El Mago De La Lluvia
Enviado por ignacio1313 • 12 de Septiembre de 2013 • 770 Palabras (4 Páginas) • 228 Visitas
El personaje
Vito Dumas. La vuelta al mundo por la ruta imposible
La juventud de Vito Dumas trascurrió en la ciudad de Buenos Aires, a los catorce años dejo los libros y decidió ponerse a trabajar. Las noches las dedico al estudio de dibujo y escultura en la Academia de Bellas Artes. Su primera travesía del Atlántico la realizo como único tripulante del yate LEHG II, la cual no fue igualada por ningún navegante solitario.
El barco
Durante su travesía Vito vivió miles de aventuras, muchas de las cuales pusieron en serio riesgo su vida, recordemos algunas de ellas. Pero primero conozcamos al único compañero de Vito Dumas, su barco.
El LEHG II era un doble proa de 9,55 metros de eslora, 3,30 de manga y un calada de 1,70 totalmente cargado. Su quilla de hierro pasaba tres mil quinientos kilos. Estaba arbolado de queche, lo que equivale a decir, con dos mástiles. La propulsión se conseguía por el juego de cuatro velas, un tormentín, una trinquetilla, una mayor y una mesana.
Las previsiones para el viaje fueron completísimas, nada se dejo al azar. Dumas sabia de los peligros que aguardaban e iba hacia ellos preparado. Conocía muy bien el barco y sabia de su aguante y comportamiento en el mar.
Finalmente el 27 de junio Dumas zarpo desde el puerto de Buenos Aires con el objetivo de realizar un viaje alrededor del mundo navegando en solitario tres océanos y recorriendo en 272 días veintidós mil millas náuticas.
El viaje se dividió en cuatro etapas, la primera desde Buenos Aires hasta la ciudad del Cabo en Sudáfrica. La segunda hasta nueva Zelanda. La tercera hasta Valparaíso en Chile y la cuarta hasta Buenos Aires cruzando el peligroso Cabo de hornos.
Los cuarenta bramadores
El 4 de Julio llegan los cuarenta bramadores, esos vientos bautizados así por los navegantes ingleses, merecieron ese nombre porque, aparte de su intensidad, producen el ruido característico de la sierra cortando madera. Llegan acompañados de nubes bajas, lluvia y granizo. Y soplan en los 40° de latitud.
Durante la tormenta una filtración en el casco obligaba a Dumas a achicar constantemente, hasta que finalmente la descubre, intentando repararla y con el constante zarandeo del barco, se propina varios cortes y martillazos en la mano. En pocos días se inflama y se infecta. Cada maniobra, cada tarea impuesta por el trajín a bordo le produce dolores intensos. Para el 10 de junio la mano está completamente inutilizable, la fiebre no baja de los 40° y el dolor no le permite dormir. Dumas sabe que es absolutamente necesario tomar una decisión. Esa noche seria la ultima con el brazo en tal estado. A tierra no hay tiempo de llegar, si para la mañana del día siguiente el brazo no evoluciona favorablemente habrá que amputarlo. Pero la suerte no abandono a Dumas a la mañana la infección comenzó a drenar y la fiebre bajo, para
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