Emiliano Zapata
Enviado por cindyvejar • 5 de Diciembre de 2011 • 2.495 Palabras (10 Páginas) • 1.114 Visitas
Emiliano Zapata
En 1879 nació un hombre humilde de Morelos, en el sur de México, para declarar las quejas de sus campesinos prójimos. Este hombre se llamó Emiliano Zapata. Las batallas entre los sindicatos y la policía sucedían con demasiada frecuencia y las calles de la Ciudad de México llegaban a ser un campo de batalla. El movimiento empezado por Zapata fue una rebelión local cuyo propósito era defender el derecho del pueblo mexicano a la tierra. Zapata favoreció un sistema democrático independiente que debía ser motivado por las tradiciones y los valores comunes de los campesinos. Sus raíces, sin embargo, no estaban en la Ciudad de México sino profundamente en el campo. Cuando le preguntaron sobre la Ciudad de México, él dijo, “Esta ciudad está llena de aceras y me sigo cayendo de ellas.”
Zapata nació el 8 de agosto de 1879 en el estado de Morelos, México. Su padre Gabriel era un campesino mestizo que entrenaba y vendía caballos. A pesar de ser un hombre con poca educación formal, Zapata sabía mucho de la política. Esta comprensión se debía quizás a las platicas que su familia tenía acerca de las luchas contra España en la guerra de la Independencia cuando él era joven. Zapata era un organizador talentoso cuyas ideas fueron ignoradas por personas con más autoridad que él. Zapata hablaba también Nahuatl, el idioma indígena local.
Zapata a caballo
Sabiendo que él cuidaría sus intereses, los vecinos de Zapata lo eligieron líder de la Junta de Defensa de su aldea en 1909. Zapata estableció un banco rural de préstamos (el primer establecimiento agrícola de crédito en México), fundó escuelas y distribuyó las tierras al pueblo. Zapata demostró que una cultura rural podía escapar su destino y lograr una organización humana y funcional basada en una economía local, así como verificó que los mexicanos podían gobernarse a sí mismo democráticamente. Los zapatistas, una guerrilla de campesinos del sur organizada por Zapata, lucharon contra las tropas federales y demandaron "Tierra y Libertad" para los campesinos.
Desgraciadamente su visión de dejar a los campesinos disfrutar de la tierra que ellos mismos trabajaban nunca llegó a ser una realidad y su historia heroica culminó en tragedia. La insistencia de Zapata en cumplir la demanda de tierra y libertad para los campesinos llevó a su asesinato a manos del coronel Jesús Guajardo. En vez de ser juzgado por su crimen, el coronel Guajardo fue ascendido al puesto de general y compensado económicamente por su acto desmedido. Llevaron el cadáver de Zapata en una mula a Cuautla, donde lo descargaron en la calle. Para probar que realmente estaba muerto, le iluminaron la cara con linternas y le tomaron fotografías.
Grabado de Zapata creado en 1934
La leyenda de Zapata continuará viva. Hizo que las personas siempre crean que tienen derecho a la tierra que trabajan y derecho de gobernarse a sí mismo según sus propias creencias y valores culturales. Como otros mexicanos, yo estoy orgullosa de que mis antepasados lucharon al lado de Zapata para mejorar su país. Sin embargo, es una lástima que los actos de algunos hombres crueles e injustos destruyeron el sueño de todo un país.
Pero me detengo a reflejar sobre todo el progreso positivo que Zapata inició, siempre que veo una camiseta o una hoja con su retrato y la bandera tricolor con la imagen de un águila devorando a una serpiente. Zapata no sólo personifica la definición de lo que un verdadero héroe debe ser, sino también me inspira a luchar por mis creencias más profundas.
El C. GENERAL EMILIANO ZAPATA, Jefe Supremo de la Revolución a los habitantes de la República hago saber:
CONSIDERANDO: que este Cuartel General estima como uno de sus más altos deberes, el de velar con todo celo por el cumplimiento de las promesas revolucionarias y volver al buen camino a aquellos jefes que parecen haber olvidado los compromisos que ante la nación entera tienen solemnemente contraídos, no sólo a efecto de sostener y llevar al triunfo los principios agrarios que son el alma y finalidad suprema de la Revolución, sino también para otorgar a los vecinos de los pueblos las más amplias garantías.
CONSIDERANDO: Que por su parte los ciudadanos no combatientes deben allanarse a cumplir sus respectivas obligaciones, y en especial el deber que tienen de auxiliar a las fuerzas revolucionarias con los elementos de vida que les sean indispensables, toda vez que en la actualidad no perciben haberes dichas fuerzas; que por todo esto, es preciso recordar sus deberes a uno y a otro máxime si se tiene en cuenta que la Revolución, para hacer obra duradera, necesita dominar, no solo con la fuerza de las carabinas, sino también con la persuasión llevada a todas las conciencias y que urge demostrar con hechos que ha acabado la era de los abusos y que los revolucionarios saben respetar los derechos del pueblo.
Por todas estas consideraciones, he creído conveniente puntualizar y reunir en una sola Ley todos los preceptos sancionados por la costumbre o por disposiciones de este Cuartel General acerca de los derechos y obligaciones recíprocas de los pueblos y de la fuerza armada, y en tal virtud decreto lo que sigue:
CAPITULO PRIMERO: Derechos de los pueblos:
Artículo 1o. Los pueblos tienen derecho, primero: a elegir libremente sus autoridades municipales, judiciales y de cualquiera otra clase y a exigir que éstas sean respetadas por militares y civiles.
Segundo: a exigir que los jefes, oficiales y tropa no intervengan en asuntos del orden civil, mucho menos en cuestiones de tierras, montes y aguas, pues todos estos negocios son de la exclusiva competencia de las autoridades civiles.
Tercero: A organizar sus rondas y veintenas y a armarlas para garantizar los derechos del vecindario y transeúntes.
Cuarto: a exigir de la fuerza armada, amplias garantías para las personas, familias y propiedades, de los vecinos y transeúntes.
Para este efecto, siempre que las circunstancias lo permitan, la autoridad municipal deberá ante todo acudir al jefe de la fuerza de que se trata, para que este corrija los desmanes de sus soldados y los reduzca al orden, a fin de evitar conflictos con el pueblo.
Artículo 2o. Los habitantes de cada población tienen derecho a adquirir y poseer armas para defender sus personas, familias y propiedades contra los ataques y atentados que cometan o pretendan cometer los militares o gente armada, por lo mismo están ampliamente facultados para hacer uso de sus armas contra cualquiera hombre o grupo de hombres que asalten
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