El Perfume

La historia de “El perfume: historia de un asesino” se desarrolla en Europa, Francia exactamente, lugar donde nace el protagonista, su nombre era Jean Baptiste-Grenouille. La pequeña criatura nació en un lugar de París la ciudad más grande y apestosa de ese entonces, huérfano desde que nació porque su mamá lo había abandonado entre basura maloliente y pedazos de pescado, el olor era tan fuerte en esa ciudad que lo que despertó a este recién nacido fue su particularidad ante todos los demás seres humanos, un gran sentido del olfato.

En mi opinión cuando uno de los sentidos es alterado de manera suprema nosotros veremos el mundo de una manera totalmente distinta. Este “Don” hizo que toda la gente lo rechazara a eso hay que sumarle que su aspecto físico no era muy favorable, pues este era pálido, encorvado y unos ojos grises muy tenues. Vivió de orfanato en orfanato porque ninguna madre no aguantaba su presencia. Para estas era un demonio porque no tenía olor alguno, parecía como muerto además tomaba más leche que los demás bebés. incluso los demás niños se incomodaban con el hecho de tenerlo en el mismo dormitorio y, en varias ocasiones intentaron asesinarlo asfixiado. La única madre que lo aguanto fue Madame Gaillard, una señora que sufrió de maltrato por parte del esposo quien hizo que Madame Gaillard perdiera el gusto lo cual la hizo amargada toda su vida. Su único plan era vivir para ahorrar y alejarse de parís y morir plena. Cuando grenouille creció su olfato se agudizó aún más, hasta podía saber cuantos niños había en cada habitación, oler la madera del bosque. Madame gaillard lo mandaba al bosque por leña y el pequeño iba sin ningún problema cosa que los demás niños no harían, este tipo de situaciones le gustaban al joven Jean Baptiste Grenouille porque era explorar mas olores. Pero lo que mas le atemorizaba a Madame Gaillard era que podía saber cuando alguien iba a llegar al orfanato y esto era como predecir el futuro para la joven madre nodriza lo cual era un mal augurio lo cual hizo que se deshiciera de el y lo vendiera a un curtidor de pieles a muy bajo costo

Para el feo Jean Baptiste todo era atraves del olfato y nada más, no hablaba, no se quejaba, no decía nada solo divagaba en su mundo de olores.

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