El Sistema Económico Capitalista

La avaricia y el sistema capitalista

La avaricia supone el afán excesivo de poseer y conseguir riquezas para atesorarlas. Las riquezas no son por sí mismas ni buenas ni malas, pero el uso que se hace de ellas sí que puede ser inadecuado.

Otra forma de explicar la avaricia desde el capitalismo actual es definiéndola como un defecto del mismo. Para muchos, estos conceptos podrían ser sinónimos, pero esto es un error. La diferencia radica en que el capitalista genera dinero con un fin determinado, el cual puede ser el poder, o generar más riquezas; el avaro, en cambio, se limita a encerrar su riqueza para sí mismo y no invierte nunca su capital.

Podría entenderse la avaricia entonces, como una deformación del sistema capitalista, es decir, no es el capitalismo lo que es malo, sino que lo malo son los capitalistas, el afán desmesurado de lucro, la avaricia sin límites, que lleva al totalitarismo impuesto por una minoría.

Adam Smith, un economista y filósofo, predice "..es cuestión del comportamiento del hombre para que el sistema capitalista sea eficaz y ayude a los individuos. Si la parte egoísta, la avaricia, que forma parte de la maldad que todo hombre lleva dentro se impone al hombre bondadoso, acarreará desgracias a la sociedad."

Sin embargo, esto no es un problema que afecta solo a la sociedad actual. Si volvemos al siglo XV, más precisamente a la conquista de América, es posible decir que la avaricia ha sido una característica principal de la misma.

Han sido diversos los intereses y las motivaciones que llevaron a los españoles a conquistar América. Una de los objetivos primordiales fue la difusión de la religión, es decir la evangelización. Para ello erradicaron sus costumbres, su cultura y su religión por considerarlas inferiores a las occidentales, y de esta forma justificaron la conversión de los indios al cristianismo. Otra de las características principales de esta “conquista” fue la obsesión por las riquezas, la avaricia y la ambición de hacerse rico en poco tiempo con el oro. El “Nuevo Mundo” representaba una oportunidad para obtener sus riquezas y los metales preciosos. Ambos objetivos fueron utilizados como justificación para la dominación y la aculturación que se les impuso a los pueblos originarios. Los españoles cegados por la codicia y la avaricia, no se limitaron para lograr sus objetivos. La conquista fue pagada por las vidas de los indígenas. Aunque, para los colonizadores no hubo gran importancia en tales circunstancias, una vez que sus fines fueran plenamente satisfechos, el resto de las consecuencias resultaban insignificantes. En otras palabras, fue su avaricia la que causo la pérdida de miles de vidas.

Hoy en día, en nuestra sociedad, se escuchan a diario noticias de estafa, corrupción, soborno o robos y pareciera que lo más substancial es hacer muchísimo dinero, no importa cómo, ni por encima de quienes se tenga que pasar. La codicia por el mismo ha llegado a un límite tan grave que existen personas que aumentan

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