El Siervo de la Nación: José María Morelos y Pavón.

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El Siervo de la Nación: José María Morelos y Pavón.

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RESUMEN

La cultura es parte de nuestra identidad mexicana, por ello es necesario conocer la historia de nuestro país para poder sentirnos identificados, sentirnos parte de México, parte de la historia de nuestro país es la etapa de la independencia y dentro de ella hay un personaje importante, entre muchos más, es José María Morelos y Pavón, del cual hablamos en el presente escrito.

José María Morelos era hijo de Manuel Morelos, carpintero de ascendencia india, y de Juana María Pérez Pavón, una criolla cuyo padre había sido maestro de escuela en la ciudad. Ayudó a sostener a su familia.

A los 24 años entro en la carrera eclesial, le permitieron ascender a puestos superiores hasta ser sacerdote.

Ayudó en el movimiento de la independencia, promulgó documentos sonde expresaba sus ideas, el más conocido es “Sentimientos de la Nación”.

Realizó tres campañas donde obtuvo victorias que ayudaron a la causa, lo que demostró que era un gran estratega militar a pesar de su profesión.

Se llamo siervo de la nación inspirado en el evangelio de Marcos, ya que se sentía llamado a servir a los demás en esta misma causa.

Muere después de ser derrotado en su última batalla, sin embargo, murió por la causa por la cual vivió, lo cual es una buena manera de vivir, él mismo dijo “Morir es nada cuando por la patria se muere” y así fue como falleció con dignidad y honor.

PALABRAS CLAVE

• Morelos
• Independencia
• Siervo de la nación
• La tres campañas
• Patria

INTRODUCCIÓN

“No hay otra nobleza que la virtud, el saber, el patriotismo y la caridad”

José María Morelos y Pavón es un nombre reconocido en todo el país de los Estados Unidos Mexicanos, pero no todas las personas se interesan en conocer a fondo su historia.

El mexicano suele conformarse con lo que dicen los libros de texto que se les dan en la escuela, sabemos que fue importante para el logro de la independencia pero ¿por qué? Si, luchó y ganó muchas batallas, pero ¿qué más?, ¿Por qué se le llama el siervo de la nación? Sabemos que él lo eligió al no aceptar el título de “generalísimo” pero ¿por qué?.

Tal vez haya más sobre Morelos que nosotros no conozcamos y resultaría importante investigar más.

La historia es parte de nuestra identidad, si no la conocemos ¿cómo podemos llamarnos mexicanos? No se puede lograr una verdadera identidad sin antes conocer nuestras raíces, nuestra historia a lo largo de los años, nuestra cultura, nuestro patrimonio, todo lo que conforma la gran diversidad cultural de nuestro México.

Es por ello que daremos a conocer más sobre la historia de Morelos, contestando a la interrogativa de ¿Por qué es el siervo de la nación? Más allá de sólo un título elegido ¿de verdad se merece tal sobrenombre?

INFANCIA

José María Morelos era hijo de Manuel Morelos, carpintero de ascendencia india, y de Juana María Pérez Pavón, una criolla cuyo padre había sido maestro de escuela en la ciudad. De sus primeros catorce años sólo se sabe que ayudó en lo que pudo al sostenimiento de la familia, y que la enseñanza de las primeras letras corrió a cargo de su madre.

La muerte del padre en 1779 significó un importante cambio. Confiado a la custodia de su tío Felipe Morelos, se trasladó a una hacienda cerca de Apatzingán (Michoacán) y se dedicó primero a la labranza y, poco después, a conducir como arriero una recua de mulas que su tío empleaba para transportar los ricos cargamentos de mercancías entre el puerto de Acapulco (terminal de los galeones de Manila) y la ciudad de México. Esta actividad le proporcionó unos ingresos regulares, que el joven Morelos empleaba en comprar mulas y en sostener a su madre y hermana.

VOCACIÓN

Su bisabuelo que era rico, “Pedro Pérez Pavón”, había dejado un capital para su hijo natural José Antonio, siempre y cuando se ordenara de sacerdote. Pero éste dejó el seminario por casarse, la madre de Morelos, alegó para que ese capital pasara a su hijo por ser descendiente directo. Así, José María Morelos encontró su "vocación" y entró en la carrera eclesial a la no muy tierna edad de 24 años.

Después se le concedió tonsura clerical, cuatro órdenes menores y el subdiaconato. En 1796 empezó a enseñar gramática y retórica a los niños de Uruapan, tras recibir la licencia correspondiente. En 1797 fue promovido al sacerdocio ocupándose de ello por mucho tiempo.

INDEPENDENCIA

El 16 de septiembre de 1810 Miguel Hidalgo prendió la mecha del largo proceso que conduciría a la independencia de México, como ya sabemos.

En agosto de 1811 Morelos contaba, según sus propias palabras, "con cuatro batallones en pie de guerra: uno para proteger los puertos de la costa; otro en El Veladero, fuera de Acapulco; un tercero en Tixtla y el último en Chilpancingo, para encargarse del abasto de pólvora". Desde el primer momento Morelos se inclinó por la proclamación de algunos principios revolucionarios, tomados de sus conversaciones con Hidalgo.

La segunda campaña de Morelos, tras unos meses dedicados a la reorganización y preparación de sus huestes, se desarrolló de noviembre de 1811 a mayo de 1812. Una vez tomado Tlapa reunió a todas sus fuerzas en Chiautla para establecer una nueva estrategia: dividió su ejército en tres grandes cuerpos, uno al mando de Miguel Bravo, que marcharía hacia el sur y trataría de conquistar Oaxaca; el segundo dirigido por Hermenegildo Galeana, que atacaría y dominaría Taxco; y el tercero, bajo la dirección del propio Morelos, que avanzaría hacia el norte y entraría en Izúcar sin combatir el 12 de diciembre, para atacar Tenango y Tenancingo, antes de llegar a Cuautla (Morelos), ocupada el día de Navidad.

Se ha discutido acerca de por qué Morelos no siguió hasta Puebla, cuya conquista hubiera constituido el anticipo a la caída de la capital. En su lugar, dejando guarecida Cuautla, prefirió correr hacia el oeste, para unirse a las tropas de Galeana estacionadas frente a Taxco. Fue uno de sus más graves errores militares, porque mientras tanto Félix María Calleja, con un numeroso cuerpo de ejército, sitió Zitácuaro (Michoacán), residencia de la Junta de Ignacio López Rayón, obligando a sus miembros a huir y dispersarse sin ofrecer resistencia.

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