El FALPO (Su estructura, su historia, Filosofía y sus impactos).
Enviado por Eligio J. Estevez Perez • 7 de Noviembre de 2016 • Resumen • 2.264 Palabras (10 Páginas) • 275 Visitas
El FALPO (Su estructura, su historia, Filosofía y sus impactos).
Estructura de oportunidades políticas
Aquí se debe responder a la pregunta ¿por qué surgen los movimientos sociales? Se refiere a cuáles oportunidades tienen los movimientos en un momento dado para llevar a cabo sus acciones. Cuál es la coyuntura que facilita su accionar. Para Tarrow, una oportunidad política son «las señales continuas —aunque no necesariamente permanentes, formales o a nivel nacional—percibidas por los agentes sociales o políticos que les animan o desaniman a utilizar los recursos con los que cuentan para crear movimientos sociales” (Tarrow, 1999, p. 89).
Las señales pueden estar asociadas a cambios estructurales o ideológicos.
En el caso del FALPO, la principal oportunidad política estuvo asociada al estallido popular de abril de 1984. Esto abrió un debate acerca de la situación del país. Algunas agrupaciones de izquierda interpretaron los hechos como una señal de «revolución inminente»; otros señalaron que estábamos en una «situación prerrevolucionaria” y orientaron sus pasos tácticos inmediatos hacia tácticas insurreccionales.
Una de las corrientes del debate en ese momento cuestionó la actuación de la mayor parte de la izquierda, calificándola de inoperante e impotente ante el estallido de abril de 1984.
Otra parte de la izquierda asumió una postura autocrítica con relación a la incapacidad de las fuerzas de izquierda para potencial el descontento popular y transformarlo en opción política. Por eso, el FALPO se planteó que aquel era un «momento para acumular fuerzas, darle fortaleza a la lucha popular, ir preparando los eslabones superiores del combate, sacudir y depurar la izquierda y crear una instancia política con don de mando y vocación de poder»4.
En ese momento, segmentos significativos de la izquierda concluyeron que bajo unas circunstancias en las que el proletariado era numéricamente minoritario, políticamente pobre y dividido y socialmente alienado, los revolucionarios debían buscar la tormenta social, en el barrio pobre y la comunidad campesina.
De ahí la necesidad de una nueva política de inserción en las masas, que debía tener como objetivo fundamental organizar y coordinar la lucha del pueblo (obreros, campesinos, desempleados, estudiantes, profesionales, amas de casa, etc.), para volcarla a las calles a ganarse un espacio en la lucha por las reformas económicas y sociales y el desenmascaramiento del gobierno de turno.
En este sentido, surge como necesidad la conformación de un instrumento de lucha capaz de impulsar la tormenta social en los sectores populares. En consecuencia, se trazaron dos objetivos fundamentales:
- Darle vida a las coordinadoras populares;
- Iniciar la coordinación nacional del trabajo popular en base a un frente amplio de lucha popular.
Este segundo objetivo terminó convertido en denominación de la instancia popular del FALPO, que finalmente fue estructurado en febrero de 1985.
Las estructuras movilizadoras
Los movimientos se estudian por su organización y su relación con otros mecanismos. ¿Cómo se organizan los movimientos sociales? Para Tarrow, la organización de los movimientos sociales incluye tres aspectos diferentes: 1) la organización formal jerárquica (la organización formal), 2) la organización de la acción colectiva en el punto de contacto con los oponentes; y 3) las estructuras conectivas, que vinculan diferentes sectores entre sí (2004, p.178).
Para Ibarra (2000) «un movimiento social es un conjunto de redes», por tanto, las estructuras movilizadoras se centran en los elementos organizativos que coadyuvan a la aceptación de la movilización colectiva como medio para alcanzar los objetivos del grupo.
El FALPO se manifiesta en distintas comunidades de la capital y las provincias. Es un frente en el que participan distintas organizaciones, además forma parte del Foro Social Alternativo10.
Dentro de este grupo se observan diferentes tendencias. Algunos grupos se han desprendido de su estructura. Hecho que coincide con la decisión del grupo de participar en los procesos electorales municipales.
Nuestra Historia.
Nuevos sujetos sociales y surgimiento del Falpo.
El Frente Amplio de Lucha Popular fue fundado el 15 de febrero del 1985, en el marco de una asamblea en la que participaron representantes de diversas organizaciones culturales, vecinales, estudiantiles, etc., entre las que se encontraban la Unión Democrática de Mujeres (UDEMU), el Frente Estudiantil de Liberación Amín Abel (FELABEL), el Club Enriquillo de San Carlos, El Comité de Lucha Popular de San Carlos, etc.
Su aparición se enmarca dentro del surgimiento de amplias expectativas democráticas que había tenido lugar en el país a partir de la superación del balaguerismo en el 1978, lo cual había permitido el tránsito de las formas autoritarias y represivas del ejercicio de la dominación política durante los doce años del Gobierno del Doctor Joaquín Balaguer (1966-1978), hacia formas de ejercicio del poder de mayor nivel de representación y participación. (ver). Hay que recordar que durante esos años de gobierno balaguerista, la oposición política y, fundamentalmente, las fuerzas de izquierda fueron brutalmente perseguidas, produciéndose un baño de sangre, una fuerte represión, una gran cantidad de presos y exiliados políticos, etc.
Así mismo, es la coyuntura en la que se inicia la implementación de los llamados ajustes económicos orientados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que, además de agravar las condiciones de vida de los sectores populares y los grupos medios, por medio a un proceso de encarecimiento de los bienes de consumo masivo y de los servicios básicos, así como una reducción de la inversión y el gasto publico, generó un profundo sentimiento de frustración colectiva de las expectativas.
Otros fenómenos como el de la emigración de las zonas rurales hacia las ciudades, también se profundizaron en el período señalado, acentuando el proceso de arrabalización de los barrios populares y ampliando los cinturones de miseria en la Capital, en Santiago y otras importantes ciudades del país, ampliando los niveles de pobreza.
La combinación de estos factores, el de la arrabalización y ampliación de los cinturones de miseria, el de la carestía y deterioro de la calidad de vida de las masas, el de la implementación de los ajustes fondomonetaristas, y el desmonte de la forma represiva del gobierno balaguerista, sentaron las bases para la irrupción de las masas populares en el proceso político, a través de acciones de protestas reiteradas y radicalizadas.
El imperativo “antibalaguerista” había bloqueado el desarrollo de toda acción reivindicativa particularista o corporativa, lo cual quedó superado con la nueva forma de estado propiciada por el PRD en el poder. Al mismo tiempo, se había avanzado en la consolidación de una dinámica de articulación barrial motivada desde la izquierda, desde las comunidades Eclesiales de Base y desde los remanentes de los clubes culturales y deportivos, que habían jugado un destacado papel en la resistencia popular al autoritarismo balaguerista, en un esfuerzo que relanzaba la cultura unitaria de convergencia para las acciones comunes de protesta.
El contexto internacional, caracterizado por el triunfo de la revolución Sandinista, el auge de la lucha guerrillera en Centroamérica y el desmonte de gobiernos dictatoriales también contribuyeron a estimular una subjetividad de lucha y organización. De igual forma, importantes acciones de resistencia en el ámbito nacional, como lo fueron diversos movimientos huelgarios contra el aumento de los combustibles, la lucha contra la cancelación de los integrantes del Sindicato de Trabajadores de la Compañía dominicana de Teléfonos, las invasiones de tierra y el reclamo de reforma agraria, etc., sirvieron de soporte a un proceso de acercamiento de diversas agrupaciones políticas de izquierda y su correspondiente expresión unitaria en el movimiento social.
De esta forma, desde finales del 1982 y durante el año 1983 comenzaron a surgir los Comités de Lucha Populares (CLP), a raíz de una serie de movimientos de protesta nacionales en los que, para operar más efectivamente, se habían venido organizando diversos comités de huelga, los cuales funcionaban de manera coyuntural, pero creaban la conciencia y la necesidad de un tipo de espacio de coordinación de las distintas corrientes del movimiento de izquierda y sectores de oposición para impulsar las protestas populares en barrios y comunidades.
Estas organizaciones, que se proponían la integración de los moradores de barrios y comunidades, se iniciaron como espacios de coordinación de militantes de izquierda y de activistas comunitarios, que participaban en los mismos en calidad de representantes de organizaciones locales de distinta índole, como eran los clubes culturales, grupos artísticos, ligas deportivas, grupos cristianos, etc. Surgieron como espacios orgánicos territoriales, demarcados por el barrios o la comunidad de que se tratare, pero en algunos puntos del país llegaron a adquirir características de coordinaciones interbarriales e intercomunitarias.
Entre las primeras organizaciones de este tipo creadas en ese período se destacan el CLP de Vietnam, en la populosa barriada de Los Mina, el CLP de Guachupita, el CLP de la Zona Norte, el CLP de San Carlos, entre otros. Estas entidades, en la medida en que ponían en movimiento la protesta y encontraban ecos en la población se constituyeron en factor de motivación para que otras barriadas y comunidades conformasen sus espacios, también denominados Comité de Lucha Popular, convirtiéndose de esta manera en el receptáculo del sentimiento de protesta e inconformidad de los sectores populares dominicanos y, al mismo tiempo, en la expresión de una nueva realidad objetiva y subjetiva, el desplazamiento paulatino de los grupos sindicales como sujeto principal de las luchas sociales.
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