Estado E Iglesia Guerra Cristera

El tema de la relación Iglesia Católica y el Estado en México siempre ha sido un tema difícil, ya sea en platicas con amigos o con la misma familia y ¿por que? Porque todos tenemos una concepción diferente tanto de la una como del otro.

Tomando en cuenta que la libertad de creencia en un derecho, hay quienes creen, quienes no creen, quienes medio creen, quienes son fanáticos. La Iglesia afirma tener el derecho de predicar el Evangelio en todos lados, tiene el derecho de gobernar a sus miembros en cualquier lugar que se encuentre, declarando para ellos el bien y el mal moral, restringiendo cualquier uso de sus derechos que pueda poner en peligro su eterno bienestar, como lo prescribe la Ley Positiva Divina, preservando el orden interno de la fe y la moral y sus manifestaciones externas.

Por otro lado el objetivo del Estado es la felicidad temporal del hombre, y su consiguiente propósito la preservación del orden jurídico externo, garantizar una abundancia razonable de los medios del desarrollo humano y los intereses y prosperidad de sus ciudadanos.

El detalle es que las relaciones entre I. y E. están determinadas siempre por una conversación que surge de la diferencia esencial entre ambos; pues las dos instituciones dirigen sus pretensiones a los mismos seres humanos, aunque con diversos fines (fin del -> hombre). Deber del Estado es procurar asegurar el bien natural de sus ciudadanos en la tierra, mientras que la Iglesia está llamada a proseguir en la tierra la obra salvadora de su fundador y conducir a los hombres a la salvación eterna mediante la palabra y los sacramentos.

La iglesia desde siempre ha tenido un gran poder tanto político como espiritual y se ha servido de ese poder para hacer guerras, coronar o derrocar reyes y realizar masacres en Nombre de Dios cuando a ella así le convenga, alejándose así del propósito inicial a mi parecer , por que no “cuida a su rebaño como lo tendría que hacer”; el Estado por su lado debe poner un limite al actuar de la iglesia , lo que ha dado como resultado desencuentros, uno de los mas sonados en México: “LA GUERRA CRISTERA”

Aunque hay que reconocer que la historia de México difícilmente podría entenderse sin antes comprender la posición de la iglesia en el país; el estado mexicano debía concentrar en sí todos los poderes de la sociedad, ya sin la ayuda de la Iglesia; sin embargo, secularizar el poder e imponer la autoridad gubernamental era una tarea complicada en una sociedad que conservaba muchas de sus características tradicionales, entre ellas, los vínculos que se desprenden de la religiosidad. Fue entonces cuando ambas instituciones se disputaron directamente el apoyo social del que dependían, o bien para consolidarse, o para sostenerse como centros principales de la vida nacional.

El proceso secularizante de las Leyes de Reforma se inicia con la Ley de Nacionalización de Bienes del Clero , para la nacionalización de los bienes del clero.El Artículo 1o. la señalaba que entraban al dominio de la nación todos los bienes que el clero secular y regular administrando con diversos títulos, sin importar clase, derechos y acciones.

Los ministros podrán recibir las ofrendas que les suministren y acordar legalmente en compensación por sus servicios, pero no podrán hacerse en bienes raíces. El artículo 3o. cita: “Habrá perfecta independencia entre los negocios del Estado y los negocios puramente eclesiásticos.” El 23 de julio de 1859 se establece el matrimonio puramente civil y establecen el 28 de julio de 1859, jueces del Estado civil para la averiguar y hacer constar el nacimiento, adopción, arrogación, reconocimiento, matrimonio y fallecimiento de todo mexicano y extranjero residente en la nación, para tratar de perfeccionar la independencia entre el Estado y la Iglesia. El 31 de julio cesa en toda la República la intervención del clero en la administración de cementerios y panteones. El 21 de octubre el Gobierno nombra un agente general para“rectificar las conciencias en el sentido de la Reforma”. El 4 de diciembre de 1860 se establece la libertad de conciencia y la libertad de cultos, se suprime el derecho de asilo y se prohíben las celebraciones fuera de los templos, se sustituye el juramento por la simple promesa de decir verdad; desaparece el sacrilegio como agravante de los delitos; cesa para los clérigos el privilegio de competencia, y otras disposiciones secundarias del mismo tipo. El 2 de febrero de 1861 se declara “que quedan secularizados todos los hospitales y establecimientos de beneficencia. El 15 de abril del propio año se reglamenta a libertad de enseñanza, en lo relativo a la instrucción primaria, secundaria y escuelas especiales. La secularización de la sociedad mexicana era la posibilidad de que el mexicano nazca, se case y muera dentro de la legislación civil, si así lo quisiera. El 26 de septiembre de 1873 se firma el acta de reformas Constitución, incorporando las leyes:

*La prohibición para las instituciones religiosas readquirir bienes raíces y capitales impuestos sobre éstos, con la excepción establecida en el artículo 27 constitucional.

*Que el Estado no puede permitir ningún contrato, pacto o convenio que tenga por objeto la pérdida o el sacrificio de la libertad del hombre.

La Reforma juarista había terminado de forma definitiva con el antiguo sistema en el que la Iglesia había mantenido su situación de primera corporación del país; perdió además el patrimonio económico de los cuerpos que la integraban, en particular las órdenes religiosas, las cofradías, órdenes terceras y demás asociaciones de laicos. Era indispensable reestructurar la vida de la Iglesia. Reunidos en Roma con el papa Pío IX, los obispos mexicanos comenzaron por trazar una nueva división territorial, erigiendo nuevas provincias eclesiásticas y diócesis sufragáneas. Sin embargo, la búsqueda de un acuerdo con el Estado para evitar la aplicación estricta de las Leyes de Reforma y la preparación de una nueva jerarquía, fueron sus dos objetivos principales.

El porfiriano permitió que las bases sociales acudieran al llamado del papa León XIII quien, en la encíclica Rerum Novarum exhortaba la necesidad de una tercera vía alternativa al liberalismo y el socialismo. El proyecto consistía en recatolizar a la gente y establecer la constitución cristiana del Estado, partía de la noción de independencia y no separación sino reconocimiento de la Iglesia como sociedad perfecta con plenos derechos y garantía constitucional para desempeñar sus actividades. Se recuperaba así, el cesaropapismo para que ambos poderes pudieran vivir en armonía de tal manera que el principio de autoridad y poder descendería de Dios, siempre y cuando la iglesia dejara de meterse en asuntos políticos. Sin embargo,

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