El desarrollo histórico latinoamericano ha estado vinculado estrechamente al desarrollo de la agricultura por lo cual la situación del empleo en esta

CAPITULO I

MARCO TEÓRICO

El desarrollo histórico latinoamericano ha estado vinculado estrechamente al desarrollo de la agricultura por lo cual la situación del empleo en esta, plantea un desafío político importante. Hubo una época, en la cual la mayoría de las personas del mundo vivían  y trabajaban en el campo. La realidad de América Latina parte de reconocer el fracaso que se ha tenido en la aplicación de los modelos de desarrollo que se han impulsado en los países de la región. Y las causas pueden ser varias:

1.        De un lado, los modelos aplicados se han fundamentado en la lógica del mercado o la lógica del estado, lógicas en las cuales la preocupación por los sectores de población más desfavorecidos, no pasan de ser meros planteamientos retóricos que nunca se materializaron en realidades concretas, programas, proyectos, planes y acciones para mejorar sus condiciones de vida, puesto que estas lógicas históricamente siempre han sido administradas o están al servicio de los más poderosos de la región, para quiénes los únicos intereses que son importantes, son los de ellos y no los de todos.

2.        En segundo lugar, porque los modelos impulsados se aplicaron de “arriba hacia abajo”, queriendo reproducir las situaciones que se habían vivido en otros países, los llamados desarrollados, sin tener en cuenta ni respetar las condiciones históricas, sociales, económicas y culturales concretas de los países de la región. Aún más, nunca se propició la participación real de las comunidades implicadas en el diagnóstico, diseño y aplicación de los programas y proyectos de desarrollo rural.

3.        Y, finalmente, porque a partir de los años 90 y en la actualidad, los gobiernos de los diferentes países de América Latina impulsan propuestas de desarrollo que son propias de un modelo neoliberal, aperturista, donde los sectores sociales más desprotegidos llevan las de perder. Tal es el caso de las economías campesinas, los microempresarios urbanos y rurales, los sectores populares, por citar solo algunos de los casos más relevantes.

Por esta razón, como plantea HERNANDEZ (2001), la “búsqueda de modelos alternativos de desarrollo”, está otra vez sobre la mesa, tanto por el fracaso mencionado como por el reconocimiento de la complejidad y heterogeneidad que caracteriza a la realidad sobre la cual han operado estos modelos. Sin embargo, PÉREZ (2001)  remarca que: cuando se quiera hablar de propuestas para toda la región latinoamericana, solo se pueden esbozar ideas generales producto de la existencia de rasgos y pautas comunes relativas al debate en materia de desarrollo rural, que deben ser relativizadas en cada realidad concreta, teniendo en cuenta las características propias que allí se encuentran.

1. CONCEPTO PREVIO: DESARROLLO

Para un mejor entendimiento de lo que es el desarrollo es necesario establecer diferencias entre lo que este término significa como proceso real y como idealización.

El desarrollo como proceso real es el crecimiento integrado de una determinada formación social o sociedad históricamente determinada, fundamentalmente, por la interacción y correspondencia de las fuerzas productivas y las relaciones de producción que de estas fuerzas productivas se derivan.

 Como proceso real, el desarrollo es un hecho social intrínseco de toda sociedad. Su vigor y sentido dependen, en última instancia, de la manera cómo se combinan las fuerzas productivas y de la dinámica de las relaciones de producción.

Por otro lado, el desarrollo como idealización tiene variadas manifestaciones, según las ideologías que las respaldan. A las idealizaciones del desarrollo que se distinguen por las ideologías que las sustentan se las denomina concepción del desarrollo. Todas las concepciones del desarrollo, en términos generales, coinciden en que ése es un avance, mejoramiento y progreso. La concepción del desarrollo que más aceptación tiene es aquélla que le reconoce un carácter histórico y que no la considera como un proceso único. Según ella, hay tantos procesos reales de desarrollo como formas de organizar la producción y la vida social existen, y que cada uno de esos procesos reales no deja de ser una expresión cercana o lejana de un modelo.

 Cuando el desarrollo es planteado en relación a las formaciones sociales predominantemente rurales se suele utilizar el término desarrollo rural. Este término, a más de remarcar el espacio o el escenario, no debería marcar distancias con el significado del término base al que debe su origen, el desarrollo como proceso real. Sin embargo, en la práctica es entendido sólo como un proceso de incorporación en tecnología moderna a la agricultura, actividad económica fundamental del espacio o escenario al que alude: el campo. En este sentido y en un nivel de detalle, el desarrollo rural es tomado como modernización de los instrumentos de trabajo e insumos (materia prima) y tecnificación de la fuerza de trabajo rural que maneja esos instrumentos e insumos. Esto quiere decir, que se lo ubica sólo en el campo de las fuerzas productivas, ignorando el campo de las relaciones de producción.

1. ACERCA DEL DESARROLLO

El desarrollo rural suele ser considerado un caso particular y especifico del desarrollo local. Como vivimos una época de crisis del medio ambiente, se hace ineludible plantear el desarrollo con una especial atención de los aspectos ecológicos que este proceso conlleva. Los esfuerzos por llevar a cabo procesos de desarrollo que pongan énfasis en la restitución, mantenimiento y mejoramientos del equilibrio del medio ambiente, ha conducido al uso cada vez más frecuente del término eco desarrollo. En los primeros momentos de la historia humana, cuando eran pocos los habitantes de la tierra, la disponibilidad de los recursos naturales era abundante, el hombre sólo tenía que extraerlos, sus acciones de transformación eran irrelevantes.

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