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El Correo Y El Telegrafo


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2013  •  3.550 Palabras (15 Páginas)  •  1.489 Visitas

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El Correo nace con la necesidad que tiene el hombre de comunicarse con los individuos que se encuentran en otros lugares. Desde los años más antiguos, el hombre ha necesitado transmitir información y ha buscado mecanismos para comunicar mensajes a distancia.

Los primeros eran orales y los mensajeros eran elegidos entre quienes destacaban por su buena memoria. Los sumerios, que habitaron Mesopotamia hace 5,000 años, fueron los primeros en manejar la escritura, y por lo tanto los primeros en escribir cartas.

Los egipcios escribían sobre sobre pergaminos que fabricaban con pieles de animales. Más tarde usaron los papiros, hechos a partir de la corteza de un arbusto. Hace 4,500 años ya existía una red de mensajeros en Egipto, siendo el Nilo la principal vía de comunicación.

La más antigua carta conocida es un mensaje del Faraón Pepi II, quien tomó de Egipto a la edad de siete años, cerca del año 2200 a.C.

Muy pronto y por iniciativa de sus consejeros, organizo una expedición al interior del continente africano para buscar oro, incienso y otros bienes necesarios para el culto, pero también provisiones para el diario vivir. Un servicio muy bien organizado mantenía la comunicación entre la cancillería del joven monarca y el responsable de la expedición, llamado Hichouf. Los informes bajaban las aguas del río Nilo hasta llegar a la magníficaresidencia real.

Las órdenes eran redactadas en la cancillería en las más finas cortezas del arbusto de papiro. Enrolladas, precintadas y selladas, eran enviadas a remontar el Nilo hasta llegar al corazón de áfrica. Uno de esos mensajes de Pepi II ha podido conservarse y está considerado como la carta más antigua del mundo.

La palabra “correo”, se refiere a “el que corre” y se remonta a épocas en que los portadores de noticias eran verdaderos atletas, dedicados a llevar y traer mensajes o documentos para la nobleza, la casta sacerdotal y los militares. El sistema de correos que se fue repitiendo en distintas naciones era algo parecido a una carrera de relevos de corredores, que posteriormente serian sustituidos por jinetes.

En Persia, Cyrus reorganizó hace más de 2.500 años un sistema de correos que funcionaba desde tiempos inmemoriales. El historiador griego Herodoto escribió acerca los correos persas: “Ni la nieve, ni la lluvia, ni la oscuridad ni la noche, impedirán que estos correos cumplan con su deber.

Un mensajero legendario es el corredor de la célebre batalla de Maratón, que en el año 490 a.C. recorrió los 42 kilómetros que separaban dicho lugar de Atenas para anunciar la victoria de los griegos. Cumplido su deber, murió.

Desde el principio el correo fue una herramienta del poder: los gobernantes podían informarse de lo que pasa en los territorios y hacer llegar sus órdenesa todos los ciudadanos mediante la palabra escrita. Los chinos inventaron el papel, un material más liviano y de más fácil manejo, que se impulsó el desarrollo más importante del correo en la Antigüedad, que llego a ser ejemplar.

En la época de la dinastía Tchou, unos 1.200 años antes de nuestra Era, ya existía un eficiente servicio de correos basado en estaciones donde los mensajeros descansaban y cambiaban de caballo. Según el explorador Marco Polo, existían cinco rutas, 16,000 estaciones y 70.000 empleados que llegaban a recorrer 230 kilómetros cada día. Durante el imperio Romano se consiguió un sistema muy amplio y eficaz para unir a Roma con los puntos más lejanos. Augusto, el primer emperador, creó el Cursus Publicus usando las famosas vías que unían todo el vasto imperio. Sin estas vías de comunicación Roma nunca hubiera existido. Las rutas contaban con terminales en cada etapa y entre cada dos de ellas existían de seis a diez paradas donde se cambiaba de caballería. Los taballanï transportaban la correspondencia oficial y a veces la de los particulares. Con la caída del Imperio Romano, este eficiente sistema se vino abajo.

Durante la edad media, el correo fue una empresa de carácter privado al servicio de los poderosos. Los reyes, los nobles y los jerarcas de la iglesia tenían sus propios correos para comunicarse. A medida que avanzó el fortalecimiento del poder real, el correo fue objeto de control oficial. Embajadores, correos, mandaderos o troteros son distintos nombres que se les dieron a los trabajadores de este sector, además de estos servidores, en algunas regiones europeas fueron utilizadas las palomas mensajeras, al parecer con gran eficacia.

A partir del Siglo XIV, los mercaderes europeos fundaron servicios de entregas que organizaron en gremios para despachar a los correos. En 1476, durante el reinado de Luis XI, se creó el primer correo montado en Francia. Del Italiano staffa, que significa estribo, se deriva la palabra estafeta y después se les llamo “estafetas” a los correos a caballo, que continuaban funcionaban con el sistema de relevos. El término “postal”, utilizado por todos los servicios de correos del mundo, tiene su origen en el uso generalizado del caballo como medio de transporte para el traslado de la correspondencia de una ciudad a otra. En sus largos recorridos, los jinetes o carruajes de los servicios de correo necesitaban cabalgaduras frescas para continuar la jornada.

En puntos estratégicos de las rutas europeas, se establecieron corrales o caballerízas que concentraban a un buen número de caballos para el relevo oportuno y en donde se les proveía agua, forrajes y granos para su alimentación y descanso. A estos lugares se les conocía como “postas”, nombre de origen latino que significa “lugar o puesto donde están los caballos”. Con el crecimiento de la demanda del servicio de correos, junto a las postas aparecieron pequeños mesoneros donde se podía tomar alimentos y pernoctar, además de convertirse en lugares propicios para entregar y recibir correspondencia; de ahí los títulos de “correo mayor de hostales y postas” dados a quienes ejercían la función del correo. El servicio más importante fue el de la familia Tassis. El emperador Maximiliano I de Alemania nombro a Francisco Gabriel de Tassis, Conde de Valsanima. “Maestro Mayor de Hostales, Postas y Correo de todos mis Reinos y Señoríos” y posteriormente su nieto, Carlos I de España y V de Alemania, lo confirmó en el cargo.

Después, el mismo Carlos I llevó a la corte de Toledo a los descendientes de Tassis y los estableció como los Correos Mayores del Imperio Español.

Durante el Renacimiento se extendió el uso de las palabras escrita como medio de comunicación y se desarrolló la imprenta. El correo, privilegio de Reyes se fue extendiendo a todas las capas sociales, popularizándose como un servicio confiable.

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