El Túnel Como Novela Existencialista

El túnel, de Ernesto Sábato, puede ser considerada una novela social dentro de la urbana, pero María Helena D’Alessandro, en su ensayo La Novela Urbana en Latinoamérica durante los años 1945 a 1959, lo cataloga como una novela existencialista. Es por esto que en este texto se expondran algunas de las razones por las cuales D’Alessandro considera El Túnel como una novela existencialista.

Uno de los argumentos expuestos por D’Alessandro en su ensayo hace referencia primeramente al monólogo interior lo cual es una característica esencial de las novelas existencialistas de esa época. Este monólogo hecho continuamente por el protagonista de la novela, Juan Pablo Castel, es dado por un subjetivismo intenso, pues la obra es contada a través de los ojos de este personaje, por lo cual los lectores sólo tienen un punto de vista que es el del personaje: sus opiniones, sus descripciones sobre los demás, sus posiciones frente a diferentes situaciones, etc. Todo este subjetivismo que se le da a la obra es recibido por el lector en forma de monólogo, siendo estos dos conceptos características esenciales de una novela urbana existencialista.

Por otra parte, tenemos otro de los argumentos de D’Alessandro que indican que El Túnel es una novela urbana existencialista, pues en su ensayo se refiere a una de las características que más se refleja en esta novela: Yo sólo, yo desesperanzado, yo atormentado. Esto se logra identificar después de leer toda la obra, pues aunque mientras se avanza en la lectura de la novela es posible identificar esta característica, no se logra en su totalidad, puesto que el final es el que más se identifica con la misma.

Entonces, volviendo al yo sólo, yo desesperanzado, yo atormentado, al leer la novela con esa cantidad abundante subjetividad, explicada anteriormente, Juan Pablo demuestra vivir una vida decadente donde su existencia se ve afectada por ser una persona asocial que se identifica, no consigo mismo, sino con una extensión de él, su cuadro. Sólo con esto es posible ver una vida, además de decadente, sola, pues se dedica a esperar a ese personaje que valla en su mismo túnel, pero él se da cuenta que aunque haya túneles en paralelo, nunca va a encontrar a alguien que valla con él en su mismo túnel. Esta es la metáfora de El Túnel, y es donde se logra ver esa soledad con más claridad, demuestra al lector que Castel siempre ha estado solo. El yo atormentado lo aporta Allende, esposo de María, cuando al final de la obra este le dice a Juan Pablo insensato. Esta palabra le hizo caer en cuenta a Castel que el único que vivía realmente preocupado y angustiado era él, nadie más. Además después de esto, Allende se suicida, lo cual le causa a Castel un sentido de culpa, pues Allende era feliz aunque sabía cómo actuaba María y entonces llegó Juan Pablo para hacerlo sentir ciego de verdad causando su posterior suicidio. Al final Castel se escapa de esto por

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