El horno de fuego

El horno de fuego

Sadrach, Mesach, y Abed-nego estos valerosos siervos de Dios que al igual que Daniel le adoraban en espíritu y en verdad al único y poderoso Dios. Estos hombres hallaron gracia en los ojos del rey Nabucodonosor, pero este rey decidió hacer una estatua de oro a la cual todos absolutamente todos los del reino debían inclinarse ante ella, entonces estos hombres como fueron fieles a Dios no se inclinaron ni se humillaron ante esa estatua que hizo el rey Nabucodonosor, cuando la noticia llego a los oídos del rey que los tres hebreos no querían inclinarse y adorar su estatua los mando a llamar y el dándoles una segunda oportunidad le dijo que se inclinaran pero ellos le respondieron o He aquí nuestro Dios a quien honramos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará." Su fe quedó fortalecida cuando declararon que Dios sería glorificado libertándolos, y con una seguridad triunfante basada en una fe implícita en Dios, añadieron: "Y si no, sepas, oh rey, que tu dios no adoraremos, ni tampoco honraremos la estatua que has levantado." Cuando estos hombres de Dios fueron hachados en el horno de fuego el rey Nabucodonosor vio que se paseaban cuatro personas y no tres, entonces esto causo un gran temor en él, y los llamo por su nombre a cada uno, diciéndoles siervos del Dios altísimo salid y venid.

Comentario personal:

Me parece muy interesante esta parte de la Biblia donde relata la fe de estos tres hombres creo que si en la actualidad un hombre llegase a tener tan siquiera un uno por ciento de la fe de ellos sería un gran siervo de Dios.

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