El Imprecionismo

Republica Bolivariana de Venezuela

UNEARTE

E n s a y o / R e a l i s m o / S i g l o XIX

Historia III

Daniela Frías C.I V-21115432

Junio 2014

Caracas 2014

«El realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente social y de la época en que vivimos... Esta reproducción debe ser lo más sencilla posible para que todos la comprendan»

E N S A Y O / Realismo XIX

Un gran crítico, Ferdinand Brunetière, señalaría más tarde, en 1883, que "el Realismo viene a ser en arte lo que el positivismo es en la Filosofía".

El realismo fue un movimiento artístico, social, Filosófico, científico y Literario del siglo XIX (1840) y aunque me gustaría conversar largo y tendido sobre todos estos cambios centrare este ensayo en los aspectos más importantes de la plástica tomando algunas acontecimientos filosóficos, ideológicos y de personajes sociales para darme una base histórica y contextualizar así el ensayo.

Luego del máximo éxtasis emocional y romántico donde preponderaron el amor las emociones y los sentimientos, nos encontramos con que la realidad ya empalagada de tanta susceptibilidad empieza a asumir que el mundo se mueve rápidamente y que aunque las emociones son sumamente importantes los problemas sociales culturales científicos y políticos se hacen con la cabeza de la mitad de siglo “El Realismo” desplazando e incluso a veces en sus momentos de mas auge negando tanta susceptibilidad emocional.

Nos encontramos así con una sociedad de avanzada que se pregunta por la realidad social, trabajadores, recolectores y sembradores de campo, señoras de servicio, obreros, limpia botas, cocheros. Todo aquello que nos remita al día a día de trabajo de esfuerzo y de sudor es lo que se expresa en este periodo histórico.

El proceso es gradual aunque rápido. Ya se apreciaba un cansancio como menciono anteriormente en modo de introducción preliminar al tema en torno a los valores románticos y el deseo, entre los artistas más inquietos, rebeldes y fieles a su contexto social e histórico comienzan a incorporar las experiencias más directas y objetivas en sus obras en el caso de la pintura en el caso de la literatura sucede que los escritores y filósofos empiezan a constatar la realidad de una forma metodológica se realizan grandes descripciones donde los detalles nos traen a la realidad y define todo.

Desde el punto de vista ideológico, el realismo queda vinculado a las ideas socialistas del siglo XIX . Aunque con claras diferencias entre los distintos autores, en general se aprecia un interés por la situación de las clases más desfavorecidas de la sociedad surgida de la Revolución Industrial. Algunos, adoptan una actitud absolutamente comprometida con los intereses del proletariado, participan en acontecimientos políticos del momento y hacen un arte combativo. Todos ellos comparten una estética basada en la representación directa de la realidad. Me atrevería a asegurar a modo de gusto personal que es uno de los momentos más sublimes y hermosos de la pintura. La manera cómo se materializa este principio básico varía desde la crudeza objetiva de Courbet hasta la simplificación gráfica de Daumier, pasando por el filtro idealista de Millet. En cualquier caso, todos comparten la radicalidad de los temas: ante la trascendencia que conceden al tema romanticismo y academicismo, el arte realista entiende que no hay temas banales y que, en consecuencia, cualquier cuestión puede ser objeto de interés pictórico. También de alguna manera entiendo se instaura la idea de que no es el tema lo realmente importante sino la pintura en si misma. Este planteamiento tiene una enorme importancia en un momento en el que la pintura está sometida a reglas extraordinarias de la crítica oficial: los temas, las actitudes, las composiciones y hasta las medidas de los cuadros tiene que ajustarse a estos rígidos criterios sumamente limitativos y académicos.

Ante esta situación, los pintores realistas defienden una pintura sin argumento, una captación simple de la realidad, en la cual lo fundamental es la forma en que se representa la imagen.

“La naturaleza –decía Owen- nos ha dado un suelo capaz de producir en abundancia todo lo que el hombre desea, más en nuestra ignorancia, hemos plantado el espino en lugar de la viña.”

Babeuf (1760-1797) es el primer propagandista de un socialismo o comunismo popular, insurreccional, sin doctrinarismo ni retórica, pero utópico, que reclama para el pueblo “libertad, pan, pan bueno; todos los objetos indispensables y necesarios, pero de buena calidad y en abundancia...” Traigo a Babeuf a colación porque sería él el primer filósofo y pensador en llevar a cabo de la idea del realismo social.

Los documentos que dan una idea más exacta de sus concepciones son el llamado Manifiesto de los Iguales y su Análisis, Del Manifiesto de los Iguales arranca la conspiración de Babeuf y sus teorías insurreccionales situadas en el campo de la lucha de clases y de la defensa de los intereses de las masas populares. Aunque no sería hasta 1840 que el termino de realismo tomaría verdadera envergadura no fue otro que Babeuf uno de sus fundadores, es raro encontrar en la bibliografía política o social referencias a las doctrinas del gran revolucionario francés por querer transformar la sociedad burguesa en una sociedad “comunista”, de acuerdo con sus concepciones idealistas, en la que la igualdad social no fuera un mito, sino una realidad.

No podemos olvidar tampoco que filosóficamente la corriente era positivista y el auge del darwinismo estaba a flote.

Después de Babeuf aparece Saint-Simón, esa figura singular descendiente de Carlomagno, heredero de una corona ducal, “grande” de España, considerado como uno de los precursores del socialismo. Saint-Simón aboga por reformas, pero no ataca las causas que determinan la miseria de las masas. Respetando la estructura social del régimen burgués,

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