Esclavos Africanos

Causas por las que los españoles tuvieron que recurrir a la compra de mano de obra esclava para trabajar en América y qué naciones europeas se dedicaban al comercio de esclavos. Las principales causas por la que trasportaban esclavos africanos de África a América era porque tenían mayor resistencia física y no eran dados a las enfermedades. El incremento del transporte de esclavos africanos a las plantaciones del Norte y Sur de América, y muy especialmente en el Caribe, se manifiesta a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII; ya en el Siglo XVI transportaron más de un millón de personas, consideradas en aquel entonces como ´´ Esclavo = cosa ´´, sin derecho alguno, y ya en el Siglo XVIII, habían traficado con más de siete millones de personas a las que se prefería pensar que no tenían alma; si morían por las penosas condiciones de trabajo, se sustituía por otro, pues era más barato que mejorar las condiciones de trabajo. Durante el primer sistema del Atlántico la mayor parte de estos comerciantes eran portugueses, dándoles un cuasi-monopolio en la época, aunque algunos comerciantes Holandés, Inglés, y francés también participó en el comercio.

Las condiciones de los esclavos eran pésimas, si morían, eran sustituidos por otro pues era mucho más barato comprar otro esclavo que mejorar sus condiciones de vida y de trabajo dándoles más alimento y haciéndoles trabajar menos, la gente los trataba como objetos, pues eran comprados y vendidos como objetos, se les consideraba una raza inferior, por ello eran propiedad de quien les compraba y podían hacer con ellos lo que quisieran, hasta matarles sin que fuera un delito. No les daban prácticamente de comer, tan sólo una vez al día

Los esclavos eran transportados en barcos de una manera infrahumana, debajo de la cubierta, ya que los sometían a continuos castigos físicos, iban atados de seis en seis y unidos de dos en dos por las manos y el cuello, comían un pequeño trozo de maíz y les daban de beber una pequeña jarra de agua. Allí donde estaban nos los dejaban ver ni el sol ni la luna ya que no los dejaban salir, donde solo recibían la visita del capataz, que bajaba para insultarlos y darle azotes. Después continuaban su viaje con destino a minas y plantaciones.

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