El empleo del poder aéreo argentino en las Malvinas

EL EMPLEO DEL PODER AÉREO ARGENTINO

EN LA GUERRA DE LAS MALVINAS

1. INTRODUCCIÓN

La rápida evolución de las guerras a lo largo de la historia, ha llevado a replantearse el cómo se ha de enfrentar la guerra en tiempos modernos. El estudio de las guerras acontecidas, da un valor estratégico importante para enfrentar las guerras futuras. Bajo el contexto sudamericano, y en base a los últimos acontecimientos limítrofes acontecidos con nuestros países vecinos, el conflicto más probable que nuestra nación podría enfrentar sería una guerra limitada e irregular, por lo que es necesario analizar este tipo de guerras respecto a cómo se debe plantear el uso del poder aéreo. El propósito del siguiente trabajo es analizar el rol del poder aéreo en el apoyo al logro de los objetivos trazados en la Guerra de las Malvinas.

1. DESARROLLO

En los preámbulos de la guerra, el poder aéreo argentino era considerado como uno de los más potentes en hemisferio sur. Con un importante número de aeronaves, su entrenamiento se encontraba estratégicamente orientado para una posible guerra con Chile por la posesión de las islas al sur del Canal Beagle y la delimitación de las aguas territoriales, y no para una guerra aeronaval de largas distancias como la que se desarrolló. A pesar de que el poder aéreo fue el arma más exitosa en este conflicto, la incapacidad del mando de establecer una estrategia correcta para el uso del poder aéreo, llevó a mermar la capacidad de ésta para el cumplimiento del objetivo nacional de recuperar las islas Malvinas. Analizando el desarrollo de la guerra en base a los conceptos doctrinarios del poder aéreo, podemos visualizar que, a pesar que se crea un teatro de operaciones del atlántico sur (TOAS), el gobierno militar determinó nombrar a distintos Generales para cada una de las componentes, dando cuenta directa al poder político. Esto, llevó inexplicablemente a una nula o escasa coordinación de acciones conjuntas en las operaciones de combate entre nuestras FF.AA. argentinas y a dejar de lado un pilar importante dentro de un conflicto, la Unidad de Mando, lo que fue aprovechado al máximo por la Fuerza de Tareas Conjunta británica, dando cuenta de la versatilidad y cohesión en su desplazamiento y en las acciones de combate.

Otra estrategia errónea por parte del mando argentino, fue realizar operaciones aéreas desde bases continentales con distancias que bordeaban las 400 a 600 millas de la zona en conflicto, con aeronaves que no poseían reabastecimiento en vuelo (a excepción de los Super Etendard y Skyhawks de la armada) y que lograban mantenerse sólo por minutos en la zona para poder reconocer, atacar y volver al continente. Esto le daba muy pocas posibilidades de éxito en sus misiones y poca posibilidad de supervivencia a los pilotos. Con el alargamiento de la pista de Puerto Stanley en la isla, el poder aéreo podría haber operado con aviones de primera línea desde la misma zona en conflicto, aprovechando con ello características primordiales del poder aéreo como lo es el alcance, la permanencia y la concentración.

...