Ensayo el hombre en busca de sentidos

Ensayo “El hombre en busca de sentidos”

Por: Jorge Alejandro Rodriguez Beltrán

Universidad EAN

Volviendo a tiempos remotos, sabemos que uno de los sucesos mas relevantes y cruciales para la humanidad y que han marcado la historia no sólo de una persona sino de una generación completa, no sólo de un país, sino del mundo entero, es la Segunda Guerra Mundial. Y especificamente una de los puntos mas relevantes que tuvo este acontecimiento fue el intento de exterminio de los judíos, donde fueron abordados, torturados y asesinados cantidad de ellos por parte de los nazis, liderados por el aleman Adolfo Hitler, quien decia que solo deberia existir la raza pura. Con este fin, se emprezaron a crear multitudinarios campos de concentración y exterminio por los territorios en los cuales había llegado el dominio alemán. Vicktor Frankl, desafortunadamente cayo como prisionero, que debido a su origen, sin importar sus  logros académicos y aportes a la sociedad, de igual manera fue a los campos de concentración para trabajar en labores sumamente peligrosas y extremas y en condiciones infrahumanas. Sin embargo, esto no fue un impedimento para este  hombre especialista el seguir desarrollando nuevos conocimientos sobre el comportamiento psicoterapeutico del hombre.

El libro “El hombre en busca del sentido” es uno de los muchos relatos crueles que dejo la segunda guerra mundial. El autor Vicktor Frankl nos relata en este libro quien lo creyera su propia historia, la manera en como fue conducido a aquellos campos  de concentración desde el internamiento hasta su liberación, pasando por situaciones inexplicables para el ser humano y adoptando mecanismos de defensa para las aquellas situaciones, el libro esta divido en tres fases:

El internamiento en el campo

Esta primera fase implica el internamiento en el campo, donde los individuos entraban en un momento de incertidumbre y miedo por que no tenían idea a donde eran llevados o por las circunstancias por las que tendrían que pasar, en un principio los hombres tenían la ilusión de salvarse siempre y cuando su condición física fuera favorable ante los capos de la SS era allí donde eran clasificados como objetos los ancianos y enfermos para ser asesinados a sangre fría o en cámaras de gas; los prisioneros que tenían el aval o que eran aceptados por los capataces luego eran despojados de sus pertenencias personales, obligados a rasurase todo su cuerpo y pasar por un proceso de desinfección, con el fin de que el prisionero perdiera su identidad y olvidara sus vidas fuera del campo de concentración, perdiendo absolutamente todos los recuerdos de su vida antes de aquel cruel acto .

En esta fase podemos observa el daño mental y a la confusión que fueron sometidos los prisioneros pues ellos estaban convencidos que iban ser llevados a una fábrica, pero con el transcurso del tiempo de la distancia y al ver la forma inhumana en cómo fueron trasladados se empezaron a dar cuenta de la realidad otra eran llevados a Auschwitz. Empezaron a desarrollarse reacciones y acciones  adoptadas por los prisioneros al verse en tal situación, el desespero y sus mentes comenzaron a adoptar pensamientos de suicidio o de escape.

La vida en el campo.

En esta segunda fase lo que se dice por los sobrevivientes de esta terrible situación es que en los campos de concentración los prisioneros empezaron a perder todo sentimiento, el hombre vive con el sufrimiento debajo de la almohada y se evidenciaba que las personas dejaban de sentir o hacían parecerlo como defensa o método de sobrevivencia, empezó a crecer la apatía entre los prisioneros o mas llamada muerte emocional,  ya lo inhumano era algo normal, la vida parecía no tener valor en los campos de concentración, simplemente los prisioneros se convertía en un numero el cual los identificaba en un lista pero era un simple numero sin valor.

El asco, la piedad y el horror se iban perdiendo por tanta soledad, crueldad y humillación con la que los soldados e incluso otros prisioneros de mayor rango los trataban, ya no les importaba nada era el pan de cada día, pues hasta el mas fuerte también moría, tal fue tanta la costumbre a la situación que ahora lo único que les importaba era sobrevivir sin importar las medidas que tuvieran que tomar o el sobrepasar por encima de cualquiera subsistiendo por sus propios medios, y en algunos casos tratar de mantener vivos a algunos de sus compañeros.

Este libro nos deja muchas enseñanzas pagina tras pagina nos pone a pensar mucho acerca de cosas insignificantes de las cuales nosotros nos quejamos día a día, decimos sentirnos tristes y solos, vacíos por el simple hecho de no poder conseguir algo material o un capricho como lo es un automóvil o por haber terminado relación con nuestra pareja, pero realmente hay personas que están pasando o han pasado por una situación verdaderamente difícil, el libro nos muestra que el humor es un arma con la que el alma lucha por la supervivencia, y la cual podemos utilizar para salir delante de muchas adversidades que se nos presenten a diario, en el campo de concentración se desarrollaban algunas terapias grupales con el fin de mantener a los prisioneros de bueno humor y olvidar por momentos el hambre el cansancio y la situación de encierro por la que estaban pasando el haber dejado de ser un ser humano con dignidad a ser una simple oveja de un rebaño la cual no tenia ninguna clase de consideración.

Una de las salidas que tenían los prisioneros y que nadie podía quitarles era la de soñar, cuando ellos dormían experimentaban por unos instantes lo que podía ser la vida fuera del campo y despertar con la satisfacción o la ilusión de aquel momento “soñado”, Las ganas de vivir y salir del campo les daban fuerza para seguir adelante y aguantar los mas terribles dolores, aunque la realidad después de despertar fuera otra. El hambre era otro de los factores que hacía más insoportable la estadía en estos sitios, no solo indisponía y debilitaba a todos los prisioneros sino que causaba enfermedades y los músculos se iban perdiendo a través de  los días convirtiéndolos en zombies, cadáveres andantes que ni deseo sexual sentían, las prendas de vestir eran mínimas y además que se desarrollaba en un clima de intenso frío y con unas duras jornadas interminables.

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