El Estado Democrático de Derecho y Los Nuevos Autoritarismos Constitucionales en América Latina

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA CENTROAMERICANA

UNITEC

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES

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El Estado Democrático de Derecho y Los Nuevos Autoritarismos Constitucionales en América Latina:

El Caso de Venezuela

Por décadas se ha manejado que cuando existen La Democracia con todos sus componentes esenciales o elementos fundamentales, que definen como método de gobierno a los pueblos, los cuales son la soberanía popular, la participación, el pluralismo, el consenso, es allí cuando existe El Estado de Derecho; Pero cuando se carece de estos componentes esenciales, es cuando emerge un modelo de Autoritarismo, en donde no se toma en cuenta el estado de Derecho con la separación e independencia de los poderes.

Sin embargo esto ha dado un giro pues América Latina ha empezado a vivir un cambio en un nuevo modelo de Estado Autoritario, que  tiene sus raíces en los primeros años de este siglo, en donde ha comenzado a establecerse con un apoyo popular y además de un origen electoral.

Este nuevo modelo  autoritario no es democrático, ni se puede considerar un estado de Derecho, porque ignora los componentes esenciales más importantes de la democracia. Puesto que la democracia es un sistema Político que tiene por objeto asegurar el gobierno del pueblo, quien es titular de la soberanía, lo que significa que esto debe impedir el abuso de quien o quienes ejerzan el poder estatal, establecido sobre un sistema político constitucional.

Esto significa que debe existir un control en el poder, con límites, con controles, logrando con esto que los diferentes poderes del estado puedan limitarse, controlarse y cooperen mutuamente, teniendo todos acceso al poder y complementándose unos con otros pero con la separación e independencia de los poderes públicos.

Además de esto para que exista una Democracia efectiva para el pueblo, se necesita la transparencia de las actividades gubernamentales, actuando con responsabilidad en los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales, así como la libertad de expresión y de prensa.

Con todos estos elementos esenciales logramos la separación e independencia de los poderes del estado, que es uno de los pilares fundamentales del Estado de Derecho, buscando asegurar el respeto a los derechos humanos, la sujeción del poder al derecho, elecciones regulares y libres de un régimen plural de partidos, junto con la separación e independencia de los poderes, lo que significa un orden constitucional que debe existir en toda democracia, para controlar y limitar el poder, logrando así una efectiva representación política, con  elementos muy importantes como lo son la “posibilidad real de la participación política del ciudadano”, “un gobierno transparente y responsable”, y “la vigencia efectiva del imperio de la ley”.

Pero si le damos vuelta a la moneda, ¿qué pasa si no existe control del poder?:

Entonces no hay ni puede haber una democracia real , ni un efectivo estado de derecho, ni se puede lograr la vigencia de los factores arriba mencionados, ya que si el poder no se controla no existen elecciones completamente libres y justas, no es efectiva la representación del pueblo, no existe pluralismo político, no existe participación democrática, no existe transparencia en el ejercicio del gobierno, con la rendición de cuentas por parte de los gobernantes, no se somete a la constitución y a las leyes de un país, carece de acceso a la justicia dejando de funcionar con autonomía e independencia, y deja de existir las garantías de respeto a los derechos humanos.

Por lo que cuando esto llega a ocurrir en una nación y hay demasiada concentración y centralización de poder, conlleva a la tiranía así tengan apoyo popular o crean que lo tienen, como es el caso actual de Venezuela, que se ha arraigado en un gobierno autoritario, permitiendo la concentración del poder en manos del Poder Ejecutivo, acentuando una Federación Centralizada, agravándose así por la eliminación del Senado, diseñando un sistema de gobierno estructurado en la concentración del poder público, y la centralización política del estado, lo que no solo afecta los elementos esenciales de la democracia sino que conduce a la propia Negación del Estado de Derecho.

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