El Porfiriato
Enviado por Ziek13 • 2 de Junio de 2015 • 1.514 Palabras (7 Páginas) • 130 Visitas
EL PORFIRIATO
La muerte de Juárez y el Partido Militar
Con la derrota de los conservadores mexicanos en Querétaro y el fusilamiento de su emperador, Maximiliano, la política mexicana adquirió nuevas modalidades: ahora, las luchas en México iban a desarrollarse, se efectuarían en el seno del partido liberal triunfante. Porque consumada la victoria de los patriotas nacionales bajo la dirección de Juárez y el grupo liberal exaltado en el cual se apoyó, el partido conservador, con su oscuro programa reaccionario ultramontano que descartado, de la liza, política, para siempre. En cambio , en las filas del propio partido liberal victorioso , se incubó una poderosa corriente política militar dispuesta a arrebatarle el poder a Juárez y a aquellos que , viendo en el al salvador de la patria , habían decidido que fuera el mismo quien continuara , para cumplirla hasta sus últimas consecuencias , la obra años antes iniciada.
Durante la rebelión militarista provocada por los amigos y partidarios del general Porfirio Díaz, con el nombre de la Noria, Juárez puso a contribución, una vez más, sus indomables energías. “En medio de estas peripecias de la guerra, que hacían mantener indecisa la victoria y viva y creciente la agitación de la Republica que no tenía terribles dificultades aumentadas todavía por la escasez del tesoro publicó, agotado con tantos gastos extraordinarios, y más todavía con la formidable oposición que se había organizado en el congreso, que combatía la concesión de nuevas facultades que el pedía y que apoyaba con su autoridad la revolución.
La muerte repentina de Juárez, arrebatándole su bandera a la revuelta, abrió un breve paréntesis de paz en el país.
Porfirio Díaz.
Volvamos atrás, hasta el año 1871 cuando siendo Presidente de la República Mexicana el Benemérito Don Benito Jurez, se levantó en armas el General Porfirio Díaz, personaje que tan brillantes servicios había prestado a la nación durante las guerras de reforma y de la Intervención Francesa, proclamando el lema NO REELECCION y fue esta vez cuando dijo aquellas celebres palabras que muy pronto habría de olvidar: NINGUN CIUDADANO SE IMPONGA Y SE PERPETUE EN EL PODER Y ESTA SERA LA ULTIMA REVOLUCION.
La desaparición de Juárez del escenario de la política nacional acusó, aunque algunos no lo entendieran así, la desaparición del único caudillo civil capaz de dominar al militarismo naciente. El partido militar continuó trabajando en las sombras y, si es cierto que obligando por las circunstancias depuso su actitud rebelde, también lo es que jamás abandonó sus propósitos de adueñarse del poder. Su jefe, el general Porfirio Díaz, formado en las luchas por la Reforma y contra la Intervención, gozaba de justo prestigio entre sus compañeros de armas y, de algún renombre, en los círculos políticos del país.
Venia el general Díaz de los estratos más humildes de la población mexicana. Su niñez se desarrolló en medio de mil penurias, aunque no por eso dejo de recibir, de su madre, creadoras enseñanzas, Fieles amistades además influyeron en su vida. Entre ellas la de Marcos Pérez, el cual, según el propio general Díaz, en esa época, al inicio hombre capaz de llevar a buen fin los principios liberales de su tiempo.
Debió, a la revolución de Ayutla, la decisión de su porvenir. Ya antes, durante la invasión norteamericana, se había alistado en la guardia nacional. Díaz volvió a su condición de civil sin haber disfrutado de oportunidad para batirse contra los invasores. En 1854 optó por el movimiento político militar encabezado por el general Álvarez, cuyos fines inmediatos no eran sino los de derrocar a Santa Anna y terminar; así, con su oprobiosa tiranía. Y luego, a lo largo de la guerra de tres años, sus actividades estuvieron ligadas a la causa liberal.
En la lucha contra la intervención francesa, Porfirio Díaz fortaleció su personalidad como soldado cumplido valiente y patriota. Participo en la batalla de Puebla en 1862, y fue él, quien con sus exhaustas caballerías, persiguió al derrotado ejército de Laurencez; se significó igualmente en la defensa de la misma cuidad, en 1863, logrando escapar después de haberse entregado prisionero de acuerdo con las ejemplares estipulaciones de rendición del ejército mexicano ante Forey, Marcho más tarde rumbo a Oaxaca y obligó , con su dinamismo , al desgaste de hombres y material de guerra al enemigo que , a las órdenes directas de Bazaine , se movilizó sobre aquella plaza con sus mejores elementos. Hecho otra vez prisionero, escapo nuevamente de sus aprehensores, forjando su popularidad con tales rasgos de audacia hasta transformar, lo histórico, en legendario.
Cuando
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