente, se volvió “típico” y fácilmente imitable. Desde nuestro punto vista el cine llegó a ser un arma social con la cual se reforzaría la visión como mexicano en nuestro país y en el mundo, haciendo que hubiera una homogeneidad

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