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El alemán de la ideología del nazismo


Enviado por   •  30 de Enero de 2012  •  Trabajo  •  9.446 Palabras (38 Páginas)  •  1.139 Visitas

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Nazismo es la contracción de la palabra alemana Nationalsozialismus, que significa nacionalsocialismo, y hace referencia a todo lo relacionado con la ideología y el régimen que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP, Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei), el autoproclamado Tercer Reich y Austria a partir de la Anschluss, así como los demás territorios que lo conformaron (Sudetes, Memel, Danzig y otras tierras en Polonia, Francia, Checoslovaquia, Hungría, Holanda, Dinamarca y Noruega). La Alemania de este período se conoce como la Alemania nazi.

El término "Nazi" deriva de las primeras dos sílabas del nombre oficial del partido: Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei o "NSDAP".1 Los miembros del partido se identificaban a sí mismos generalmente como "Nationalsozialisten" (Nacional socialistas) y solo raramente como "nazis". El origen y uso de "nazi" es similar al de "Sozi", palabra del lenguaje diario para designar a los miembros del Sozialdemokratische Partei Deutschlands (Partido Socialdemócrata de Alemania).2 En 1933, cuando Hitler asumió poder en el gobierno alemán, el uso del término disminuyó en Alemania, aunque en Austria sus oponentes lo continuaron usando con una connotación despectiva.2 A partir de eso, el término ha adquirido una connotación crecientemente peyorativa.3

Contexto histórico

El nazismo es una ideología alemana gestada en los años 20 pero que no alcanzará importancia hasta los años 30, momento en que las duras condiciones de paz impuestas en el Tratado de Versalles (1919) se juntan con la grave crisis mundial del Jueves Negro en 1929 (ver Gran Depresión). En Alemania la situación es más acuciante aún, ya que a los devastadores efectos económicos se sumaba la obligación de pagar el tributo de la derrota en la Primera Guerra Mundial, y el descontento popular ante la injusta situación que hacía que las calles se llenaran de manifestaciones extremistas de toda índole, tanto de izquierda como de derecha.4

Esta situación culmina con el fuerte descrédito de las democracias liberales, dado que las dictaduras que surgieron demostraron ser capaces de controlar y resolver las crisis más efectivamente que las democracias.5 Tanto la URSS, como la Italia de Mussolini (quien fue elogiado por "hacer que los trenes corrieran a tiempo", es decir, por poner fin a las huelgas y caos económico que había dominado a ese país) y el Japón Imperial, países todos en los que se impusieron "gobiernos fuertes", no sólo resolvieron la crisis a mediados de los 30 sino que fueron percibidas como restaurando el "orden social" aun con anterioridad a esa solución a problemas económicos.6

A esa crisis político económica hay que agregar una crisis ideológica aun anterior que se ha sugerido se extiende desde 1890 a 19307 y que ha sido caracterizado como una “revolución contra el positivismo” (Hughes, op. cit). Tanto los valores como las aproximaciones a la sociedad y la política que formaban la base de la civilización occidental fueron percibidas como superadas reliquias del racionalismo proveniente de la ilustración. Específicamente tanto el fascismo como los desarrollos intelectuales que lo antecedieron buscaron transcender lo que se percibía como la decadencia del occidente.8 (ver, por ejemplo: La decadencia de Occidente)

Consecuentemente el Zeitgeist de esa época puede ser descrito como una amalgama o mezcla de ideas caracterizado por un rechazo al racionalismo, proceso que es generalmente percibido como iniciándose con Nietzsche, junto a tentativas de incorporar "explicaciones científicas" a preconcepciones o incluso prejuicios explicativos del mundo, por ejemplo, un racismo latente, que dieron origen a propuestas tales como las de la eugenesia, etc, y en lo político, bajo la influencia de pensadores tales como Georges Sorel, Vilfredo Pareto,9 10 Martin Heidegger (supuestamente11 ), Gaetano Mosca, y, especialmente, Robert Michels; a percepciones político elitistas basadas en un culto del héroe y la fuerza que culminan en una versión del darwinismo social.12 Percepciones que adquieren connotaciones más extremas en su divulgación y vulgarización. (Hughes, op. cit).

En Alemania específicamente esa rebelión contra el racionalismo dio origen, entre otras cosas, a una variedad de asociaciones que promovían un retorno a visiones romantizadas del pasado alemán (ver Völkisch) en lo cual Richard Wagner tuvo alguna influencia13 - y una sociedad ocultista y semi secreta, la Thule-Gesellschaft (Sociedad Thule) -basada en la ariosofía y primeros en usar la esvástica en el contexto de la época- que patrocinó al Deutsche Arbeiterpartei (DAP), más tarde transformado por Adolf Hitler en el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores.14

Como de influencia importante en ese Zeitgeist se puede mencionar la obra de Arthur de Gobineau, quien propuso que en cada nación hay una diferencia racial entre los comunes y las clases dirigentes. Estos últimos serían todos miembros de la raza aria, quienes son no solo la raza dominante pero también la creativa.15 Posteriormente Houston Stewart Chamberlain identifica «los arios» con los teutones. En adición a tratar de demostrar que todos los grandes personajes de la historia (incluido Jesús, Julio César, Voltaire, etc) fueron realmente arios agrega: «Los teutones son el alma de nuestra civilización. La importancia de cualquier nación, en la medida que es un poder actual, está en relación directa a la genuina sangre teutona presente en su población».16

También de importancia en esos desarrollos fueron percepciones que se pueden ver ejemplificadas en la obra de, por ejemplo Benjamin Kidd, quien propuso: «Nuestra civilización ha sido dada a luz como resultado de un proceso de fuerza sin paralelos en la historia de la raza.. Por épocas incontables el combativo macho europeo se ha desbordado a través de Europa en sucesivas olas de avance y conquista, venciendo, exterminando, aplastando, dominando, tomando posesión. Los más aptos, que han sobrevivido esas sucesivas olas de conquista, son los más aptos por el derecho de la fuerza y en virtud de un proceso de selección militar, probablemente el más largo en la historia, el más duro, probablemente el más elevante al que la raza ha sido sometida» (p 4-5). Para Kidd el combativo macho europeo es un pagano -que a rinde homenaje pero no entiende ni acepta en su corazón la validez de «una religión que es la total negación de la fuerza». Ese macho europeo ha introducido el «espíritu de la guerra» en «todas las instituciones que ha creado» y «la creencia que la fuerza es el principio último del mundo». Ese «macho de la civilización

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