El estado- Nación

EL ESTADO-NACIÓN

La unidad política que hoy conocemos como Estado-nación tuvo origen en Europa, inicio un proceso histórico en la cúspide de la Edad Media,  que desembocó a mediados del siglo XX en la actual organización de la colectividad nacional. A partir de la revolución francesa se visualiza de manera más evidente el Estado-nación dando lugar a  la percepción de la nación como la colectividad que reúne a todos los que comparten un mismo pasado y una visión común de su futuro; la definición de la nación como la colectividad regida por las mismas leyes y dirigida por el mismo gobierno; la afirmación de que la nación es soberana y única detectora de legitimidad política; y la afirmación de que la ley debe ser la expresión de la voluntad general y que no puede existir gobierno legítimo fuera de las leyes de cada nación.  Cuando hablamos de un límite hacemos referencia a que una nación necesita no solo conformar un Estado, sino que además ocupar un territorio.

Diversos autores y ciencias tratan de minimizar la importancia del estado, sin embargo; se debe tomar en cuenta que pensar en Estado-nación tiene un grado importante de complejidad debido a su heterogeneidad en cuestiones territoriales, políticas, sociales, culturales, históricas, míticas y religiosas; todas las anteriores tratan de ser unificadas.

Por otra parte cuando nos referimos al estado automáticamente pensamos en política; sin embargo, su conformación va más allá de la política misma, debemos tomar en cuenta que el ejército, la policía, y en ocasiones la iglesia son parte importante para su funcionamiento.

Un Estado-nación es una sociedad territorialmente organizada, donde los participantes de la misma comparten relaciones de interés, rivalidades, ambiciones, pero que además comparten una misma visión futura, reacciones defensoras ante los enemigos (no-nosotros). Podemos afirmar pues que las comunidades formadas son de carácter cultural porque comparten valores, costumbres, creencias etc., pero que a la vez es histórica porque comparten pruebas superadas  a lo largo del tiempo que hace que los participantes tengan sentido de pertenencia; y este sentido se transmite de generación en generación de distintas formas. El estado-nación también es patria porque los individuos al tener sentido de pertenencia hacen frente al enemigo, como lo haría un padre con sus hijos; en este caso nosotros somos los hijos de la patria.

La religión nacional, al igual que cualquier religión cuenta con objetos que los identifican y los hacen sagrados, como una bandera, monumento a sus muertos, y reconocimiento a  quienes han luchado por conservar dicha religión nacional. Por otra parte es posible que se adore tanto en estas religiones al punto en el que se inspire fanatismo y odio.

Probablemente el Estado-Nación con el paso del tiempo ha perdido su poder. El proceso de globalización, tal como lo estamos presenciando, encubre una serie de cambios radicales en las esferas económica, social y cultural.  Hemos llegado al punto en que podemos pensar en naciones ubicadas en territorios ajenos.

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