Ensayo Sobre El Principe Maquiabelo
Enviado por luis01280618 • 2 de Noviembre de 2012 • 4.087 Palabras (17 Páginas) • 755 Visitas
EL PRÍNCIPE DE MAQUIAVELO
POR
LUIS FERNANDO MUÑOZ MESA
(GRUPO 501)
DOCENTE
HASAN TÜRK
ASIGNATURA
TEORÍA DEL ESTADO
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA LATINOAMERICANA
FACULTAD DE DERECHO
MEDELLÍN
SEPTIEMBRE DE 2012
INTRODUCCIÓN
Nicolás Maquiavelo entrega, como el más útil de los regalos, a Lorenzo el Magnífico, un extracto de sus conceptos desarrollados respecto al poder que poseen los príncipes o gobernadores. Tarea que Maquiavelo desarrolló a través de la observación y análisis profundo de los principados que debió conocer como ciudadano y funcionario.
El autor se interesa por describir desde el más superior, hasta el mínimo de los detalles que debe tener en cuenta quien ostenta el poder sobre un pueblo y desea conservar tal condición por el resto de su vida, sorteando a su favor cualquier situación desfavorable que se presente y ponga en riesgo su supremacía.
Maquiavelo empieza su tarea describiendo los diferentes tipos de principados que existen y, para cada uno de estos tiene consejos referentes al uso de las armas, la conformación de sus ejércitos, las guerras, las relaciones con sus conciudadanos y con los príncipes extranjeros, la elección de sus ministros; en fin, de todas las actitudes y fortalezas que debe poseer para conservar un poder cada vez más fortificado e inalterable.
Es generoso pues, Nicolás Maquiavelo, en el despliegue de consejos hacia el príncipe y le asegura, finalmente, que de tener en cuenta todos éstos en su vida cotidiana de soberano, puede estar seguro que ninguna situación sobre venidera pondrá en jaque su condición suprema.
CONCLUSIONES
Con el surgimiento del Estado se institucionalizaron las relaciones de poder, y éstas, a través del tiempo, se han ido moldeando para demostrar que el ejercicio del mismo es un arte para quien lo adquiere desde su deseo más primario y lo va construyendo intencionalmente hasta alcanzarlo en su máxima expresión, sin, aun así, sentir que ya es suficiente, porque si algo debe caracterizar a quien tiene el poder sobre otros, es su interés porque este jamás se agriete, lo cual le pondría en riesgo como institución y persona. Por lo mismo, debe darse a la tarea diaria de no permitir que sus súbditos le olviden o le ignoren como la suprema fuerza que decide todo asunto de carácter público y aún privado.
El fin justifica los medios: es la síntesis de la filosofía política contenida en “El Príncipe”, en tanto se instrumentalizan la acción y la omisión premeditadas, independientemente de si las mismas están o no acordes a la moral del gobernante, para lograr cuanto este se proponga a fin de conservar su poderío.
De acuerdo a Maquiavelo, muy escasamente la concentración de poder en una sola persona tiene como fin superior el bien colectivo, en cambio, éste es la más eminente representación de la ambición de uno solo y los de su clase, que le encuentran como el más cauto medio para ensanchar la realización de sus intereses particulares por medio de la instrumentalización de los otros.
CONSEJOS DE MAQUIAVELO
“AL PRÍNCIPE”
CAPÍTULO I
DE LAS VARIAS CLASES DE PRINCIPADOS Y DEL MODO DE ADQUIRIRLOS
• Principados heredados: son aquellos que provienen de varias generaciones anteriores y son heredados por los mismos familiares. Pág. 11
• Principados nuevos: El príncipe ha conseguido su poder a través de guerras o por el apoyo del pueblo. Pág. 11
CAPÍTULO II
DE LOS PRINCIPADOS HEREDITARIOS
• Los principados heredados son más fáciles de mantener que aquellos que son nuevos. El príncipe entonces no necesita más que no traspasar el orden seguido por sus mayores, y contemporizar con los acontecimientos, después de lo cual le basta usar de la más socorrida industria. Pág. 13
CAPÍTULO III
DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS
• El principado no es enteramente nuevo, sino miembro añadido a un principado antiguo que se posee de antemano. Pág. 15
• Cuando los Estados son ocupados por otro Estado con trayectoria, siendo unos y otros de la misma provincia y hablantes de la misma lengua, es mucho más fácil poseerlos, basta con haber extinguido la descendencia del príncipe que reinaba en ellos y que no altere las leyes ni aumente los impuestos. Pág. 17
• Cuando se trate de Estados que se diferencian del propio en lengua, costumbres y constitución, por la dificultad para mantener el principado, es necesario que el príncipe se vaya a residir en ellos, así podrá intervenir más prontamente ante los posibles desordenes del pueblo y adquirir el amor del mismo. Pág. 17
• Después es necesario enviar algunas colonias a uno o dos parajes, que sean como la llave del nuevo Estado. Esas colonias, que no cuestan casi nada, son más fieles y perjudican menos por haber sido agraciados. Pág. 18
• El que se hace príncipe en una provincia, cuyo idioma y costumbres no son las de su Estado principal, debe también hacerse el jefe y protector de los príncipes vecinos que son menos poderosos, e ingeniarse para debilitar a los de mayor poderío. Además debe hacer lo posible porque a su provincia no entre un extranjero tan poderoso como él, y que los príncipes que logre ganarse en la región no adquieran fuerza y autoridad en demasía. Pág. 19
• Debe, el príncipe, tener la capacidad para prever los males que han de manifestarse en el futuro, para aplicarles el remedio en su origen y dejarlos curados muy pronto. Pág. 20
CAPÍTULO IV
POR QUÉ, OCUPADO EL REINO DE DARÍO POR ALEJANDRO, NO SE REBELÓ CONTRA SUS SUCESORES DESPUÉS DE SU MUERTE
• El príncipe debe gobernar con algunos ministros esclavos, para así tener más autoridad; éstos, agradecidos por sus favores, no serán tan fácilmente corrompibles por el adversario. Pág. 26
CAPÍTULO V
DE QUÉ MANERA DEBEN GOBERNARSE LOS ESTADOS QUE, ANTES DE OCUPADOS POR UN NUEVO PRÍNCIPE, SE REGÍAN POR LEYES PROPIAS
• Hablando con verdad, el arbitrio más seguro para conservar semejantes Estados es el de arruinarlos. El que se hace señor de una ciudad acostumbrada a vivir libremente y no descompone su régimen político, debe contar con ser derrocado por ella, a la postre. Si no, entonces es prudente ir a vivir en ese territorio. Pág. 30
CAPÍTULO VI
DE LOS
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