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Elementos Que Conforman Nuestra Identidad Nacional Dentro Del Contexto Del Mundo Globalizado


Enviado por   •  21 de Enero de 2013  •  2.143 Palabras (9 Páginas)  •  2.538 Visitas

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La identidad nacional en el contexto globalizador

"De unas tierras le piden que sea periódico exclusivamente literario. Hermoso sería un periódico de este género; pero los tiempos son graves, y acaso temibles, y ni un ápice menos críticos. Se van levantando en el espacio, como inmensos y lentos fantasmas, los problemas vitales de América: piden los tiempos algo más que fabricas de la imaginación y urdimbre de la belleza. Se puede ver en todos los rostros , y en todos los países, como símbolos de la época, la civilización y la angustia. El mundo entero es hoy una inmensa pregunta."

José Martí.

Platón en su carta VII expresó "…las cosas son nada más las sombras cuyos perfiles proyecta la luz de las ideas eternas sobre el muro de la caverna en cuya penumbra vivimos irremisiblemente." (1, pág. 177)

Nunca, como hasta hoy, tantas personas han estado y están como en la caverna de la que habló Platón, lo que ven son imágenes; justamente así se presenta la globalización: una imagen del mundo en que el hombre aparece como una diminuta partícula ante el gigante tecnológico denominado cibernética. En tal medida esa imagen ha cobrado vida propia que hoy corren ríos de tinta y se alzan montañas de cuartillas para demostrar que ella, la globalización, y su política acompañante el neoliberalismo, constituyen la causa de los males que nos agobian; pero si nos detenemos en el análisis y buscamos los elementos esenciales nos damos cuenta de que en nada ellos son responsables de las desigualdades y los malestares graves y convulsos de nuestro mundo, al contrario, forman parte de ellos como resultado del devenir de la humanidad hasta nuestros días en que los cambios inducen de manera inminente a saltos cualitativos hacia un orden social, político, económico y ecológico más justo, acorde con los sueños y las esperanzas de la gente.

La globalización se centra en el largo proceso multisecular de la internacionalización, que tiene ondas raíces en la época denominada de Renacimiento, esa fecunda etapa de la humanidad en que las artes, el comercio, la música, la literatura y las ciencias florecen y con ellos pueblos y ciudades hasta el surgimiento de la nación, que cambió el modo de vida, las personas dejaron de vivir en comunidades, zonas o regiones relativamente aisladas e independientes para formar parte de un conjunto mayor de límites geográficos precisos e identidad signada por sus símbolos, por su idiosincrasia, por su lengua común y su psicología común que los hace iguales y diferentes a los demás.

Data de esa época la "Divina Comedia". Hacemos referencia a esta, entre tantas de gran calado que han llegado hasta nuestros días, por lo significativo de su mensaje en ese viaje por el Infierno, el Purgatorio y finalmente el Paraíso. El devenir de la humanidad, de nuestros ancestros acá, se parece mucho a la obra de Dante Aligieri; El milenio que termina mucho tiene que ver con el paso por el Purgatorio y la llegada al Paraíso; allí, en el Purgatorio, los castigos no son eternos hay esperanzas de salvación, se puede alcanzar el paraíso… la globalización es el chivo expiatorio.

La globalización se nos ha venido encima como un fantasma que no encuentra referente en ninguno de los paradigmas de nuestro tiempo, cada quién la ha tomado y adaptado a sus necesidades e intereses, en este sentido es en el campo económico donde más éxito ha tenido porque ha dado cobertura para implementar políticas y establecer modelos de "desarrollo" al servicio del norte. Ella, la globalización, se convirtió en el vehículo ideal para imponer su dominio, sin resistencia aparente, en el tercer mundo; bajo el pretexto de la objetividad del proceso, tratan de crear en las masas un estado de abstinencia favorables para hacerles creer que la cultura y el bienestar vienen de afuera, del norte, y contra eso no se debe luchar. Por fortuna esta postura está generando en el mundo, y particularmente en América Latina, el efecto contrario. Los pueblos no han perdido las esperanzas y desde sus raíces se enfrentan al mundo, no lo desdeñan, lo asumen salvando su yo, contraponiendo su identidad y sus valores a los del otro para enriquecer y enriquecerse, para formar la gran urdimbre de la cultura universal.

La idea de lo nacional, en el contexto de la globalización, debe reformularse; la persistencia del imperialismo y la dependencia no significa que nos movamos en el mismo escenario de principios del siglo XX ni siquiera en las décadas posteriores a la segunda mitad de la centuria, significa que los viejos tipos de vínculos (internacionales) se hallan subsumidos y atravesados por nuevos (transnacionales):

"… no se dejan pensar desde las transferencias de categorías y nociones como Estado, partido, sindicato, movimiento social, territorio, tradición … Las desigualdades entre naciones, regiones y estados continúan e incluso se agravan, pero no pueden ser ya pensadas al margen de la aparición de redes y alianzas que reorganizan y subsumen tanto las estructuras estatales como los regímenes políticos y los proyectos nacionales".(4, pág. 65)

De esta misma manera, Milton Santos nos dice: "Por falta de categorías analíticas y de historia presente seguimos mentalmente anclados en el tiempo de las relaciones internacionales cuando lo que hoy estamos necesitando es pensar el mundo", (4,pág.63) un mundo en que el poder de las corporaciones transnacionales (CTN) trasciende las fronteras, y las relaciones que entre ellas se establecen desdibujan los límites de la nación y se nos presenta único, bajo la égida de ese al que José Martí llamó el norte revuelto y brutal que nos desprecia, pero como sugiere Milton "... más que unir lo que busca una globalización enferma es unificar y lo que hoy es unificado a nivel mundial no es una voluntad de libertad sino de dominio, no es el deseo de cooperación sino de competición…".(5. Pág. 64).

Esa globalización llamada enferma, es la síntesis contradictoria entre: fin - comienzo, entre nacimiento – muerte. En el desarrollo del mundo de hoy, en que la ruptura es necesaria, a la globalización hay que estirparle el lado enfermo para lograr identificarnos a nosotros mismos, asumir nuestra especificidad para avanzar en el reconocimiento del otro. Esto constituye el fundamento de la creación y el fortalecimiento de una auténtica sociedad global en la que la repercusión de nuestra identidad y la aceptación plena frente a otros, permitirá la convivencia, dándole razón de ser al conocimiento de la historia particular de todas y cada una de las culturas conformadoras del mundo global del nuevo milenio; en otras palabras, es necesario estar abierto a todo, sin desdeñar ninguna forma por arcaica o ultramoderna que nos parezca; la

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