El sesinato de León Trotsky

Mexiico. Aquella mañana del 20 de agosto de 1940, Trotsky se encontraba trabajando en su despacho, cuando Ramón sigilosamente se introdujo en la casa y armado con un piolet le asestó un golpe mortal en la nuca a quien le dispensaba su confianza. Un espelúznate grito se oyó y sobre su escritorio yacía el cuerpo de León Trotsky.

La sangre salpicó las hojas del papel, en donde se podía leer, como Stalin había propiciado la muerte de Lenin usando veneno, algunos de vosotros os haréis la misma pregunta, pero lo cierto y verdad es que tanto el planificador como el ejecutor se mancharan de sangre no tan solo sus manos, sino sus propios nombres.

La operación financiada por Stalin llegó a su fin, Ramón Mercader había borrado de un picotazo, a su más odiado enemigo. No importándole, aunque se cree que Ramón años después y condenado a 20 años de prisión todavía recordaba el espeluznante grito que León Trotsky lanzo cuando le asesto con la piolet en la nuca.

En 1960 Ramón Mercader salido de la cárcel y se reunió en secreto con su madre en Cuba, donde es recibido como héroe de la Unión Soviética, para luego viajar a Moscú y recibir la sorpresa de que los crímenes de Stalin eran de dominio público. Posiblemente por esa razón, es por lo que regresa a Cuba y trabajo como asesor del Ministerio del Interior, puesto otorgado por el propio Fidel Castro.

Completamente solo, desolado y en ocasiones un poco ido, posiblemente por haberse dado cuenta de que durante todo aquel tiempo solo había sido una mera marioneta al servicio de un loco dictador, Ramón muero en 1978 en medio de un absoluto silencio, acompañado simplemente por sus amigos más allegados y recordado en la historia por el hombre que sin piedad alguna, acabo con la vida de León Trotsky.

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