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El Porfiriato


Enviado por   •  6 de Febrero de 2012  •  2.437 Palabras (10 Páginas)  •  384 Visitas

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POSITIVISMO:

El positivismo, no solo se aplico en Europa, sino que fue traído también a México directamente desde Francia por un alumno del creador de esta doctrina o serie de ideas políticas, sociales, educativas y económicas.

El positivismo de Comte., introducido en México por Gabino Barreda (1818- 1881) entre otros, tuvo gran aceptación entre muchos personajes del triunfante movimiento republicano, ya que se adecuaba políticamente a una posición continuadora del liberalismo. Según los positivistas, la ley de los tres estados se había cumplido en México: la Colonia, el estado teológico; la lucha liberal contra la Colonia, el estado metafísico; con la Reforma y la República se había llegado al estado positivo. La lucha que México sostuvo contra Napoleón III y las fuerzas regresivas del país, se interpretó como resultado de la fuerza positiva de la humanidad. La burguesía mexicana buscaba orden en la sociedad a cualquier precio, por lo que su principal lucha era con los liberales y conservadores que se empeñaban en sostener ideas anárquicas las cuales eran efectivas para destruir un orden pero nunca para construirlo .Este combate proclamado tuvo efecto en varios aspectos de la realidad social mexicana que aun hoy puede sentirse en todos los niveles y principalmente en los educativos: Programas y proyectos de educación, ciencia e investigación.

Durante los años de fiebre positivista los políticos formados en estas ideas, al igual que los científicos, trataron de poner orden y lograr entonces la libertad. Defendían con tal ahínco la metodología que el pueblo les propinó el mote del "partido de los científicos". Porfirio Díaz tomó el poder político y la burguesía el económico. El primero se declaraba positivista y científico a ultranza, mientras los segundos se enriquecían bajo los presupuestos darwinistas de que todos los mexicanos tenían derecho a enriquecerse, pero unos podían más que otros. Los beneficiados: políticos que traficaban con concesiones industriales y los grandes latifundistas. Gabino Barreda fundó la Escuela Nacional Preparatoria, cuna de las nuevas ideas y los grandes semilleros de los hombres influyentes del país. Los preparatorianos llegaron a ser en poco tiempo líderes de la administración pública y directores de la actividad intelectual. A medida que se avanzaba en la primera década del siglo XX, la aplicación de las doctrinas del positivismo iba brindando sus amargos frutos. El progreso de México se calificó en términos que hoy no nos son ajenos

La idea fundamental en que se apoyaba el positivismo en México era la concepción de orden, basada en un equilibrio y jerarquía de los diversos estratos sociales.

Según Barreda, el positivismo llegó a significar tanto para México que incluso en los tres colores de la bandera podía percibir los tres principios del lema de Comte., con una ligera variante: Libertad, orden y progreso. Así mismo también se veía reflejado este lema en la frase que marcó el proceder del Porfirito: “Orden y progreso”

REPRESENTANTES DE POSITIVISMO EN MÈXICO

En el siguiente espacio solo es necesario mencionar algunos hombres que tuvieron gran influencia en la aplicación de esta ideología, la mayoría de los cuales ya han sido mencionados anteriormente a lo largo de esta investigación.

En primer plano, tenemos sin duda alguna a Gabino Barreda, que fue el iniciador y aplicador del positivismo en México. Tomándolo directamente desde de Francia, específicamente de Augusto Comte. Además de haber sido el que introdujo esta ideología socio-política en México, llevo a cado numerosas acciones tratando de cumplir o lograr lo que dictaba el positivismo.

Muchos personajes tuvieron algo que ver con esta doctrina, algunos más que otros. Tomemos el caso de Benito Juárez, sin darse del todo cuenta junto con varios de sus más cercanos colaboradores liberales, llevaron a cabo el positivismo en México

CAPITAL EXTRANJERO:

Las principales fuentes de capital extranjero invertido en México durante el Porfiriato venían de Estados Unidos y Gran Bretaña. Estados Unidos compartía con México el interés por desarrollar sistemas de comunicación que facilitaran el comercio e hicieran más estrechos los vínculos económicos entre ambos países; por tal motivo, gran parte del capital invertido en México estuvo dirigido hacia la construcción de una amplia red ferroviaria que uniera a las principales ciudades del país y –mediante conexiones– se extendiera más allá de la frontera norte hasta alcanzar importantes ciudades norteamericanas.

Con las grandes propiedades, la agricultura se orientó a la exportación y creció espectacularmente, sobre todo en la producción de henequén, café, cacao, hule y chicle.

No obstante, la importancia de los capitales norteamericanos para el proyecto modernizador del gobierno mexicano –Estados Unidos siempre fue en primer inversionista y socio comercial de México–, Díaz nunca dejo de mostrarse receloso de su participación en las áreas estratégicas de la economía nacional. La política expansionista sostenida años atrás por Estados Unidos y de la cual México había sido víctima– seguía presente en la memoria colectiva de la nación, y su nueva variante, la invasión pacífica –que suponía un expansionismo de orden económico–, no podía ser halagüeña.

Por ello desde los albores de su régimen, Díaz fomento la participación de capitales europeos para contrarrestar la influencia que pudieran tener los norteamericanos en los asuntos internos de México. Un factor que favoreció en gran medida las inversiones británicas fue la participación que los miembros del gobierno mexicano tuvieron en las empresas extranjeras –mineras, petroleras, ferrocarrileras, y de servicios principalmente–. La relación de altos funcionarios porfiristas con inversionistas ingleses –particularmente con Weetman Dikinson Pearson, presidente de S. Pearson and Son– fue muy estrecha, y en la mayor parte de los casos las concesiones –supuestamente sometidas a concurso– se otorgaba favoreciendo los intereses británicos.

El marcado favoritismo del gobierno de Díaz hacia el capital británico no fue suficiente para detener la expansión económica norteamericana en México. La inmejorable posición geográfica de Estados Unidos y las presiones que por momentos ejercía el gobierno norteamericano sobre la administración porfirista fueron las condiciones que obligaron a Gran Bretaña a asumir el papel de segundo socio comercial de México.

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