Ensayo DIH

Mucho se habla sobre los derechos humanos, algunos dicen que son derechos inherentes al hombres, es decir que por naturaleza propia están destinados a que se protejan y garanticen a partir de ciertos momentos, pero sería interesante centrarnos en el origen de los llamados derechos humanos, ¿quiénes lo promulgaron?¿bajo qué circunstancias lo hicieron?¿a quienes favorece los derechos humanos?

La primera pregunta la respondo de la siguiente manera: obviamente los derechos humanos, fue un proceso de experiencias de las cuales los seres humanos soportaron y debido a estas condiciones reclaman ciertos privilegios que fueron logradas por medio de la lucha y la muerte, pero esos hombres hacían parte de unas relaciones sociales, que son direccionadas por los modos de producción y la forma de distribuir la riqueza. Esos derechos humanos que fueron postulados por una serie de hombres, el cual se llama la declaración universal, fue realizada bajo un contexto de la revolución francesa, pues allí se le da el carácter de derecho universal, el de la propiedad privada, haciéndole el juego al sistema económico vigente en la época y que aún subsiste en un mayor grado de desarrollo que en la realidad ya no hay que preguntarse si se cumplen o no, ya sabemos por experiencia propia o de terceros que son solo un puñado de letras en el cual el Estado se legaliza, por el hecho de tenerlo consagrados bajo una ley positiva.

Pero ese análisis no me hace tomar una posición en contra de esos enunciados, pues los derechos humanos tienen un gran sentido altruista en su 98%, aunque muchos Estados como lo decía anteriormente se legítima con una carta la cual no corresponde a la realidad, existe y subsiste la disyuntiva entre norma y facticidad. Debemos también precisar que los derechos humanos no es el compilado que se encuentra en una norma, en una ley o lo que los franceses dijeron, si no que es todo ese conjunto de prerrogativas aun no formalizadas que me ayudan a desarrollar una vida de forma digna, es decir vivir bien, vivir como quiera y con lo necesario, como dice un polémico personaje “se habla de los derechos humanos, pero no se habla de los derechos de la humanidad” (Fidel Castro)”.

Y hay que hacer el denuncio, porque el arte o la expresión oral o escrita debe ser un medio de darle luz a la gente, de quitar los asquerosas bendas de los ojos y el asqueroso trapo de la boca, para que así se pueda construir verdaderamente una sociedad como pueblo, como aquél legitimador de un estado de las cosas, tal vez suene a diatriba o a ofensa, pero uno de las barreras para que los derechos humanos se cumplan ha sido y seguirá siendo los fanatismos religiosos representados nacionalmente en la Iglesia Católica, que aún permea las normas (no con el mismo poder de antes, pero lo conserva) que demuestran una discriminación a la autodeterminación, a la diversidad en todas sus manifestaciones (sexuales, filosóficas,

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