Eugenio Espejo

EUGENIO ESPEJO

Periodista, médico, abogado, bibliotecario, escritor y educador. Eugenio Espejo nació en la ciudad de Quito el 21 de febrero de 1747, hijo de Luis Chuzig y Catalina Aldaz.

Su pensamiento es una adaptación de ideas ilustradas en el entorno colonial de la audiencia. Sus ideas promovían la igualdad de todos los ciudadanos, en su ideario aparecía por primera vez la igualdad de los indígenas con los criollos y también por primera vez planteaba los derechos de la mujer. Es de los más únicos de nuestra América: por su docencia estética, por su nítida comprensión de la realidad americana, por su empeño revolucionario, mantenido con el sacrificio de la propia vida, y llevado hasta los países vecinos con ánimo ejemplar y fue “una de las figuras más descollantes de la ilustración” y sus libros “la mejor exposición de la cultura colonial del siglo XVII”.

Eugenio Espejo fue ciertamente un hombre de ilustración, dotado de una inteligencia superior y feliz; aprendió las primeras letras en la casa de sus padres y es uno de los más grandes exponentes de las letras ecuatorianas. Tenía una gran pasión por el aprendizaje y la enseñanza. Espejo requería de la autoridad en sus escritos ‘una conducta prudente, sabia, activa y oportuna’ Legó al Ecuador una obra inmensa, cuyos beneficios abarcan varios aspectos; literario, educativo, científico, político, social, etc. Como educador Espejo escribió "Cartas a los Maestros".

En esta explica el contenido de la educación que, para ser completa no se limita al nivel cognoscitivo o científico, sino que abarca la faz afectiva y la formación de la personalidad de las personas, tiene presente la dimensión individual y social del hombre, por eso insiste en la educación moral. Colaboró con varias ideas para la educación.

Espejo murió el 27 de Diciembre de 1795. “Mi mérito está en haber, desde muy niño, estudiado el conocimiento de los hombres, el no haber dejado el libro de la mano, y aún cuando lo haya dejado, en estudiar en el vastísimo libro de la naturaleza con la observación.” Eugenio Espejo.

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