Ensayo fragmentos novelas:Novelas Pasión y deseo v/s razón y clases sociales
Enviado por José Loren • 2 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 1.262 Palabras (6 Páginas) • 311 Visitas
Ensayo fragmentos novelas:
Pasión y deseo v/s razón y clases sociales
Historia Universal
Alumno: José Ignacio Loren
Profesora: Mariana Sofía Labarca
Este ensayo sostiene que, si bien el deseo y la pasión priman en ambas novelas, se ven limitadas por el uso de la razón y la desigualdad social de los protagonistas. Para sustentar esto se hará referencia a los distintos contextos y situaciones de las novelas “Julia o la nueva Eloisa” y “Pamela o la virtud recompensada” donde se evidenciará lo anterior con una amplia reflexión de los temas a tratar.
En la novela “Julia o la nueva Eloisa”, la protagonista es una joven de una familia proveniente de la nobleza, que mantiene una relación compleja, mantenida principalmente por cartas, con su maestro. Esta relación, dentro de su complejidad, contenía aspectos tales como, el deseo, la pasión, la amistad, la complicidad y su mutua atracción hacia lo prohibido, ya que él pertenecía a una clase social más baja. A pesar de que ambos estaban inmersos en la misma relación, cada uno lo percibía y comunicaba a su manera. El maestro, por ejemplo, transmitía sus sentimientos de una manera menos contenida, dejándose llevar instintivamente por su pasión y fogosidad. Al no existir tantas aprensiones se le hacía más fácil expresar sus sentimientos. Lo anterior se ve reflejado en el siguiente fragmento:
“¿Un favor?... Es un tormento terrible... No, guarda tus besos, no sabría soportarlos... son demasiado fuertes, demasiado punzantes; penetran, abrasan hasta la médula... me volverían loco. Uno solo, uno solo me ha lanzado hacia un extravío del que no puedo volver. Ya no soy el mismo, ya no eres la misma. Ya no te veo como antes, reprendiéndome y severa; sino que te siento y te toco sin cesar unida a mi cuerpo como estuviste un instante. ¡Oh, Julia!, cualquier suerte que me anuncie el delirio del que ya no soy dueño, cualquier trato que tu rigor me destine, ya no puedo vivir tal como soy, y siento al fin, que tengo que expirar a tus pies... o en tus brazos.”[1]
Por otro lado, Julia se contenía más al dirigirse a él, siempre lo nombraba como “amigo”, lo que marcaba cierta distancia de parte de ella, evidenciando que en ella primaba principalmente la racionalidad y la prudencia por sobre sus sentimientos de pasión y deseo.
“Es importante, amigo mío, que nos separemos por algún tiempo, y esta es la primera prueba de la obediencia que me ha prometido. Si la exijo ahora, créame que tengo serias razones para hacerlo…”[2].
En un punto de la novela existe un quiebre en donde los personajes se distancian debido a la muerte de la madre de Julia, quien se siente culpable ya que justo antes de su muerte había encontrado todas las cartas que mantenía con su maestro. Sin embargo, como siempre, la relación se retoma cuando Julia lo decide, evidenciando que a pesar de que ella se ve limitada constantemente, queriendo actuar de la forma más racional, muchas veces es sobrepasada por sus sentimientos.
En el fragmento de “Pamela o la virtud recompensada”, su protagonista es la criada de un joven hombre que la desea profundamente. La historia trata de cómo este hombre busca constantemente la aprobación y posesión de la pequeña criada. Inicialmente el amo buscaba conseguirla de maneras autoritarias y avasalladoras, acosándola hasta tal punto de darle besos forzados y tratarla bruscamente por el hecho de que ella no lo consentía. La racionalidad en esta novela se ve reflejada en el momento en que el amo busca otras maneras estratégicas de conquistarla, dejando de lado sus instintos impulsivos. Un ejemplo de esto es que comenzó a mostrar un mayor interés y preocupación en situaciones que incluían a Pamela. De hecho, en una conversación la protagonista escucha a su amo decir lo siguiente: “He empezado mal. El terror no hace sino aumentar su frialdad. Pero es una muchacha encantadora, y se puede romper su hielo con amabilidad. Debería haber intentado derretirla con amor”[3].
En lo anterior se respalda el hecho de que él usa su lógica como complemento del deseo, ya que, la pasión seguía intacta pero sabía que tenía que ocupar otros métodos para conquistarla.
Al analizar las dos novelas, encontramos un factor común referente a la desigualdad de las clases sociales de sus protagonistas. Esta desigualdad mezclada con el deseo y la pasión, que también priman en los extractos, hacen que se dificulte aún más el desarrollo de las relaciones que se presentan. Cada protagonista, en ambas novelas, se desenvuelve de acuerdo a cómo fueron criados. Por ejemplo, Julia a pesar de sentir deseo por su maestro, sabe que es una relación no aceptada por la sociedad, ya que él es un simple plebeyo con muy poca fortuna, por lo tanto, se limita muchas veces de expresar sus verdaderos sentimientos y pone en primer lugar su crianza noble en la que se pone énfasis en el hecho de que las clases sociales no se deben mezclar en temas amorosos. Su maestro, también sabe que es un amor que no está permitido para la época, sin embargo, intenta sobrepasar esta limitación, luchando por lo que quiere.
A continuación, se presenta una conversación que se tuvo en la mesa con los padres de Julia sobre el maestro en cuestión:
“Enseguida, se informó sobre su fortuna, le dijimos que era mediocre; sobre su nacimiento, le dijimos que era honrado. Esa palabra, honrado, es bastante equívoca para el oído de un gentilhombre, por lo que levantó sospechas, que una vez esclarecidas, le vinieron a dar la razón. Desde que supo que usted no era noble, preguntó cuánto se le pagaba al mes. Mi madre, tomando la palabra, dijo que un tal arreglo ni siquiera se podría proponer; y que incluso usted había rechazado constantemente los más mínimos presentes en cosas que normalmente no se rechazan; pero este orgullo no hacho sino excitar el de mi padre, quien no puede soportar la idea de ser deudor de un plebeyo.”[4]
En la otra novela, queda demostrado que la crianza de Pamela está basada en valores fuertes y claros, ella menciona que sus padres le decían que tenía que preferir la pobreza y la bondad, si es que no se podían separar, antes que una gran riqueza. También, contó con la crianza de su señora, que le enseñó lo importante de ser una mujer virtuosa y que tuviera alejado a los hombres. Todo esto le sirvió para poder mantenerse implacable y controlar de cierta manera los impulsos de su amo. Por otra parte, el joven amo, por el hecho de pertenecer a una clase muy acomodada dentro de la sociedad, estaba acostumbrado a tener siempre lo que quería; no así con su deseada criada.
Finalmente, de lo anterior se desprende que, debido a la diferencia de las clases sociales de los protagonistas, las relaciones se vuelven más complicadas de lo que ya eran. Por un lado, porque la sociedad no estaba lista para relaciones de este tipo y, por otro, porque al venir de lugares distintos, las personas tienen diferentes comportamientos e intereses. Es preciso señalar que en los fragmentos de las novelas vemos diferentes demostraciones de la pasión y el deseo, sin embargo, estas siempre se ven limitadas y entorpecidas, tanto por el uso de la razón como por la desigualdad social de sus protagonistas.
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