El descubrimiento de la imprenta.

El descubrimiento de la imprenta.

En la primera mitad del siglo xv se trataba de hallar un procedimiento con el fin de multiplicar los libros. La técnica de la impresión a mano se reduce a tres elementos: Los caracteres móviles en metal fundido, la tinta grasa y la prensa.

En la primera mitad del siglo xv se conocía la técnica de la fundición en moldes de metal o de tierra. Solo faltaba que surgiese una idea para adaptar esta técnica a las necesidades de la imprenta y resolver en segundo lugar los problemas de detalles que tal adaptación tenía que plantear. Los primeros inventores recurrieron en un principio a otros métodos, y que no llegaron sino poco a poco a la solución definitiva; recientes trabajos hacen suponer que, dichos inventores por la extremada fluidez de una página formada por múltiples caracteres movibles, y por la dificultad de mantener reunidos esos caracteres de modo que en el momento de la impresión sobre el papel presentasen una superficie plana perfectamente entintada en su totalidad.

A partir de los años 1450-1455 se comprobó que en Maguncia funcionaban simultáneamente varios talleres y producían, con carácter industrial, un crecido número de obras: resúmenes de la gramática de Donato destinados a la enseñanza de los rudimentos de latín. En este periodo se empieza a utilizar la imprenta a fines industriales, los tipógrafos adquirieron confianza poco a poco en sus fuerzas, a medida, sin duda que su técnica se perfeccionaba y se mejoraba su método de producción; durante los años primeros sólo imprimían pasquines y folletos.

Después de haber estudiado la fabricación de los caracteres, trabajo del grabador de punzones y del fundidor, llegamos ahora a la tarea del impresor mismo en sus dos fases esenciales: la composición y la impresión.

Composición es la serie de operaciones por medio de las cuales el operario reúne los caracteres en páginas y en grupos de páginas. La Técnica de la composición a mano, cada vez menos utilizados en nuestros días, después de la invención de la monotipia y la linotipia, casi no ha variado desde la aparición de la imprenta. El cajista tenía que llevar a cabo una serie de manipulaciones, por lo común muy delicadas con rapidez y seguridad. Originalmente los cajistas llevaban a cabo su cometido con menos comodidad que en nuestra época, el trabajo de los antiguos cajistas era indudablemente muy delicado.

Mucho se ha discutido sobre la verdadera aportación de Gutenberg a la industria de las artes gráficas, aunque de ningún modo se le puede atribuir la invención de la imprenta, cuyos principios eran explotados con anterioridad a sus descubrimientos. Ya a comienzos del siglo XV se imprimían naipes y estampas con motivos religiosos, mediante la aplicación de una plancha de madera grabada y embadurnada con tinta grasa, sobre el papel o

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