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El hombre de las ideas que no murieron (Luis Carlos Galan)


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2016  •  Ensayo  •  1.947 Palabras (8 Páginas)  •  808 Visitas

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INSTITUCION: UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS

FACULTAD: TECNOLOGÍA

PROGRAMA: TECNOLOGÍA EN SISTEMATIZACIÓN DE DATOS

AUTOR: HAROLD DAGOBERTO SANTOS YATE

EL HOMBRE DE LAS IDEAS QUE NO MURIERON

INTRODUCCION

Después de toda una vida de preparación y de grandes logros, de haber recibido múltiples amenazas y haberse salvado de un atentado en la ciudad de Antioquia, el 18 de agosto de 1989 mientras realizaba un mitin electoral en el municipio de Soacha -Cundinamarca, Luis Carlos Galán recibe varios impactos de bala que le causan la muerte en el Hospital de Kennedy.[1]

El asesinato de Luis Carlos Galán, tanto como la de Jorge Eliécer Gaitán, marcó de manera indeleble la historia de Colombia en el siglo veintiuno. Pero mientras que la muerte de Gaitán tuvo su claro impacto en La Violencia, el vacío que dejó Galán es indeterminado. En este tema, el periodismo colombiano ha conformado a la crítica que Galán lo hacía: enfoca más en la espectacularidad (aquí el asesinato) que en el análisis de factores.

No hay duda de que, con la muerte de Galán, Colombia perdió a un presidente de ambición, capacidad y acogida. “Galán fue un punto intergeneracional de la política colombiana, es decir un político con sensibilidad para recoger de sus formadores viejos como Eduardo Santos y menos viejos como Carlos Lleras Restrepo y para proyectar la nueva Colombia de su generación”, afirma el historiador Marco Palacios. “Como no hubo otro político de su talla, Colombia se perdió la riqueza potencial de esa convergencia”.[2]

Como podrán ver el tema que aquí se está tratando es bastante interesante y se debe tomar como un elemento de gran importancia y relevancia en la historia de nuestro país, ya que deja al descubierto temas políticos, judiciales e incluso temas relacionados con el narcotráfico y los grandes capos de la época, razón por la cual los invito a que lean el siguiente ensayo que les servirá no solo para instruirse, sino también para plantearse nuevos puntos de vista acerca de lo sucedido.

EL HOMBRE DE LAS IDEAS QUE NO MURIERON

Pocos hombres logran traducir la decepción, el inconformismo y la desesperanza de un pueblo arrasado por la injusticia, la desigualdad, la violencia y la corrupción, en ideas renovadoras capaces de despertar en sus compatriotas la esperanza de la transformación, estos hombres, lideres por naturaleza, son conocidos como caudillos Luis Carlos Galán Sarmiento fue uno de ellos.

Luis Carlos Galán no fue solo uno de los cuantos hombres que trató de cambiar esta nación, él la cambió a pesar de su prematura muerte. Se convirtió en el ejemplo de lo que debe ser un hombre público, encendió el debate y motivó la preocupación por la justicia social y la verdadera democracia.

Su padre, Mario Galán, lo define como un hombre visionario, con gran admiración por sus padres, íntegro y decidido. En sus propias palabras: “Ni un pasó atrás, siempre adelante y lo que fuere de menester sea”.

Con un gran desempeño como estudiante se trazó el punto de inicio de un futuro muy prometedor. Desde su adolescencia se hacia participe en tertulias políticas donde se comentaba sobre mártires colombianos y su paso por el país. Además gustaba de participar en revoluciones juveniles contra el gobierno del entonces presidente Gustavo Rojas Pinilla.[3] 

En 1960 se graduó con honores como bachiller e ingresó a la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, a estudiar Derecho y Economía. Allí, en 1963 fundó la revista universitaria Vértice. Fue contratado para trabajar en el periódico El Tiempo después que lo conociera el ex presidente Eduardo Santos. [4]

En su labor como periodista encontró herramientas y una gran habilidad para reflexionar diariamente sobre la realidad nacional, el contacto directo con los grandes acontecimientos y la posibilidad de relacionarse directamente con los protagonistas de la vida ciudadana. Esta experiencia, así como también el haber ocupado cargos de importancia, impulsaron en él la necesidad de combatir la escalada de violencia, narcotráfico y corrupción que se hacían muy presentes en la época.

Su carrera política comenzó en 1976 cuando se postula como concejal del municipio de Oiba, en Santander. Dos años después, en 1978, luego de haber ganado una gran reputación, consigue ascender al senado en representación de su departamento. Por ese entonces Carlos Lleras anuncia su retiro de la

política y sus seguidores ven en Galán al líder que podía llevar al éxito las intenciones de renovación que tenía Lleras para el Partido Liberal y su programa político para el país; es así como en 1979 funda el movimiento Nuevo Liberalismo como una extensión y/o raíz interna del partido liberal.[5] 

En 1980 y bajo el lema de "Bogotá pertenece a todos sus habitantes" obtiene una abrumadora votación para el Concejo de la ciudad de Bogota D.C., convirtiéndose en un líder de talla nacional. En 1982 Galán participó en la contienda electoral para Presidente de la República obteniendo el tercer puesto detrás del expresidente López y del ganador Belisario Betancur. Cuatro años después Galán vuelve a postularse pero decide retirar su candidatura, para beneficiar una unión política en torno a Virgilio Barco que resulto ganador en ese año.[6]

Galán era un hombre transparente y directo, tal como Jorge Eliecer Gaitán a quien admiraba profundamente, quería transformar las políticas tradicionalistas del gobierno de un País, que con la ayuda de todos, se convertiría en una nación donde se respetaran los derechos humanos, se promoviera el sentido de pertenencia y donde la única intención fuera el progreso. Muestra de ello es lo escrito en mayo de 1981en Villa de Leiva: “Agoniza una época en Colombia y con ella también las fórmulas políticas, sociales y económicas de la sociedad tradicional. A los ojos de toda la nación es evidente que se agotan las antiguas concepciones institucionales. Está naciendo en Colombia una nueva sociedad, lo que supone una nueva manera de entender y hacer política. La agonía de una época histórica no es fácil para ningún pueblo y las incertidumbres sobre lo que debe nacer se multiplican en estos momentos... Quienes promovemos el Nuevo Liberalismo somos liberales porque nos sentimos herederos de lo que ha sido el partido liberal en la vida del país como vocero del pueblo y sincero representante del espíritu democrático. El liberalismo ha sido la fuerza del cambio en la sociedad colombiana, pero hoy, al cabo de un cuarto de siglo de política frente nacionalista, el liberalismo está paralizado, afronta una profunda crisis de identidad, lo aprisionan intereses egoístas y lo amenazan aventureros del populismo... En los últimos años el liberalismo dejó de ser el partido del pueblo para convertirse en partido de gobierno hasta considerar el poder como un fin en sí mismo... Avanza hacia un derrumbe fatal y definitivo, no por mérito de su adversario tradicional, que vive problemas iguales y peores que los que afectan el área liberal, sino por el desconcierto ideológico de un partido cuya identidad estuvo siempre en su capacidad creativa, en la pulcritud de sus dirigentes y en la sinceridad de sus luchas, características que hoy parecen perdidas y que el Nuevo Liberalismo busca rescatar en franca apelación al pueblo".[7]

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