El Mar de los Bolivianos
Enviado por Oscar Limbert Miranda Figueroa • 25 de Marzo de 2019 • Síntesis • 4.582 Palabras (19 Páginas) • 179 Visitas
EL MAR DE LOS BOLIVIANOS
En los anales de la historia sin lugar a dudas que no existe antecedente alguno de un pueblo que por una acción de fuerza, ilegal, injusta y depredadora fuera afectado por tanto tiempo. La imposición de un tratado en la forma mas descarada primero y la dilatación de la solución bilateral ladinamente conducida después fueron los ingredientes de una tortuosa rutina diplomática destinada de manera permanente al fracaso. Bolivia paciente y dignamente formalizo en todos los escenarios posibles su reclamo, acudió a todos los organismos internacionales para exponer sus argumentos, en esa dinámica recibió voces e intenciones solidarias que apegadas a la verdad histórica fortalecieron la lucha en contra de esta infamia urdida para instrumentalizar la historia. En el registro contamos con el inapreciable y sincero deseo del ex presidente venezolano Chávez, que declaró que “abrigaba la esperanza de poder bañarse en una playa boliviana”, de manera permanente la mayor parte de los presidentes latinoamericanos ratificaron su apoyo y la de sus pueblos hacia nuestra causa, asimismo varios presidentes norteamericanos y del mundo entero se pronunciaron a favor de nuestra reivindicación marítima, personalidades, líderes religiosos dirigentes de organismos internacionales, movimientos sociales así como el sensible pueblo chileno que interpretando este clamor en busca de justicia del pueblo boliviano se identificó materializando una nueva forma de diplomacia, la diplomacia de los pueblos. Nuestra causa es una causa justa por esta razón los pueblos del mundo ven con ojos optimistas el desenlace en la que en un escenario propicio el tan reclamado mar para los bolivianos de Bolivia permita recuperar nuestra cualidad marítima.
El propósito del presente texto es fundamentar el papel de nuestro pueblo heroico que en la dimensión de soldado defendió con el patriotismo profundo y verdadero con el que siempre defendió nuestra heredad nacional. La memoria histórica colectiva debe ser fortalecida por el conocimiento de nuestra historia que traspasando cualquier corriente sobre esta ciencia, sólo se permita la oportunidad de ser analizada en los testimonios de los actores de uno de los hecho más heroicos en contra de la infame invasión, desde la sorpresa con que se manifestó la agresión y la capacidad de organización para la defensa en la que hombres y mujeres entregaron todos sus bienes incluyendo sus vidas por la patria.
Las victorias que evidentemente no pudieron cambiar el resultado de la guerra son una demostración de que la defensa del mar no quedo solo en la defensa de Calama, las victorias de Canchas Blancas y Tambillo evitaron que el invasor alcance otras regiones de nuestro país. La defensa del puerto más importante del Perú, Pisagua, defendido por dos batallones bolivianos reivindica históricamente a nuestros soldados en la guerra del pacífico. La victoria de Tarapacá en la que participaron nuestras tropas infligiendo una senda derrota al agresor. La cronología de la defensa de nuestro país tiene una dimensión del pueblo atrincherado en el desierto y las montañas luchando para evitar la mutilación de nuestro territorio; pero también está la decisión histórica del presidente Evo Morales de continuar nuestra defensa en la Corte Internacional de Justicia de la Haya donde se pone de manifiesto la voluntad de Bolivia ante el mundo por reivindicar históricamente su demanda, nuestros argumentos históricos y legales son los argumentos de un pueblo que exige una resolución por la fuerza de la razón y la justicia.
ASALTO A PISAGUA
Del Libro Inédito del Gral. Roberto Flores Becerra “ “Pag. 41-a 45
A las 0:50 del 2 de noviembre de 1879, las naves chilenas en numero de 15 transportes, custodiado por cuatro unidades de guerra, se aproximaron al puerto de PISAGUA. Según el argentino, Edmundo Civati Bernasconi, la fuerza de desembarco y ataque constaba de tres escalones, que en total sumaban 9440 hombres y el ataque sobre JUNIN se haría con una escalón de 2175 soldados.
A las 07.00 comienza el bombardeo de las posiciones bolivianas, pero particularmente el fuego de los buques se concentro sobre los fuertes, hasta que ya no hubo respuesta de los cañones que fueron acallados uno tras otro. Acto continuo, el enemigo se ensaño con la localidad… convirtiendo en una hoguera, alimentada por el salitre y el carbón y cuando toda el área estuvo llena de humo, el enemigo principió a lanzar sus lanchas las que fueron rechazadas dos veces, y no solo eso, sino que los soldados bolivianos llegaron a lanzar sobre ellos con el agua hasta la cintura. Ante la imposibilidad material de continuar avanzando, los botes viraron y ganaron nuevamente los transportes para dejar sus muertos y heridos y recompletar sus tripulaciones.
El cañoneo de la escuadra se reinició con más intensidad. Desde tierra, dada la corta distancia a que hallaban los transportes los defensores de PISAGUA, veían los planazos y golpes de los oficiales chilenos daban a su tropa, para forzarla a tomar sus botes para el tercer ataque; producido éste, los bolivianos agotados por tan larga resistencia, no pudieron impedir por más tiempo el desembarque. Entonces empezó la lucha en tierra firme, a cuerpo descubierto, disputándose palmo a palmo, el suelo que pisaban los contendores. Al final el número debía sobreponerse al valor de los 964 combatientes bolivianos.
Los defensores colocados por compañías en toda falda de cerro hasta la playa, estrechados cada vez más por el enemigo, se vieron obligados a batirse en retirada. Peleando entre las rocas y escalando lentamente la empinada cuesta y faltos de municiones alcanzaron la altura que conduce hacia el hospicio.
Después de una porfiada resistencia de casi ocho horas el Comandante Lizandro Quiroga, que fuera 4º Jefe de Batallón “AROMA” 1º de COCHABAMBA en el folleto “La campaña de los 18 días en “TARAPACA” nos dice: “EL VICTORIA estaba reducido a la cifra de 180 hombres, incluso once soldados que apenas quedaban del Independencia, los demás habrían caído uno a uno en el campo”
Al abandonar PISAGUA los aliados no se dieron tiempo, para destruir los depósitos de agua potable del puerto y dejaron intacta la línea telegráfica y la vía férrea en al que quedo con un convoy listo para salir. Es indudable admitir que el responsable de esa omisión fue el Tcnl. Isaac Recabarren, quien en su calidad de Jefe de Plaza debió proceder a su destrucción.
Hasta aquí hemos hecho conocer lo que normalmente consignan nuestros textos de historia, pero ahora veamos las cosas desde el punto de vista chileno, que por provenir de un enemigo tiene que transuntar la verdad. Así, Nicanor Molinare, en su opúsculo “Asalto y Toma de PISAGUA” publicado el año 1912, nos da las siguientes referencias: “El Gral. PEDRO VILLAMIL, con el Comandante de Batallón Independencia, don PEDRO ANTONIO VARGAS y con el Cnl. JUAN GRANIER, que mandaba el Batallón VICTORIA, todos ellos bolivianos y su oficialidad.
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