El trabajo de la educación en la iglesia, ha sido un proceso gradual, donde muchas formas y teorías de la educación han servido de fundamento para cimentar la palabra de Dios en nuestros alumnos.

El trabajo de la educación en la iglesia, ha sido un proceso gradual, donde muchas formas y teorías de la educación han servido de fundamento para cimentar la palabra de Dios en nuestros alumnos. Todo maestro de escuela dominical debe conocer y entender, cada paso que dentro de la iglesia se ha dado, para formar los alumnos, y mirar muchos ejemplos de las enseñanzas bíblicas que eran implementadas en el pueblo de Israel, las que Jesús utilizó, las que muchos misioneros utilizaron y las que en nuestros tiempos se realiza, por esto debemos mirar al ser humano integral tal como él es, reconocer que el hecho de educar no es solo seguir unos parámetros, si no el de poder reflexionar si estos funcionan o no en nuestra época y en nuestro medio.

El hecho de educar, además de ser una bendición para cada maestro, niños, e iglesia en general, debe ser una responsabilidad la cual me lleva a meditar sobre la labor realizada, de tal manera que pueda alcanzar las metas que como discípulo de Jesús debo tener, y es de brindar a un mundo lleno de necesidades, una esperanza o alternativa de solución a su problema; un mundo donde los niños, adolescentes de nuestra iglesia y fuera de ella están esperando que cada maestro que reflexiona sobre lo que está haciendo y ama su labor, lleguen a ellos dispuestos a ayudarles a encontrar el verdadero camino y de esta manera guiarles a Jesús.

Por todo lo anterior el equipo de escuela dominical de nuestro distrito, procura con este modulo brindar algunas herramientas que nos ayuden a continuar en nuestra labor como maestros y a partir de muchos conceptos presentados, encontremos nuevos horizontes para que nuestro trabajo sea mejor y más eficaz, pues Dios ha brindado a su iglesia muchos dones, talentos, y sabiduría y nos ha dotado de algo muy especial como es el Don del Espíritu Santo en nuestras vidas el cual nos guía ha toda verdad. Por todo esto mi amado maestro ¡ánimo! pues vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

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